capítulo 12

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Natsu salió del baño y se encontró con Lucy ya preparada en la mesa de masaje, cubierta únicamente con una toalla blanca colocada sobre su mono y redondo trasero.

¿Mono?

¿Qué hombre adulto utiliza la palabra "Mono"? Evidentemente él. Pero así era. Pensaba que el trasero de Lucy era mono aunque no quisiera admitirlo.

Se acercó a su mesa dándole la espalda a ella, tratando de sacarse de la cabeza la imagen de aquella piel bronceada y suave.

-Adelante -le dijo ella-. No estoy mirando.

A Natsu no se le pasó la mirada escrutadora de su masajista... después de todo, estaban en la suite nupcial. Pero se quitó rápidamente el albornoz sin decir una palabra y se tumbó boca abajo sobre la mesa. No pudo evitar suspirar cuando una toalla le cubrió y un instante más tarde sintió el cálido aceite seguido de lo que parecían ser piedras calientes a lo largo de la espina dorsal.

-Increíble, ¿verdad?

Natsu giró la cabeza en dirección a la relajada voz de Lucy y trató de hablar, pero las palabras no salieron. Era imposible que así fuera. Lucy tenía la cabeza apoyada en la almohada de sus brazos cruzados... dejando al descubierto el costado de su cuerpo. La curva de sus senos se burló de él.

Natsu apretó los dientes y rezó para no excitarse en aquel instante. Pero ¿cómo podría ser de otra manera?

Lucy tenía los ojos cerrados, los rosados labios juntos mientras disfrutaba relajadamente del masaje Él, por su parte, no podía relajarse. Sobre todo en la parte inferior de su cuerpo. Apenas sintió las piedras calientes cuando la masajista las reajustó, ni sintió cómo empezó a masajearle la parte inferior de la espalda.

Lo único que podía sentir era un incómodo latido en la parte que ninguna masajista tocaría. Cerró los ojos, deseando que se le fuera de la cabeza la imagen de los senos de Lucy, Por desgracia, estaba clavada allí y Natsu sabía que nada podría desbancar aquella imagen a menos que la viera completamente desnuda. Y eso grabaría otra imagen completamente diferente en su cerebro, una mucho más peligrosa.

¿Cómo iba a casarse con Lisanna si sentía cosas tan poderosas hacia Lucy? No sólo era justo para ninguna mujer, sino tampoco para él.

Hiciera lo que hiciera, tanto si seguía sus sentimientos lujuriosos por Lucy como si buscara la fusión empresarial con Lisanna, iba a tener que pagar el precio.

En uno de los supuestos sería monetario, el otro lo pagaría con el corazón.

¿El corazón?

Natsu dejó escapar un suspiro profundo y frustrado. Sí, temía que su corazón estuviera empezando a implicarse con Lucy y con su seducción. Eso echaba por tierra su teoría anterior sobre sentimientos lujuriosos.

Y ahora, ¿Qué diablos se suponía que tenía que hacer?

¿Le estaría jugando la mente malas pasadas debido al íntimo escenario?

No. Si quería ser sincero consigo mismo, debía reconocer que aquello empezó con aquel maldito toro mecánico. Bueno, al menos el despertar sexual. Pero el respeto y el cariño hacia Lucy comenzaron poco después de que entrara a trabajar en Dragneel Entreprises y viera lo capaz y eficaz que era.

¿Por negocios o por amor? (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora