Bienvenido a la familia

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—¿Bueno?— dijo Raini al otro lado de la linea.

Hola Rai.—Saludé

¡Lau!¿Como estas?

—Genial. ¡Hey, Rai! Necesito un favor.

Ah claro, me llaman solo para pedirme favores.—Su tono sarcastico/ molesto no engañaba a nadie.

—Ajá.—Rodé los ojos.—¿Rai, puedes venir a mi casa hoy?

Claro Lau ¿Pasa algo?

No Rai.—Contesté.— Solo es para darle la bienvenida a Vanessa y a mis papás.

Oh, si ¿A que hora?

A las 6 pm.

Ok, nos vemos.

Ross también acababa de colgar, llevaba una sonrisa de satisfacción en la cara.

—¿Que te dijo?—Pregunté interesada.

—Al parecer soy el amigo más interesado del mundo,  según Calum.— Pero él seguia sonriente.

—Bueno, bienvenido al club de los amigos interesados.—Sonreí, Ross se acercó y me abrazó por la espalda, eso provocó más de un cosquilleo en mi cuerpo.— ¿Ya llamaste a tu familia?— La verdad no me interesaba, pero lo hacia para llenar el silencio incomodo que estabamos pasando, mi corazón iba a mil. Latía tan fuerte que seguro Ross  lo podía escuchar.

—Si.—Comenzó a besar mi cuello.—Están...—Beso.—
Ansiosos...—Beso.—Por...—Beso.—Venir...

—Si vas a darme un beso por cada palabra deberias decirme todo el diálogo de Romeo y Julieta.—Continuó besandome, esta vez en los hombros.

—No, deberia hacer esto.—Me giró y beso en la boca. Sonreia mientras me besaba. Yo no podia resistirme a él. Subí mis piernas y las puse al rededor de sus caderas. ¡Vaya si se sentia bien!  Queria hacer de todo. Acariciar su cabello, enterrar mis uñas en su espalda y besarlo. Besarlo en todas partes. Él me levanto un poco más. Pegándome a la pared de la alcoba, se suponia que habíamos venido a practicar lo que diriamos. ¿Pero que más explicaciones dar? ¡Al diablo las explicaciones, tan solo besame! Levantó la tela de mi camisa haciendo circulos en mi abdomen con sus pulgares. Lentamente, ni idea de como, me dejó en la cama recostada, yo sabía lo que venia, despojarnos de nuestras prendas. Pero no fue así. El bajó hasta la cama y me besó mas intenso, dejandome sin respiración. Nos separamos a causa de esto.

—Ross...no puedo... hacerlo.—Dije mientras jadeaba, él me miró desconcertado.

—¿De que hablas, nena?

—Mira... yo... debo decirte algo.—Palmeé el lado de mi cama indicándole que se sentara junto a mi.—Yo... Ross... yo no... puedo decirlo.

—Tranquila, nena.—Tomó mi mano y la acarició.—Puedes decirme lo que sea. Confio en ti.

—Está bien.—Tomé aire y exhalé con fuerza.—Tambien soy virgen.—Dije tan rapido deseando que él no hubiese entendido. Pero lo hizo. Él lo entendió.

—No importa.—Sonrió comprendiendome.—¿Se te olvidó que yo tambien lo soy?—Era verdad ¿De que me avergonzaba?—Antes, nena, es mejor. Estamos en la misma situación. Por ende  ninguno tiene ventaja sobre el otro.—Asentí insegura. Se puso en cuclillas en frente mio y me tomó ambas manos.—Lau, yo esperaré por ti hasta que te sientas lista ¿Vale?.—Besó mis manos.—Pero prométeme que seré yo el que reciba tu santidad.

—Lo prometo.—Asentí.— Es fácil hacerlo contigo, porque tu haz sido y serás siempre el primero. Fuiste mi primer beso. Y primer amor serio. Quiero que sea así hasta tres eternidades mas.

—Lo sera, bonita.—Besó otra vez mis manos.—Las eternidades que tu quieras lo serán.

—Ross, yo me gané la loteria contigo.—Él me regalo una de sus sonrisas mas inspiradoras.

—Y yo contigo, mi princesa.

{•••}

—Lau.—Sonó la voz de Vannesa  desde el otro lado de la linea.—¿Donde estan?—Miré el gran letrero que estaba en la pared.

Puerta 27,  Vanne.—Escuché que Vannesa  le decia lo mismo a mamá y a papá. Ellos le daban indicaciones para llegar acá.—¿Donde estan ustedes?

Saliendo de la sala para abordar. Ya vamos para alla. Bye.—Colgó la llamada.

—¿Donde estan?—Me miró Ross removiendose en la incomoda silla de metal.

—Practicamente bajando del avion.—Lo miré.—Supongo que se tardaran unos 15 minutos al menos.

Moví rápido mis dedos y le envie un texto a Raini.

¿Todo listo?

Tal como lo dice el plan.

Ok, te escribo cuando estemos cerca.

Ok

—Todo listo, amor.—Me miró con una amplia sonrisa.

Al poco tiempo estabamos saludandonos con Mamá, Papá y Vannesa .

—Señor  Damiano.—Ross estiró la mano.

—Ross.—Papá saludó estrechandola.—¿Haz cuidado bien de mi bebé?

—Como mi propia vida.—Ross sonrió. Era un juego entre ellos dos.

—Muy bien muchacho.—Palmeó su hombro. La relación de papá y Ross  era tan estrecha como la mia con Stormie.

Terminamos de saludarnos y nos dirijimos a casa. Me senté adelante junto a Ross, mientras que papá y él hablaban sobre algo a lo cual no le puse atención.

Estamos en la esquina. Abajo luces.

Si capitan.

Todo listo. Estabamos a minutos de hacer la relación oficial entre familias.

Llegamos y todo estaba en silencio. Muy bien, Raini merecia un premio.

Entramos y todos gritaron «¡Sorpresa!» mientras se encendía la luz. Dejé a mis padres  y hermana saludando a todos. Caminé a la cocina y comencé a pasar los platos.

Comimos y mamá agradeció la cena. Rydel y Raini pasaron el postre, se les veia a todos, menos a los recien llegados, que estaban hiper ansiosos. Y no era para menos. La hija menor de Ellen y Damiano tenia novio. Había extendido sus alas.

Terminó el postre y le di la seña a Ross.

—Mamá, papá, Vane.—Me levanté.— Ross y yo debemos anunciar algo.

—Sinn rodeos.—Dijo Ross.— Somos novios.—Vannesa  dejó su boca en forma de "O" Mamá frito de alegria y Papá no dijo nada.

—¿Pá?—Me sonrió y abrazó a Ross.

—Bienvenido a la familia.

Locura de amor en el set  [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora