~No somos un secreto ¿no?¬

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Las palabras se cansan, dejemos que el deseo hable.

Dejemos que la conexión entre ambos nos guíe en este camino de piedras. La sensación completa de un beso, una mirada y ese cruce de sentimientos y sensaciones en una sola. No puedo evitar pensar en cómo hablarán nuestras miradas en aquel momento de conexión inminente. Y... ¿Cómo dejarlo?

No es posible detenerlo, ya no, ya nos entrelazamos. Nuestro hilo se cruzó y nos hizo un desorden. Ya solo queda el recuerdo en mi mente de cada momento que paso. Mientras las estrellas nos miraban, el frio nos arropaba y solo pensábamos en dejar que el deseo callará nuestras palabras.

Y el pasar de la noche al día, de la unión a la picardía. Solo hacemos que nada paso...
¿no es así? Mientras cada que nos vemos sabemos la emoción que le causamos al otro, chistes en doble sentido, menciones fuera de lugar... Sin obviar las sonrisas perdidas en nuestro mirar al cruzar.

~~Aturdido y Confundido¬

La noche pasada habíamos estado juntos en la noche y niebla fría. Recuerdo que jugábamos a "Verdad o Reto"... En aquella oscuridad, y el frio de la noche unimos nuestros labios. Creando una representación de perfección completamente fascinante. El momento pasaba, nuestros cuerpos se enlazaban más, mucho más... El tacto se convirtió paso a crear pequeños quejidos entre ambos. En la soledad y oscuridad mordía tus labios, lamia los mismo mientras conseguía hacerte sentir cómoda a mi lado. Junto a mí, junto a aquel cielo estrellado y con muy poca luz... Junto a nuestros cuerpos envolviéndose en una sola alma. La noche se convertía en madrugada, nuestras mentes son los testigos al igual que las estrellas de lo que paso aquella noche.

Tus manos bajaban por mi abdomen y jugaban con el lentamente mientras nuestros besos no se detenían y se volvían más frenéticos y profundos. Al momento de besarnos introducía mi lengua a su boca para jugar ambos dando pequeños círculos llenos de saliva. Llenos de deseo, de placer, de... Algo que no se definir.

Al llegar la mañana cada uno despertó de su cama, solo nos vimos a los ojos y sonreí como un idiota al pensar todo lo que habíamos hecho.

A eso de las 11 de la mañana decidí cambiarme de ropa, ya que... Bueno también necesitaba ir al baño. Antes de dirigirme al baño deje una nota cerca de ella, nota que dejaría un tenso comienzo del día.

Al empezar a cambiarme y lavar mi cara decidí verme al espejo un momento... Mientras lo hacía sentí los pequeños y sutiles golpes en la puerta que se encontraba bajo seguro para evitar que alguien pasase.

- ¿Quién? –pregunté

- Yo! –respondió en voz baja

En mi rostro se dibujó una estúpida sonrisa y abrí la puerta. Al abrirla estaba creando el inicio a un arma de doble filo.

Al pasar solo miré a sus ojos, ella a los míos y el deseo empezaba a tararear una melodía que hacía que nuestros corazones se agitasen, nuestras mentes se nublarán. Y no quisiéramos hablar de nada, solo dejarnos llevar.

Mis manos volvieron a su cintura, esta vez para tomar completa posesión. Sus manos a mi nuca empujándome contra su rostro, acercándonos poco a poco mientras los aires se hacían pesados y el calor corporal gritaba por cada poro de nuestro cuerpo. Tomar su quijada inesperadamente y llevarla contra la pared para besarnos con tanta sed del otro almacenada en lo más dentro.

El frenesí del momento, de nuestros cuerpos... Aquellas ganas de comernos y que no dejásemos nada del otro para nadie más. Su pierna izquierda se entrelazó contra la mía para empezar a moverse desquiciadamente contra mi cuerpo. Su movimiento contra mi cuerpo, su respiración agitándose y el calor entre ambos nos hacía hiperventilar sin querer dejar de compartir saliva. Lamer nuestras lenguas, besar nuestros labios, unir nuestros cuerpos lentamente.

No paso mucho para que inconscientemente subiera un poco mi camisa para quitar el sudor que había en mi abdomen. Quise hacerlo sin que se diera cuenta, pero igual lo notó. Se fue de cabeza a mi abdomen, besando mi cuello, bajando a mi pecho alzando mi camisa, y llegando a agacharse completamente ante mí. Mirándome desde abajo, sus ojos apuntando a los míos y sus manos jugando con mi pene por encima de la ropa... Sin ninguna palabra, solo quejidos lo saco de ahí y se lo llevo a la boca. Su lengua trabajaba en mí, sus dientes raspaban suavemente sobre mí. Y el choque en su garganta sonaba como si se ahogase comiendo... Sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas, bajaban por sus mejillas rojizas, para sólo hacerla mirarme y secarlas con mis dedos. Mientras que no paraba de empujar contra mí. Al sacarlo de su boca momentáneamente solo se asomaba un hilo espeso de su saliva en la punta de mi miembro. Y su mano moviéndose en él la quitaba tan de repente.

-Toc toc- sonó la puerta. La cual estaba cerrada con el seguro de hacía rato.

¿Quién? –respondió con dificultad.

~~~ - Un silencio penetrante nos aceleró el corazón. No sabíamos sin tan siquiera la persona sabía que ambos estábamos ahí, o solo era una confusión. Sea cual haya sido, nadie habló. El silencio duró un par de segundos, tantos para volver a subir mi pantalón y ella secara sus lágrimas llenas de maquillaje.

-No te vas de aquí –dijo sonando bastante predominante.

- ¿Pensaste que lo haría? –pregunté dándole más calor al momento.


No pasó más para volver al juego habitual de lenguas y saliva. Pero está vez... Me tocaba a mí.

Metí mis manos en su licra y moví mis dedos hasta abajo para crear fricción desde sus bragas.

Después de un par de minutos y empezar a sentir lo mojado y caliente que se volvía su entrepierna. Ella misma rodó sus bragas y metió dos dedos de mis dedos en su interior.

Contemplando lo caliente que estaba, lo húmedo y atrayente de su respectivo olor. El cual no me dejaba en que más pensar. Tenía que conseguirlo, su punto, ya que no bastaba con ver como mordía sus labios, sino también como sus quejidos se ahogaban y se convertían en... "Que rico!" suaves a mi oreja, mientras besaba mi cuello.

Mis dedos empezaron a entrar casi completamente, para mover en su interior de arriba abajo suavemente. Hasta que lo encontré, en su expresión facial. En su rostro hundido bajo la excitación.

- Muy despacio ¿no crees? –dije para insertar un dedo más en la cuenta. Y meter todo lo que quedaba en los demás.

Sin parar, mis dedos en ella, su flujo empezaba a chispear al moverlos más rápidamente.

El desquicio con el cual vengaba todo lo anterior, el dejarme a medio trabajo, sin hacer nada más...

Acabar y sentir su orgasmo en mis... Su flujo cayendo en mis dedos. Cada gota, cada bendita gota. Para subir mis dedos a la altura de mi rostro. Tragarlo y decir:

- Sabes tan jodidamente rico... No me cansaré de ese sabor- 

Liberalismo© (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora