Natsu no estaba muy seguro de qué le pasaba a Lucy, pero algo le ocurría. Llevaba actuando de forma extraña desde el pasado sábado. Aquel día se marchó de la oficina como un día cualquiera, pero luego Natsu recibió aquella maldita llamada a medianoche para recogerla en el bar porque estaba demasiado borracha para conducir.
Por supuesto, no sabía a qué se dedicaba en su tiempo libre, pero ni en sus sueños más salvajes hubiera imaginado que montaba toros mecánicos.
Y ahora, aunque sus habitaciones estaban la uno al lado de la otra, no había visto a Lucy desde que se registraron en el cielo Islandés. Normalmente, en los viajes de trabajo, Lucy iba a verle para contarle cuál era el plan que le tenía preparado, hablar de lo que había que hacer antes de salir y sobre lo que iban a encontrarse. Pero esta vez no. Había desaparecido prácticamente.
En su defensa había que decir que estaba trabajando por triplicado. Entre la organización de la boda y la luna de miel, también lo estaba ayudando con la búsqueda de propiedades potenciales en las que invertir.
Natsu colgó cuidadosamente la ropa en el armario y cerró las dobles puertas. Como de costumbre, Lucy había reservado suites, así que tenía sitio de sobra para moverse a sus anchas. Pero ahora estaba inquieto. ¿Cómo iba a centrarse en su próxima luna de miel si en lo único en lo que pensaba era en Lucy y en la desatada sexualidad que ahora sabía que existía en ella?
Abrió las puertas que daban al balcón y salió a respirar al aire fresco y salado de Cancún. El sonido y la visión de las olas del mar resultaban tranquilizadores.
Necesitaba hablar con Zeref lo antes posible, pero quería asegurarse de que tanto la boda como los planes de negocios estaban encarrilados antes de soltar la bomba de la fusión.
Al escuchar cómo llamaban a la puerta, Natsu se giró y atravesó la espaciosa suite de decoración tropical. Cuando abrió, todos los pensamientos se le borraron de la cabeza. Lucy estaba en el umbral vestida con...¿qué llevaba puesto? Algo fino y delicado que se había colocado alrededor con tantas vueltas que lo único que veía era una tela vaporosa y piel cremosa. Tenía los hombros desnudos y el cabello con aspecto revuelto. Parecía la imagen de una mujer envuelta en la sábana de su amante después de hacer el amor.
-Ponte algo informal y reúnete conmigo en la playa -dijo Lucy-. Tienes cinco minutos.
Y dicho aquello se marchó, dejando a Natsu observando la tela que flotaba tras ella.
Comido por la curiosidad, y, por qué no admitirlo, también excitado, se cambió los pantalones y la camisa de vestir por otros informales. Agarró la llave de la habitación y se dirigió directamente a la playa del hotel. Pero se detuvo en seco cuando se encontró con una playa vacía a excepción de Lucy con su tela vaporosa, el cabello flotándole por los hombros desnudos y una mesa puesta para dos con velas y flores.
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¿Por negocios o por amor? (Adaptación)
FanfictionLucy Heartfilia siempre había estado enamorada de su jefe en secreto, y se sentía morir cada vez que el multimillonario Natsu Dragneel tenía una cita. Pero ahora...¡La quería para planear su boda! Ella sabía que Natsu estaba cometiendo un error al c...