Un buen café debe ser: negro como la noche, caliente como el infierno, dulce como el amor.
Ese olor tan maravilloso ¿estaré en el cielo? Es que es tan divino. Siento como el vapor del café me da en la cara y aspiro ese delicioso olor; esto es un buen café sin duda alguna, no me equivoco. Esta recién hecho. Ni siquiera abro los ojos, me dejo guiar por el olor.
Al ir avanzando empiezo a sentir que algo me molesta los parpados cerrados, los abro de golpe. Me ciega la luz por unos instantes, pero rápidamente enfoco mi vista de nuevo. Observo; enfrente de mi hay una mesa circular de madera, encima de este se encuentra un foco de los antiguos que se jalan con un hilo para encenderse, al otro extremo de la mesa hay una silla vieja y en medio de esta, ahí está… es maravilloso, es hermoso. Un café.
Miro mí alrededor, no hay nada. Esta oscuro, ni un rastro de luz en el lugar, parece ser que el foco es la única cosa que puede iluminar la habitación. Pero eso no importa, enfoco de nuevo mi vista en la taza. Es blanca y está colocada en medio sobre un plato blanco como las nubes, esta ese líquido que me vuelve loca. Café, mi café.
Observo detalladamente su color, es negro… ¿habrá algo más negro que esto? Aparte de los negros. Veo cómo sale el vapor y nuevamente me llega el olor; me quiere seducir esa taza. Me decido a tomarla, rozan mis dedos con la aza pero…. Se desvanece, ya no está. Se ha esfumado.
¿Y la taza?
¿Y el maravilloso café?
¿Mi vida?
Esto no es vida… es el infierno.
Veo a mi alrededor y pero sigue igual. Sin rastros de MI café.
Vuelvo a la vista a la mesa, pero ya no hay mesa; ni silla. Solo el foco feo. Le pongo mala cara y este se funde.
—Perdón, perdón, perdón, perdón. ¡Vuelve! ¡Vuelve! ¡Vuelve! Eres hermoso, Eres lindo —respondo a la oscuridad, me siento una estúpida. Pero en casos así, cualquier cosa es buena.
Al parecer las plegarias no van con el foco. No se encienda ninguna luz de nuevo, ya me estoy enojando. ¿Por qué no encienden la luz? Por lo menos que me regalen un cerillo.
Escucho un sonido, algo está pitando, suena cada vez más cerca. Acaso estoy… ¡¿MUERTA?!
—Ni si quiera probé el café, esto es injusto. ¡Esto es injust…!
No termino la oración. Tomo aire como si nunca lo volviera a utilizar; tengo la boca entre abierta e igual intento jalar aire. Abro los ojos pero no veo nada. ¡No veo nada!
Escucho aun ese molesto ruido, y todo empieza a encajar. Estoy en mi habitación, lo que suena es la alarma maleducada, posiblemente no es bueno tomar café a la mitad de la madruga. Pero eso no explica porque no veo.
Intento alzar la cabeza, pero no puedo. Es como si me estuviera algo encima… diablos ¡Lum!
Alzo las manos y toco la bola gordinflona de pelos, que fue mi antifaz de dormir esta noche. Me quito a Lum despacio, lo coloco en mi regazo.
—No me molesta ser tu cama, pero ¡en mi cara! ¿Enserio Lum? —le contesto indigna pero con una risa por dentro, se limita a darme un maullido y volver acomodarse. Lum es el gato que me regalo mi madre, ella ama los animales. Mi padre le consiente ese capricho de tener siempre algún animal en la casa según el para verla feliz, aunque no lo admita… el igual le gustan.
Lum fue mi regalo en mis 19 años. Mi madre venía de algunas compras de víveres de la casa, pero justo en la esquina escucho maullidos en un arbusto; se asomó para buscar al indefenso ser pidiendo ayuda. Pero encontró a un gatito anaranjado jugando como un envase de refresco y este tenía la mitad de la etiqueta rasgada diciendo “Lum” de ahí el nombre. Desde hace 3 años Lum es mi amigo.
Me levanto; voy al baño me enjuago la cara para quitarme los pelos de Lum. Amo mi gato pero dicen que los pelos son malos y más en los ojos. Me seco con una mini toalla y salgo de la habitación. Las cortinas muestran que aun amanece, me desperté a buena hora.
