¿Por negocios o por amor? (Adaptación)

Capítulo 18

-¿Cómo dices?

Lucy se quedó mirando la mano de Mavis paralizada a medio camino entre su boca y el helado de chocolate y caramelo líquido. Estaban relajándose en unas tumbonas que daban al mar, charlando como unas adolescentes.

Lucy repitió lo que había dicho.

-Me pidió que le organizara la boda.

-Qué estúpido.

Mavis se metió la cuchara de helado en la boca y la saboreó. Lucy sentía que realmente merecía algún tipo de premio por estar allí viviendo la agonía no sólo de ver a Mavis poniéndose morada a chocolate, sino también por tener que revivir la pesadilla de planear la boda de Natsu y Lisanna.

-Bueno, yo tampoco estoy libre de culpa -Añadió Lucy-. En cierto modo manipulé la situación para acercarme más a él.

Una sonrisa traviesa cruzó el rostro de Mavis.

-Sabía que no le dejarías marchar sin pelear. Quiero todos los detalles.

¿No podía se más juvenil aquella conversación?

Pero Lucy necesitaba realmente una opinión femenina, así que se lanzó.

-Bueno, al principio me negué a viajar con él, pero entonces le dije que necesitaba ver destinos de luna de miel y que él tenía que acompañarme.

A Mavis se le iluminó el rostro.

-Me encanta. Sigue.

-Le dije que ésta sería la oportunidad perfecta para mirar hoteles que estuvieran en bancarrota debido a la crisis.

Mavis dio una palmada mientras soltaba una carcajada.

-Maravilloso. Está claro que lo conoces lo suficiente como para saber que tenías que hablar de negocios. Sigue.

-La primera noche en Cancún organicé una cena en la playa con un arpista tocando de fondo.

Mavis pasó una uña perfectamente arreglada por la fila de chocolates que había en la caja y finalmente escogió otro.

-Me encanta esto. Romanticismo, el juego del gato y el ratón y comer chocolate. No te detengas.

Lucy sonrió y se acomodó en la tumbona.

Aquella era una buena recapitulación.

-Hablamos un poco y estuvo a punto de besarme, pero sonó el teléfono. Era Lisanna.

Mavis gimió.

-Oh, no.

-Sí.

Lucy se hizo también con su propio bombón de chocolate. Al diablo.

-Pero no fue una noche completamente perdida, porque me estaba mirando como si nunca me hubiera visto antes, así que supe que íbamos a llegar a algún lado. Y me beso.

-¿Qué? -Exclamó Mavis.

Lucy se mordió el labio.