Llegué a casa repleta de bolsas, debo admitir que me emocioné mucho comprando ropa, zapatos y accesorios. La casa estaba vacía, bueno no es de sorprenderse así esta siempre. Papá no estaba por lo visto andaba acompañado de su amigo "el alcohol".
Aún no me explico como una persona puede ingerir tanto alcohol en su organismo.
La noche se hizo presente por lo cual opté por dormirme, estaba cansada, había sido un día agotador. No se porque pero se me vinieron a la mente las palabras de Emily, ¿En serio yo soy infeliz?, miles de preguntas se me vinieron a la mente. Estaba claro que no era feliz, debía admitirlo y ser sincera conmigo misma, yo no soy feliz, nadie podría serlo teniendo un pare alcohólico y una madre fallecida.¿quién podría ser feliz así?, ¡Nadie!.
Tratar de aparentar lo que no soy es una de mis mejores facetas, trato de aparentar ser esa típica chica consentida, egocéntrica, mimada, pero muy dentro de mi, sé perfectamente que no lo soy, no soy tan superficial como creen que soy. ¿Quieren saber como realmente soy?. Es todo lo contrario a lo que aparentó ser, aunque debo admitir que amo ir de compras y también el dinero. Desde muy pequeña sé aparentar ser una persona que no lo soy.
Me desperté gracias al despertador de mi celular, no sabía si ir al instituto o quedarme en casa, tenía bastante flojera como para levantarme. Díganme floja, pero es normal.
Ya no lo pensé más y me levanté, decidí ir.
-Lindas botas - me sobresalte en cuanto sentí tu voz en mi oído. ¡Dios! nunca había sentido esa sensación en mi.
-¡Pesadilla! , opino lo mismo - miré mis botas.
-Como llegaste a tu casa - pregunto.
-Manejando supongo yo - reí y guarde unas cosas en mi casillero.
-¡No te lo puedo creer! - dijo sorprendido, su forma de decirlo me hizo reír. Poco a poco me estaba dando cuenta de que primero debo conocer a las personas y luego criticarlas.
-Eres un payaso Bieber - le dije.
-Te aprendiste mi apellido - dijo con un tono tierno.
-No ha llegado tu amiguita íntima ¿no es así? - pregunte.
-No, no ha llegado - recostó su espalda en el casillero.
-No entiendo por que me odia tanto - suspire - no le he hecho nada malo.
-Lo sé, pero Emily no es mala, solo es que...
-¡Para de defenderla! - dije ya frustrada - ella es un monstruo, deja e decir que no mata ninguna mosca.
-¡Yo la conozco! - dijo enojado y se acerco a mi - tu no la conoces - cada palabra la decía con rabia, pero luego se fue. Puede que no la conozca, pero sé la clase de persona que es, no es bueno tenerla cerca. No sé porque, solo lo presiento.
Camine hasta la sala de piano, agradecí que estuviera Britany no quería estar sola.
-¡Huy! ¿y esa cara? - me pregunto en cuanto llegue a su lado, ¿que tiene mi cara?.
-¿Que tengo en la cara?
-Te notas enojada - Britany me conocía perfectamente.
-Si, pero no viene al caso - giré mi cabeza y mi mirada se encontró con la de el, me miro, su mirada todavía expandía enojo, lo podía notar.
*
Su mirada se encontró con la mía, estaba enojado, nunca me ha gustado que hablen de mis amigos, no porque sea la hija el dueño del instituto se lo iba a permitir, pero por una parte tenía razón, ella no le ha hecho nada como para que Emily la odie tanto. Simplemente nunca entenderé a las mujeres.