Me acerco al tocador y veo mi cara… tengo cara que deseo un café, un buen café. Y que mi pelo no es mi mejor amigo hoy.
Miro a Lum mientras observo como se acomoda mejor en la cama y sigue durmiendo; dichoso de él. Quiero ser un gato, quiero dormir, ser vaga y en vez de leche quiero que me den cacao liquido como alimento.
Evito pensar sueños hermosos e imposibles. Me dirijo a fuera de mi habitación. Camino rápidamente por la sala, rodean los sillones y muebles de madera que se atraviesan a mi destino. Miro hacia la ventana, observo el sillón ovalado negro que me regalo Mirian que mira hacia la calle, puedo ver un libro que está cerca del ventanal; este espacio lo puedo utilizar para poner plantas pero que mejor que un espacio para mí. Los lugares especiales los hace uno solo. Así que se volvió una mini mesa, mi propio balcón. A lado del libro detecto mi taza. Cambio mi rumbo tomo la taza que deje a lado de la ventana al tomar en la madrugada, y observo la ciudad. Ya está en movimiento al igual que yo debo estarlo. Me dirijo a la cocina.
Busco el interruptor y la luz ilumina la estancia. Debo termina de desempacar algunas cosas, pero admito que avance mucho yo sola. Saco todo para comenzar lo mejor que puede a ver aprendido en mi vida… aparte de mi carrera.
Empiezo el mejor ritual que existe... la preparación del café.
Lavo mi taza favorita mientras pongo el agua a hervir, saco el café que mi abuela me manda cada semana; pero lo mejores me los manda cada mes. Sí; la abuela me trafica café.
Mi abuela es todo un personaje; pobre del que hable con ella. Es una versión mía del futuro… para no decir vieja. Observo mi taza, ella me la regalo. El amado “coffe”. Que historia la de esta taza...
Me interrumpe un burbujeo—. El único sonido más agradable que puede dar el agua —. Murmuro a la nada.
Vierto un poco de agua en la taza, dejo que esta me dé con vapor en la cara. Es como una caricia entre esas grotescas pero cálidas, es agresiva pero al final te gusta; es medio masoquista la situación.
Tomo una chuchara para café, colocó la cantidad necesaria para mi taza y lo dejo caer en el agua; puedo notar como esta se disuelve lentamente de transparente a negro. Hay personas que son así y otras que son todo lo contrario. Miro como el polvo de café cae al fondo de la taza y las orillas que aún no se disolvían con el resto, se ponen de un tono café claro.
Añado un poco de azúcar al asunto; hoy amanecí especial así que le pondré 2 cucharadas. Al tirar el ultimo gramo de azúcar inmediatamente meto la cuchara a la taza y empiezo a revolver la mezcla. Veo el vapor salir de la taza y me golpea el dulce olor en la nariz, es tan genial.Tiene una excelente pinta y el olor me invita a tomarlo, solo queda probar.
Al dar el primer contacto con mis labios siento la agradable acidez del café. Sin la acidez el café es plano; es como ir a la playa con el sol al máximo pero con abrigo, no tiene sentido. Necesita esa acidez sí o sí. Siento el cuerpo del café, no puede ser solo liquido necesita estar integrada la viscosidad; así esta no pueda escapar de la lengua y se pueda apreciar el sabor real.
Puedo sentirlo y saborearlo… es dulce, delicado, maduro, acaramelado, entre achocolatado y por ultimo picante. Sin duda un buen café, pero nada como el de la maestra.
Miro mi celular para saber si alguien sea acordado de mí. No los alcanzo a observar por ver la hora —. Joder —. Suelto un insulto, tomo mi café lo más rápido que puedo mientras empiezo buscar ropa para mi trabajo. Nada como un buen café, para un buen día.
El primer capitulo de "1 coffe", espero algunos me acompañen hasta el final :'D
He adelantado el capitulo, por que estoy loca... pero hasta el 1 de febrero tendran el proximo capitulo. Pongamoslo como un "Preestreno" xD
¡saludos!
Xally, la chica del anime.
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1 Coffe
Literatura KobiecaUna chica que ama el café debe ser alguien sin problemas; no debe ser alguien que cause desastres en lo personal o laboral... eso dice la sociedad. Es el tipo de persona que la miraras de lejos, te cautiva y si la conoces, te alejas o te cautiva nu...