Jaebeom tragó saliva pesadamente, mirando como Soyeon salía sin más del salón. Se llevó una mano a la frente, sobando la zona momentáneamente, intentando sobrellevar la situación.
—¿Hyung?
La pequeña voz de Youngjae llamó su atención, y lo miró, encontrándose con los ojitos contrarios que parecían no entender lo que estaba sucediendo. Respiró hondo, y posó una de sus manos sobre el hombro del menor con suavidad. —Necesito que te vayas a casa, ¿sí?
—Pero, hyung... —el chico apretó sus labios, mirando a Jaebeom sin saber exactamente qué sentir—. Yo, mhm, lamento si le causé problemas.
Jaebeom negó. —No ha sido tu culpa, fue más mía —rascó su nuca, y luego se acercó hasta su mesa para recoger su maletín y sus cosas. Avisaría en dirección que debía irse y no podía completar su jornada laboral. Miró nuevamente a Youngjae, y se sintió pésimo, no queriendo abandonarlo—. ¿Aún tienes para irte en autobús, no? No te vayas a subir a un taxi.
Youngjae bajó la cabeza y asintió, jugando con sus deditos de forma distraída. Jaebeom asintió, no muy seguro, y salió del salón en dirección a la sala de profesores para avisar de su salida, con la mirada de Youngjae sobre su espalda. El chico suspiró, y miró sobre la mesa el almuerzo que había preparado ese día para Jaebeom y que este había dejado sin más.
Mordió su labio, y lo tomó, sintiéndolo aún tibio entre sus manos. Se había abrazado a el durante todo el trayecto en busca de que no se enfriara para que su hyung comiese bien, sin embargo no sirvió de nada, puesto que este ni siquiera lo había abierto. No había visto su arroz decorado con varios vegetales, ni su carne picada en trozos perfectos. Tampoco había visto que había preparado su caldo favorito, y que en un envase a parte estaban unas cuantas galletas que había horneado precisamente ese día.
Su labio tembló levemente, y su vista se hizo algo borrosa, apretando con pesar el almuerzo contra su pecho. Parte de su vida se basó en sí mismo intentando hacer las cosas bien para que las personas pudiesen ver más allá de sus incontables defectos. Con padres que lo denigraban a cada rato, recordándole día y noche lo inservible e inútil que era, Lim Jaebeom era una gran bocanada de alivio. Su hyung parecía no ver nada malo en él, todo lo contrario, cada día se empecinaba en recalcar cada una de sus virtudes, de lo fuerte que era, de que valía más por ser una persona y no por su naturaleza Omega.
Aferrándose a la única persona que por primera vez lo veía con buenos ojos, su corazón no pudo evitar sentir un pinchazo de tristeza y desilusión; tristeza por verlo irse, desilusión por creer que era importante para el mayor.
—Quizás y solo me dejé llevar por el momento —murmuró, encogiéndose de hombros—, quizás y tener a hyung preocupándose por mí me hizo olvidar que también tenía una vida por fuera... que tenía una bonita novia Beta que luce perfecta a su lado —limpió las esquinitas de sus ojos, quitando aquellas lágrimas traviesas que se habían acumulado—. Solo soy un niño tonto que se dejó llevar por sentir cariño por primera vez en su vida.
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¡𝗔𝗟FA! ៚ 𝗧𝗪𝗢JAE [VN#3]
Fanfiction「𝗔」Pasada su edad para presentarse, Jaebeom está consiente de que es un Beta más. Sin embargo, esto no le afecta en lo más mínimo. Con amigos que lo apoyan en todo, familia que lo quiere, un trabajo estable, y una bonita novia también Beta, él no...