La familia Lenz se asombró un poco al ver a su hijo sentarse a desayunar, rara vez lo hacía ya qué decía que prefería comer algo en el instituto, esa rarisima vez que lo hizo nadie dijo nada. Por suerte eran así. Cada quién hace lo que quiere y deja al otro que haga.
Allí estaba su madre, la causa de sus lágrimas, sus depresiones y los largos encierros en su habitación evitandola a toda costa, con su padre fue lo mismo, nunca ejercieron una responsabilidad medianamente bien hasta ahora, no los culpaba, a fin de cuentas él había decidido terminar en tugurios ya fuera simplemente por la emoción de estar con un hombre nuevo o sólo para conseguir su propio dinero. Había aprendido a ser independiente a corta edad.
Fue una desgracia el día que su padre falleció, al menos él parecía mostrarle un poco de interés.
Mientras este estaba con vida, lo peor para el ojiverde fue el gel en la cabeza, aquella cosa pegajosa le daba deseos de vomitar, por suerte a podido mantener sus esponjosos mechones al natural.
Aceptó qué el novio de su madre lo llevara en el auto, pues no podía negar una oportunidad cómo esa, prefería soportar el silencio de ultratumba del auto a tener qué sentirse un poco incómodo en las calles.
¿La razón? Billy era un chico afeminado en ocasiones, disfrutaba de maquillarse y usar faldas muy cortas, lo ocultaba, la última vez que le pidió a su madre esmalte para uñas lo llamó "maricón".
Cuándo podía usaba rimel o algún color carmesí para darle color a sus pálidos labios, no podía evitar atraer las miradas hacía su persona.
Cuándo llegó al colegio dió las gracias, pero su padrastro se limitó a decir:
- Hablemos, podemos llevarnos bien.- le sonrió.- Ten un buen día, Billy.
-¡Gracias!.- respondió neutral y cerró la puerta del copiloto.
El instituto estaba casi vacío, se fue al aula, pero para su desgracia era Lunes: largo matutino, regaños, inicio de semana, tareas y todo lo qué se les ocurriera a los docentes para tenerlos un poco más de pie. Bufó.
"Deberias de considerar en darle una oportunidad" recordaba las palabras de Jess, a decir verdad, estaba considerándolo.
- Hola, gaylenz.- Barb se sentó a su lado.
- Ah, hola.- respondió haciéndose a un lado.- ¿Qué pasa?
-Nada, sólo quería venir a saludar, no hay nadie aquí amigo.- dijo mientras levantaba las manos.
- Llegué antes de lo normal, es sólo eso.- contestó riendo mirando qué su amiga había tropezado.
- Dime, si no fuera tan jodidamente escalofriante, estarías todo el tiempo sobre él.- encendió un cigarrillo mientras daba dos o tres bocanadas para soltar su vicio despacio.
-¿E-escalofriante?.- dijo moviendo la mano a su alrededor tratando de esparcer el humo.-
Barb voltea y le mira, abre la boca con asombro.- Heelshire, el británico.
-¡Agh, lo has hecho apropósito! No sueltes el humo en mi cara.- dijo eufórico, de nuevo, alzando de más su voz- ¿Lo c-conoces?.- su voz es casi un grito y la chica rueda sus ojos al cielo.
-El cerebrito me ayuda con las tareas. Nada del otro mundo.- miró el reloj en su mano.- Es muy grande para ti, ¿No crees?
- Nada es demasiado grande para mi, Barb.- levantó una ceja.
El sonido de la pizarra y la voz del profesor qué sólo decía e indicaba pura mierda qué en la vida les iba a servir al menos para la idiotez más mínima, según Billy, evitaban que se durmiera durante la clase, realmente estaba sufriendo y haciendo un esfuerzo sobre humano para qué su aspecto somnoliento no lo delatara.
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Less Is More
FanfictionHeelshire está enamorado del chico castaño de su clase. ¿El verdadero reto? Brahms es un chico volátil y tímido que intentará enamorar al extrovertido Billy, cuándo lo logra se lleva una gran sorpresa. Fecha de inicio: 8- Diciembre- 2020 - EN EDICIÓ...