Jaebeom fue testigo cuando el sol iluminó la habitación del hospital. No había podido dormir en toda la noche, y es que era imposible hacerlo cuando prefería velar por el sueño de Youngjae. El chico cada que se movía se quejaba de dolor, y en esos momentos solo podía rogar para sufrir él y no Youngjae.
Era extraño, puesto que no lo conocía lo suficiente, pero había despertado en él una sensación de protección que no podía evitar.
Miró el reloj de su muñeca, notando que eran las ocho de la mañana, y Youngjae iba a ser dado de alta en la tarde, así que lo dejó dormir otro poco. Miró al joven, y una duda creció en él. ¿Dónde se quedaría? El doctor le comentó que no poseía familia, ni nadie quien se haga cargo de él, y aunque Youngjae no estaba en una condición crítica, se sentía ansioso de solo pensar en el chico de nuevo en la calle.
La puerta siendo abierta llamó su atención, y miró a la enfermera entrar con la bandeja del desayuno, además de un pequeño carrito en donde traía sus materiales de trabajo.
—¿Aún no despierta el joven? —Jaebeom negó—. ¿Podría despertarlo? Pronto le toca su medicina y necesito limpiar nuevamente sus heridas.
Miró a Youngjae, y apretó los labios indeciso. ¿Cómo despertarlo cuando lucía tan en paz? Acercó su mano hasta el menor, pero no lo tocó. ¿Acaso no podrían dejarlo dormir y darle su medicina después?
La baja risa de la enfermera se escuchó, y miró a Jaebeom con gracia. —Luce muy tranquilo, yo tampoco quisiera despertarlo, pero su medicina es importante para que mejore más rápido.
—Lo siento.
La enfermera negó. Se acercó hasta la camilla y con cuidado movió a Youngjae, logrando que el joven abriera sus ojos con algo de confusión, parpadeando para despertar mejor.
—Buenos días, Youngjae. Estás en un hospital, y yo soy una enfermera. ¿Recuerdas por qué estás aquí?
El recién nombrado la miró por unos instantes antes de asentir, y rascar su ojito derecho con su mano hecha un puño. Con ayuda de la enfermera se sentó en la cama, y la mujer rió un poco, antes de arreglar sus desordenados cabellos chocolates. Youngjae bostezó, y posó su mirada en Jaebeom, quien no había soltado palabra alguna.
—B-buenos días, Jaebeom hyung... —susurró bajito, mirando al hombre con timidez.
—Buenos días, Youngjae. ¿Dormiste bien? ¿Te duele algo?
—Dormí bien, y solo me duele mi pierna —miró a la enfermera—. ¿Puedo ir al baño?
—Claro, ¿Necesitas ayuda?
Las mejillas del Youngjae se sonrojaron, regalándoles una imagen muy adorable a los dos mayores. Con ayuda de la enfermera, el menor fue hasta el baño a hacer sus necesidades y a lavarse su rostro y dientes, saliendo del baño tiempo después con un aspecto más fresco.
ESTÁS LEYENDO
¡𝗔𝗟FA! ៚ 𝗧𝗪𝗢JAE [VN#3]
Fanfiction「𝗔」Pasada su edad para presentarse, Jaebeom está consiente de que es un Beta más. Sin embargo, esto no le afecta en lo más mínimo. Con amigos que lo apoyan en todo, familia que lo quiere, un trabajo estable, y una bonita novia también Beta, él no...