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El comedor estaba repleto, todos estaban hablando de una sola cosa, del baile de otoño, aunque todavía faltase para la fecha, no se podía dejar pasar a la ligera, sobre todo para los estudiantes del último año, Yoongi miraba alrededor, encontrándose con mesas que estaban más atiborradas que otras, pero ¿por qué estaban de ese modo? Era curioso, demasiado, cruzo los brazos sobre su pecho y comenzó a contar las mesas, no tardó mucho en percatarse de que había exactamente seis de ellas, seis mesas que estaban repletas de personas.

Estaba a punto de llegar a más posibles conclusiones de la razón por la que estaban tan repletas, cuando Jackson decidió interrumpirlo.

—¿Podrías dejar de estar tan distraído? —pregunto Jackson mientras llevaba otro pastel de arroz a su boca—. Llevas más de quince minutos viendo a los demás y sinceramente me estás asustando, Yoongi.

—No hay motivo para que te asustes, Jackson —el mencionado lo señalo con los palillos.

—¿Cómo no quieres que lo haga? —volvió a masticar para después pasar el bocado—. Te la haz pasado observando a todos, y no entiendo tus razones.

Y entonces las risas se escucharon estruendosas del lado derecho, tanto Jackson como Yoongi miraron al mismo tiempo, allí estaba Kim Seokjin, quien al parecer había dicho otro de sus graciosos chistes. Jackson rodo los ojos, siempre ese chico tenía a ese grupo de chicas y chicos siguiéndole, su grupo de aduladores.

—¿Por qué se rieron? —pregunto Yoongi.

—Yoongi, no te hagas él que no sabe —Jackson miro a su amigo, pero al ver su expresión de confusión, supo que no estaba mintiéndole—, me vas a decir ¿qué no conoces a Kim Seokjin? —Yoongi negó con la cabeza—. Debes estar bromeando, Min Yoongi.

—No estoy bromeando —exclamo Yoongi.

La realidad era que Yoongi no conocía ni siquiera a la primera parte de sus compañeros de escuela, a pesar de que estuvo siendo cambiado de grupos, no se animaba a conocer a los demás, siempre era un chico reservado, no le daba mucha importancia a querer hacer más amistades, Jackson siempre ha sido su amigo desde la primaria, así que no fue problema para ambos entablar una buena relación como buenos amigos, pero Jackson a diferencia de Yoongi, hacía más amistades, casi siempre lo veía conversar con otros.

—Se me olvidaba que te gusta más encerrarte en tu habitación que conversar —soltó un suspiro—, en esta escuela, hay seis chicos que roban la atención de todos —comenzó Jackson—, acabas de conocer a Kim Seokjin, el niño mimado —Yoongi frunció el ceño ante el apodo.

—¿Por qué le dices de ese modo?

—Seokjin tiene su historia, siempre viene en un Ferrari negro a la escuela, además de ser hijo de un hombre del parlamento del país —Yoongi levanto las cejas sorprendido por aquello—, y no estoy en broma, todos quieren estar con él, ya sea por admiración, por su beneficio —hizo comillas con sus dedos—, o por el simple hecho de querer decir que tienen un amigo muy, pero muy importante.

—Woa... —respondió Yoongi—, eso es... definitivamente ni siquiera esperaba eso.

Jackson miro a las demás mesas, y entonces señalo otra más, aquella mesa estaba llena de deportistas, específicamente del equipo de baloncesto y futbol de la escuela, Jackson los señalo con los palillos.

—Ves al chico que lleva la sudadera abierta —Yoongi observo y miro a un chico que tenía el cabello revuelto y parece tener una mirada intimidante, Yoongi aparto la vista—, él es Kim Taehyung, delantero del equipo de futbol en eventos importantes, y el mejor tirador en baloncesto.

—¿Esta en ambos equipos? —Jackson asintió en respuesta—. Qué envidia, a mí ni siquiera me dieron autorización para entrar al equipo.

—Lo sé —sonrió hacia su amigo—, ese chico es amigable con todos, la mayoría de las chicas lo siguen por su atractivo físico, aunque él no ha durado en ninguna de sus relaciones aquí en la escuela —Jackson miro a la mesa que se encontraba dos mesas más al frente de la que estaba Taehyung—, ¿ves al chico que tiene pintado el cabello de rojo?

Yoongi observo hacia aquella mesa, encontrándose con un chico pelinegro que seguía riéndose mientras se la pasaba hablando con las chicas que se encontraban a su alrededor y pasaba su mano por sus cabellos haciéndolos para atrás.

—¿Qué con él? —pregunto Yoongi dejando de mirarlo.

—Es todo, en verdad todo —recalco Jackson—, un maldito mujeriego —termino por decir—, no sé si sean tan ciertos los rumores de que ha llegado a acostarse con más de veinte chicas de la escuela, pero sí sé que siempre lo verás rodeado por ellas, le adoran —rodo los ojos—, además de que dicen que ha estado con hombres —se encogió de hombros—, pero no sé si eso sea verdad, es Jung Hoseok.

El de piel más pálida miro hacia aquellas mesas que Jackson le había señalado, al parecer esos chicos no se conocen del todo, aunque no sabe si eso sea cierto o no, tenía a tres por el momento, el adulado por su dinero, el deportista, y el chico que le encanta tener relaciones sexuales, pero todavía tenía curiosidad por los demás.

—¿Qué me dices de esa mesa? —señalo con la barbilla Yoongi hacia la primera mesa del lado izquierdo.

—Kim Namjoon —menciono Jackson—, es el chico que está parado hablando, seguramente dando un argumento sobre un buen poema —rodo los ojos—, a ese tipo le aman por su inteligencia, es el primer lugar aquí en la escuela.

Yoongi miro hacia aquella mesa, Namjoon acomodaba sus lentes sobre el puente de la nariz mientras seguía dando la explicación, Yoongi se percató de que le miraban todos embelesados al escucharlo.

—A dos mesas detrás —hablo Jackson—, podrás ver al chico que porta una guitarra y que seguramente esta sobre la mesa —efectivamente allí estaba aquel chico, sus cabellos le llegaban casi por debajo de la barbilla—, Jeon Jungkook —dijo Jackson—, todos en especial las chicas, le adoran por verlo con esa guitarra, acaba de ponerse tatuajes y eso según muchas lo hace ver más atractivo.

Yoongi miro hacia Jackson.

—Y ¿la última mesa? —Jackson miro detrás, allí estaba el último de los chicos, siempre se mostraba sonriente y amable con todos, no importaba quien fuese. 

—Park Jimin, el chico de cabello negro con algunos mechones rubios cenizos —Yoongi lo miro, él parecía ser de esas personas agradables—, siempre amable, pero con un temperamento muy malo, se enoja fácilmente, de todas formas, le adoran.

—No entiendo —dijo Yoongi mientras miraba a todas las mesas, todas repletas, todos con esos ojos brillantes, todos a la expectativa de lo que hicieran ellos—, ¿por qué les siguen?

—Es amor, Yoongi.

¿Amor?

¿En verdad eso era amor?


Looking For LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora