Capítulo 9

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Puerto Vallarta era tal y como Lucy lo había imaginado, y se alegraba de haberlo incluido en el itinerario. Brillante, tropical, exótico. Había gente guapa por todas partes, vestida de manera informal pero estilosa. Los vendedores callejeros vendían su mercancía en la calle. Allí podía encontrarse de todo, desde vestidos a bolsos hechos a mano. Tendría que comprarse algo para recordar aquella excursión... como si pudiera olvidar ir saltando de destino en destino con Natsu.

La ciudad que quedaba atrás estaba llena de turistas, pero no era muy grande. Lucy confiaba en que no hubiera corrido la voz del lugar que querían visitar. Aunque le habían prometido que Dragneel Estreprises era la primera de la lista, el mundo inmobiliario era despiadado. Cuando el conductor detuvo el coche frente al blanco hotel de cuatro plantas, Lucy supo que la cabeza de Natsu ya estaba en marcha. Tal vez no demostrara lo ansioso que estaba por comprar su primera propiedad fuera de Estados Unidos, pero Lucy sabía que por dentro estaba saltando como un niño en la mañana de Navidad.

Tres grandes arcos daban paso al vestíbulo. No había puertas por ninguna parte. Aquel lugar tenía un aire muy parecido al hotel de la isla Tenro. Y Lucy sabía lo mucho que significaba ese sitio para Natsu y Zeref.

Natsu no dejaría escapar esta propiedad.

Cuando el conductor abrió la puerta, Natsu salió y extendió la mano para ayudarla a bajar.

-Es precioso -susurró ella cuando su mano encontró la suya.

Natsu le mantuvo la mano sujeta mientras la guiaba por el suelo de terrazo. Dos minutos después de su llegada, un hombre nativo y alto vestido con un impecable traje color crema los recibió y los guió hacía una estrecha sala de juntas. Lucy tomó asiento al lado de Natsu, que hizo lo mismo al lado del dueño de la propiedad.

La reunión duró menos de una hora, y cuando llegaron al coche que les estaba esperando, Natsu y su hermano Zeref eran orgullosos dueños de su primera propiedad fuera de Estados Unidos. Lucy hizo un esfuerzo por guardarse sus comentarios para sí misma, pero cuando estuvieron en la parte de atrás del Jaguar para dirigirse al hotel en el que se estaban hospedando, se giró hacia Natsu.

-¿Estás seguro de que Zeref va a estar de acuerdo con esto? -le preguntó.

-Claro que sí.

Natsu se había aflojado ya la corbata color cobalto, se había desabrochado los dos botones superiores de la camisa y ahora se estaba remangando la camisa para dejar al descubierto unos antebrazos bronceados.

-¿Estás seguro?

Él se encogió de hombros.

-Lo llamaré por teléfono esta noche y le diré que tenemos que hablar. Aunque preferiría contárselo en persona. También tenemos que hablar del cambio de nombre del hotel.

Lucy subió la rodilla al asiento de cuero y se giró para mirarlo.

-¿No sabía que ibas a venir aquí?

Natsu le dirigió una mirada insinuante que aquello no era asunto suyo, pero ella no se amilanó.

-Natsu -comenzó a decirle en tono suave-, sé lo importante que es para ti ampliar tu negocio a otros países, pero tu padre os dejó su legado a ti y a Zeref. Tiene derecho a saberlo cuanto antes.

¿Por negocios o por amor? (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora