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El moreno se quedó casi petrificado.

—Es inusual verte temprano en el instituto, Kakashi— se acercó a saludarlo con un beso de mejilla, todos en la sala ya creían que estaban juntos pero el castaño solo lo veía como una buena relación de amigos.

—Llegue temprano para saludarte antes de que escapes de mí— obviamente el platinado sabía que el más bajo trataba de evitarlo.

—No sé de que hablas— agarró unos cuadernos de su división y se sentó para acomodarlos en su mochila.

—Nosotros ya nos vamos— habló la castaña de singular color de ojos— Preferentemente Kakashi, sería bueno que llegaras temprano también para los estudiantes y no solo por tú chico.

—Lo tendré en cuenta para la semana que viene, Kurenai— le sonrío y se acomodó en su asiento volviendo su vista a su moreno.

Otra vez, ellos dos, con la luz de la mañana, el tictac del reloj, los pájaros cantando afuera.

Iruka estaba acomodando sus cosas con la presión de los ojos de Kakashi sobre él.

—No necesito que me ojees, gracias por preocuparte— un comentario más sarcástico cómo ese no existía.

—Solo me preocupo por ti— se levantó de su lugar y se posicionó detrás del menor —Quieres hacer algo hoy?— corrió suavemente su cabello para darle un corto beso en el cuello.

—Algo como qué?— el más bajo se tensó ante ese tacto.

—Una cita?.

Iruka se volteó a ver al mayor, debía reconocer que se esforzaba mucho para convencerlo de salir -otra vez-, pero los términos eran otros.

—No, tengo cosas que hacer— juraría que pensó que le diría que sí.

—Esta bien— dejó al moreno y volvió a su asiento, sacando su libro nuevamente.

—Iré a comenzar el día, adiós Kakashi— se colgó su mochila y salió de la sala.

—Siempre igual contigo...— murmuró, el peliplateado se quedó allí solo esperando a que sean las 9:00 AM, su primera clase.

Iruka salió de la institución y fue nuevamente a su casa, debía corregir evaluaciones de la semana pasada y, ah cierto!, el cuadernillo de Naruto.

Paró en una librería cerca, no entendía como su hijo podía ser tan despistado y perder un cuadernillo completo.

Una vez con todo lo requerido, llegó a su hogar y dejó todo sobre la mesa.
Ordenó ambas habitaciones y finalmente se dispuso a corregir.

—Bien veamos— abrió la carpeta de uno de los prodigios, Shikamaru— Es obvio que tú tienes todo bien.

Y así pasó media mañana, hasta las once. Todavía no había ido a hacer lo mandados, ya no había shampoo, ni comida, ni ramen... ¡ramen!, su hijo iba a comérselo vivo.

Ichiraku, uno de los restaurantes japoneses más ricos de la zona, tenía que ser ramen de allí, Naruto sabía de memoria su sabor, ya trató de comprar en otros lugares y el menor se había negado a comer y no podía permitir eso, él debía comer para ser fuerte y desarrollarse bien.

Nuevamente, cerró su hogar y estaba por salir, pero el ¿teléfono de línea sonó?, únicamente podía ser una persona.

—Hola?.

—Hola Iruka, supuse que estarías en casa.

—No era más fácil que llames a mi celular?, debo irme.

—Sí! pero es que tengo agendado ambos números con un mismo nombre, lo siento!— el pelinegro se disculpó — Quería avisarte que la última obra de Deidara ya fue colgada hoy en el museo!.

—En serio? Hoy?, iba a ir a la tarde— se emocionó.

—Sí, acaba de avisarme, podrías ir con Kaka-

El moreno automáticamente colgó la línea, apreciaba que el pelinegro tenga el detalle de avisarle, pero él también apoyaba la idea de que Iruka y Kakashi debían -volver a- estar juntos y eso no pasaría -por ahora-.

Acuarela 水彩 | KakaIru |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora