XII

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—Wow...—murmuró Daphne, al darle vuelta a la silla donde Pansy estaba sentada. Consideraba que se veía más diva que nunca.

—¿En serio tienes que ir a aporrear a Granger hoy? No creo que sea ella la que se merezca tremendo mujerón esta noche —se burló Millicent, sacudiendo su cabello.

La vestimenta de Pansy era exuberantemente costosa, aclamaba por un cuerpo digno de utilizarla, y efectivamente, llegó Pansy a gastar su dinero en ello.

Consistía en un vestido corto de tela de mikato, la más utilizada para vestidos costosos o de marca en aquella época. Llevaba un escote notorio, pero al mismo tiempo con su toque sutil. El bordeado del escote era de un encaje floreado, mientras que los tirantes eran de la misma tela que el resto del vestido. Para decorar, llevaba un cinturón dorado (cortesía de Theodore) con una hebilla en forma circular. El color definido de todo el vestido eran un negro marfil, con detalles en la parte trasera.

Su maquillaje constaba de lo básico que llevaba todos los días, pero con un degradado entre dorado y marrón claro de sombras. Su labial de tonalidad mate hacía que su rostro se viese impecable y poco exagerado, mientras que sus facciones naturalmente resaltaban. También portaba un precioso collar de oro con una P colgando del mismo.

Su cabello estaba suelto, pero con bucles perfectamente realizados en las puntas. Caía por delante de ambos de sus hombros como una cascada, resaltando abiertamente los pequeños detalles que había en la parte de la espalda.

Millicent llevaba un vestido largo color vino, con una abertura en los muslos y con un gran escote. Su maquillaje eran unos tonos rose gold junto con un delineado estilo cola de gato, mientras que sus labios solo llevaban unos toques de purpurina blanca y un brillo labial de muerte. En sus muñecas se lucían unos brazaletes platinos ligeros, junto con unos círculos blancos. Su cabello estaba prolijamente atado en una coleta alta, la cual sacudía cada momento que podía.

Daphne, por su parte, llevaba un vestido corto dorado, con un cinturón blanco que hacía resaltar sus curvas de una manera que reflejaba todo el dinero que había gastado tan solo en ese accesorio. Su escote era completamente cubierto por la tela, mientras que su maquillaje era en pocas palabras, una cascada de color rojo. Sus ojos llevaban una sombra de un color vino tinto, con un punto de luz blanco en el lagrimal, mientras que sus labios teñían un color rojo cereza casi tan intenso como su ex-polvo y sus mejillas tenían un color rosa que tal vez no era rubor. Su cabello estaba recogido en una especie de moño, junto con dos mechones de cabello rizado cayendo por su rostro.

Una de las pocas cosas que coincidían en las tres esa noche, era el hecho de que llevaban los mismos zapatos; todo por un capricho de Millicent. Llevaban unos tacones negros con punta de aguja y una especie de rosa en la punta delantera. Dejaban al descubierto la parte superior del pie, pero los dedos estaban fuera del campo de visión de cualquiera.

Las tres estaban perfectas, y eran conscientes de ello.

—Por ahora, estoy reservada, Millie —le sonrió la morena—; quizás después de la apuesta haya tiempo. Pero, por ahora, tenemos una noche que disfrutar y personas que emborrachar —finalizó, con una sonrisa socarrona.

—Draco y Blaise nos esperan en las escaleras. Theo está reteniendo a la gente que hay afuera.

—Adoran llegar antes de la hora, y no entiendo porque —murmuró la rubia, alisando la parte superior de su vestido.

—¿Creen que debemos hacernos esperar o bajamos ahora? —cuestionó Pansy, dudando.

—Draco quiere asesinar a todo el que se le cruce, así que creo que es hora de que vayamos bajando —habló Millie, entregándoles a ambas chicas sus carteras y jalándoles hasta la salida.

Maldito Veritaserum; Pansmione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora