Todo es perfecto.

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—¿Bueno?— Era una llamada de un número desconocido.

—¿Hablo con la señorita Marano?— era la voz de una chica en la otra línea.

—Si con ella, ¿De dónde me hablan?

—Señorita Marano, es de parte de la revista Chick Magazzine y es para preguntarle si nos puede dar una entrevista con su novio.

—Oh, sí, claro. Pero debo avisarle a Ross, ¿Cuándo seria la entrevista?

—Mañana si se puede, señorita.

—Muy bien, avisaré y estaré en contacto con ustedes.

—Muchas gracias, señorita. Que tenga un buen día.—se despidió.

—Gracias, igualmente—La llamada se cortó.

Esta sería la vez número veinte que dabamos una entrevista. Desde que anunciamos nuestra relación los teléfonos de nuestros asistentes, nuestras casas y los personales no dejaban de sonar. Ya habíamos dado miles de testimonios a miles de revistas de todo el mundo, haciendo entrevistas por teléfono y en persona.

Aún éramos tendencia en Twitter, Facebook e instagram.

No paraban de llegar fans con regalos a las puertas de nuestras casas, y adonde fueramos habian personas que nos tomaban fotos y las subian de inmediato a las redes.

Tuvimos que cambiar nuestros celulares porque no paraban de entrar las llamadas. Fuimos el centro de atención por más de una semana.

Esta entrevista sería la última, Ross y yo nos estabamos cansando de repetir la misma historia, y teniamos tantos compromisos que llegabamos exhaustos a nuestras casas.

Entiendo porqué Kevin y Heath nos pidieron hacer primero la cuarta temporada.

Pero todo lo malo tiene un lado bueno, y es que pasabamos practicamente todos los días juntos, Raura para aquí, Raura para allá. Era tiempo bien usado.

Tomé mi teléfono y marqué el número de Ross.

—¿Hola?—su voz se escuchaba agotada.

—Ross, cariño.—él suspiró alegre.

—Oh, Lau, me faltaba tanto tu voz.—Él era un profesinal exagerando.

—¿Qué tal las grabaciones del nuevo CD?

—Hasta ahora vamos en Stay with me.

—Genial, han progresado.

—No creas, es la cuarta cancion y son veintidós.

—Oh.—suspiré—¿Vas a estar ocupado todo el día?

—Tal vez continuemos grabando mañana, no tengo ganas de cantar más hoy ¿Por qué?

—Otra entrevista.

—Rayos.— Maldijo por lo bajo—¿Otra?

—Si, pero esta será la última, ya no puedo más.

—De acuerdo. ¿A qué hora?

—En la tarde, llamaré para avisar que vamos.

—Te recojo antes para ir a almorzar.

—Genial, te amo.

—Te amo, Lau—la llamada se terminó.

Entré a la ducha me bañé, me vestí y en menos de nada estuve lista, después llamé a la revista para confirmar la cita.

—A las tres señorita Marano— contestó la recepcionista.

—Muy bien, estaremos allí a las tres. Adiós.—colgué la llamada.

Duré un tiempo revisando y respondiendo mis redes sociales, hubo un Tweet que me gustó mucho.

@Raura11 "Raura es la mayor noticia en el mundo, creo que hablo por miles de fans si digo que todas las Rauratics quisieramos ser sus hijas."

De inmediato contesté ese Tweet.

Laura: "Hey @Raura11 , @rossR5 y yo las concideramos a todas ustedes nuestras hijas. Eres muy dulce y no cambies"

Ross se sumó a la conversación haciendo una pregunta que saturó Twitter e Instagram.

"Hey Fans, que nombre les gustaria que tuviesen nuestros hijos?? Niño y Niña."

Todos comenzarón a usar  #RauraMommyandDaddy.

Fue algo épico, algo que de seguro iba a hacer creer a nuestras fans que yo estaba embarazada. Salí de mi celular y Ross me mandó un mensaje.

Estoy en la esquina ve saliendo

Tomé mis gafas de sol y mis llaves y salí al porche, mientras cerraba la puerta escuché el claxon del auto de Ross.

Él se bajó del auto y se me acercó por la espalda.

—Hola—Susurró besando mi cuello.

—Hola—me giré y besé suavemente sus labios.

—Te extrañe tanto—me devolvió el beso.

—¡Qué dices! Nos vimos ayer todo el día.

—En la noche tambien se extraña.

Reí y nos montamos al auto. Llegamos a almorzar a algun puesto de comida mexicana.

—Lau, debo comentarte algo.—dijo Ross jugando con mis pulseras.

—Dime, ¿Qué pasa?— jugué con su anillo.

—Ok—tomó aire como si nunca lo hubiese hecho.—Quiero que vivas conmigo.— levanté las cejas y abrí los ojos como platos—¿Es una idea descabellada?¿Muy rápido? Lo sabía—Susurró lo ultimo.

—No es descabellado, en realidad me encanta esa idea.

—¿En serio?— abrió los ojos y una sonrisa se dibujó en su rostro—Creí que me dirías que estoy loco.

—No, en realidad me encanta, ¿Cómo se te ocurrió?

—Bueno, pues como sabes se supone que nos íbamos a ir a vivir los cuatro a un departamento; Rocky Riker Ratliff y yo, pero ya que estamos tan bien me gustaría irme a vivir contigo—Sonreímos juntos.

—Acepto, mañana mismo comenzaremos a buscar un departamento.

Locura de amor en el set  [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora