໒✦❫⋮ Alfa

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Jaebeom frunció el ceño ante las cosquillas en su cuello, así que abrió sus ojos con lentitud, encontrándose una gran cantidad de rizos color chocolate

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Jaebeom frunció el ceño ante las cosquillas en su cuello, así que abrió sus ojos con lentitud, encontrándose una gran cantidad de rizos color chocolate. Miró la hora en el reloj que reposaba sobre su mesita de noche, notando que apenas y eran las seis de la mañana. Aún quedaba un poco de tiempo antes de entrar a la universidad, pero de igual forma era mejor ir despertando.

—Jae, pequeño, arriba —susurró, llevando su mano hasta la cabeza del chico para peinar sus cabellos—. ¿En qué momento te metiste a mi habitación?

—Anoche hacía frío y hyung es calentito —habló Youngjae en medio de un bostezo, abrazándose aún más a Jaebeom—, y sin mirar el reloj sé que aún queda tiempo.

El mayor rodó los ojos, pero no se alejó del quejoso Omega, dejando un pequeño beso en su cabeza. Llevaban alrededor de tres meses en aquella rutina, tres meses que habían transcurrido desde aquel fatídico día en que salvó a Youngjae de las garras de aquel hombre. Con un estado más estable, Youngjae declaró toda la situación que había estado viviendo, teniendo la mano de Jaebeom aferrada a la suya indispuesto a dejarlo solo en un momento como ese, y aunque se negó a dar el nombre de sus padres, —por el simple hecho de ser justamente sus padres— el otro Alfa había hablado de ellos, así que en el transcurrir de un mes habían conseguido a la pareja, la cual había estado viviendo en la ciudad natal de Youngjae; Mokpo. Jaebeom se reservó aquella información, sabiendo que a Youngjae nada de eso le gustaría y él tampoco quería involucrarlo más. Se encargó de todo el asunto, sabiendo que aquellas tres personas habían quedado encerradas por unos cuantos años, muchísimos para su propia satisfacción.

Youngjae había vuelto a vivir con él, y poco a poco las cosas volvieron a la normalidad. Volvieron las mañanas alegres, acompañadas de la música de la radio y el cantar del chico. Volvieron las comidas acompañadas y las pláticas amenas de un sinfín de temas. Volvió la luz a la vida de Jaebeom, como también volvió la esperanza a la vida de Youngjae. Podría decirse que eran algo, pero nada muy profundizado. Se querían, más que amigos, como un Alfa quiere a un Omega, y era recíproco el sentir. Sin embargo, Jaebeom no quería apresurar las cosas, y es que Youngjae aún necesitaba sanar, o así pensaba él. Todo lo que había vivido Jaebeom lo respetaba, y no creía correcto ir por algo más.

O así pensaba él.

Porque más allá de sus pensamientos, estaba ocultando su inmenso temor de hacer las cosas mal con Youngjae. Apenas tres meses había descubierto su verdadera naturaleza como Alfa, y aunque nada estaba fuera de lo común, se sentía nervioso por equivocarse con el chico. En vez de ser Youngjae el que necesitaba tiempo, parecía ser él quien aún debía informarse de todo. Era alguien precavido, aún quería descubrir más.

—Llegarás tarde a tu tercera semana de clases, ¿quieres eso? —preguntó, sabiendo que aquello podía lograr algún estímulo en Youngjae. Tal y como lo había planificado antes, el chico entró por la carrera de educación, teniéndolo a él como un increíble respaldo. Había logrado obtener una beca completa por sus increíbles notas, y Jaebeom se encargaba de ayudarlo en todo lo que podía.

¡𝗔𝗟FA! ៚ 𝗧𝗪𝗢JAE [VN#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora