Liberalismo© (+21)

IV

Solo me concentre en su lindo rostro, me fije mucho en que sus ojos llorosos ya habían arrojado unas lágrimas lo cual había hecho que su maquillaje se dañase y tuviese los cachetes llenos de rimel. En eso momento solo gastaba esas ganas tan oscuras de besarle a lo desgraciado. Besarla a un grado en que nuestras lenguas fueran una sola, y que cada beso sonara tan perfecto como si fueran los últimos.

Me concentre mucho en que sus muslos estaban muy mojados, todos sus fluidos estaban en sus piernas y el suelo... Wouh, el suelo estaba brilloso, y regresando a ese momento en el que seria nuestra primera de muchas veces. Solo empuje un poco mi pene adentro de ella y se sentía muy húmedo, era viscoso pero a la vez caliente. Era una sensación la cuál nunca olvidare, sus jadeos pasaron a ser gemidos muy fuertes, tantos que tuve que poner mi mano derecha en su boca para que no escucharan afuera del baño, cuando hice eso ella solo lamia mis dedos como si fueran un caramelo mientras yo satisfacía todas sus ansias sexuales guardadas mentalmente durante mucho tiempo.
 Solo quería seguir empujando y quedarme adentro de ella por siempre, no quería salir de su boca y mucho menos de su vagina, todo su cuerpo es perfecto, no me cuesta imaginarlo era tan lindo ver sus lágrimas, saliva y maquillaje encima de sus piernas mientras arqueada su espalda contra el vidrio del lava manos...

De repente solo escuchamos un ruido que venia del lugar de la puerta, era uno de los meseros, tocaron la puerta una vez y preguntaron:

--¡¿Hay alguien aquí?!

Ambos nos miramos y besamos de la manera más insaciable posible.

--Esto no quedará aquí -le dije suavemente al oído.

Ella solo sonrió y contesto:

~Siempre he sido tuya ¿no? ~Daddy

Nos arreglamos lo más rápido posible y entre risas solo contesté:

--¡Hola y si, me quede encerrado con una chica por favor ayúdenos!

(!Vaya excusa Cristian¡, lo siento no se me ocurría algo más)

Solo quite el seguro y el mesero golpeo la puerta y pues claramente se abrió.

El chico claramente se dio cuenta de el estado de mi chica, su cabello estaba alborotado y su maquillaje estaba caído, solo alcanzo a lavar un poco su rostro, el chico nos miro de arriba a abajo y nos dejo salir.

Al salir del baños nos fuimos directamente a la salida, olvidamos por completo la comida. La verdad no creo que fuera importante en este momento, subimos a mi coche y nos dirigimos a casa...