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Laurie Laurence

-Cuénteme, ¿por qué tan "pérdida"? - pregunto divertidamente, en otra situación yo hubiera reído. Pero creo que ahora sería imposible.

Estaba nerviosa, sentía como si mi corazón fuese a estallar. Repase todos los hechos ocurridos, pero nada cuadraba. O eso creía yo.

-Si no le importa... ¿Podemos tutearnos? - pregunte. Era bastante incomodo para mí, eso de "usted" "cuénteme", simplemente me recordaba que esta no era mi casa.

-Por supuesto - sonrió, yo pretendí sonreir también pero solo me salió una mueca - Oye si te incómoda mi presencia... - lo interrumpí de inmediato.

-¡Por supuesto que no! Es solo que, - trague en seco - me ha ocurrido algo.

-¿Algo? ¿A que te refieres? - rió.

-No me creerías - bebí un sorbo de mi taza de café.

-Inténtalo - me retó con ese tono de voz divertido, que a pesar de acabarlo de conocer, parecía ser muy típico en él.

-No, me verías como una loca - reí avergonzadamente.

-Créeme cuando te digo que ya te veo como una loca si ni siquiera sabes en qué año vives - respondió.

-Esa es la cuestión - deducí, me miró curioso - este no es mi año.

-Creo que no te sigo - negó con la cabeza e hizo un ademán con las manos indicando que no comprendía.

-Quiero decir que esta no es... Mi época

Es definitivo, estoy demente. Acabo de contarle a un muggle absolutamente todo sobre el mundo mágico.

No sabía nada de la magia en esta época, digamos que olvide casi todo sobre "historia de la magia".

-Demuestralo - dijo y un escalofrío me recorrió el cuerpo.

Dumbeldore nos quiso mostrar a Harry ya a mí un recuerdo, que según él, era uno de sus más valiosos recuerdos.

Era Tom Riddle, o mejor dicho... Lord Voldemort.

-Demuestrelo - insinuó el niño con una voz tenebrosa,no por algo era "El Señor Tenebroso".

Dumbeldore hizo arder el armario de Tom, el chico, intentaba ocultar su emoción. Pero Dumbeldore lo notó.

Carraspeé, sintiendo sudor frío descender por mi frente.

-¿Por qué lo haría? - pregunté.

-Mhm... Déjame pensar, ¿para que no piense que estás como una cabra? - dedució.

Desquiciada palpe mi bolsillo. Pero mi varita no estaba.

-Mierda, mierda, mierda... ¡Por merlín! ¿¡Dónde está!? - susurraba registrando todos los rincones de mi habitación.

-¿Buscabas esto? - mire al marcó de la puerta, ahí se encontraba cierto hurón oxigenado con MI varita.

-Dámela rubio teñido - intente atrapar la varita, pero mi poca altura no me lo permitía.

Tampoco era tan baja, el problema era que Draco era muy alto. Sí, eso.

-Retiralo - me amenazó pretendiendo ser "serio" pero bastantes carcajadas salían por su boca.

-Serás...¡Accio varita! - cogí la varita del hurón Malfoy y conjure el hechizo.

-No es justo - lloriqueo.

-Tú te callas, sino a la próxima te lanzó una imperdonable - le señale con el dedo, y en pocos segundos todo era risas.

Mire el suelo decepcionada, mi varita no estaba. Ni siquiera yo conservaba mi magia.

-No puedo - mire hacia otro lado entristecida.

-¿Por qué? - preguntó.

-¿Sabes qué? - me levante d ela mesa en la que nos encontrábamos, el me miró con sorpresa - Da igual, no me creas - intente girarme pero me toco el hombro.

-Te creo - dijo y una sonrisa se poso en mi rostro.

-Dime Laurie, ¿sabes de algún sitio donde me pueda alojar? - le pregunte.

-No... Pero en otoño me iré a vivir a la casa de mi abuelo, durante una temporada supongo - me contó, hice una mueca - Aunque, si es cierto lo que me dices, no tienes donde quedarte, ¿que te parece si te quedas conmigo? - pregunto, yo no supe que responder - Solo hasta que logremos hacer qu e vuelvas a tu hogar - sonrió.

-No sé Laurie... No tengo dinero, no te lo puedo pagar - le dije apenada.

-Nadie habló de pagar nada - me giño un ojo.

Iba a contestar pero el me negó.

-No acepto un no por respuesta - me dijo, yo sonreí muy agradecida.

-No sabes lo mucho que te lo agradezco, pero seguramente ya me veas como una aprovechada - hize una mueca triste.

-Para nada, me pareces muy interesante - me alagó - Bueno, ya que viviremos juntos durante un largo tiempo, espero, creo que deberíamos de conocernos más, ¿no crees?

-Sí claro, y gracias por el alago - reí.

Tras una larga charla llegó esa esperada pregunta...

-¿Tienes pareja? - me miro curioso - No lo digo porque me gustes sino por saber - se interrumpió.

-Tranquilo - le conteste riendo levemente - Digamos que soy... ¿Viuda? No sé suena un poco raro - sonreí mirando al suelo.

-¿Cómo se llamaba él? - me miró.

-Puede que ya no pienses igual de mi después - advertí.

-Tú decides si contármelo o no, yo prometo que no cambiaré de opinión - me miro lealmente.

-Bueno... Digamos que no es "él", sino "ella" - me miró sorprendido y fue a hablar - Espera, - lo interrumpí - se llamaba Hermione Granger, la chica más inteligente y guapa de todo Hogwarts, pero para mí, no era solo de todo Hogwarts, sino de toda la Tierra - sonreí soñadoramente.

-Wow... Eso no me lo esperaba, - lo mire con preocupación - pero, es alucinante, de la forma en la que hablas de ella, parece que ella fuera...

-Maravillosa, sí, lo era - mire al suelo tristemente.

-Lo siento mucho, que la perdieras digo - me miro apenado.

-Ha pasado mucho respecto a aquello - le sonreí - no importa.

-Lo que aún no logro entender, - me miró - es como llegaste hasta aquí.

-La verdad... No lo sé - le contesté.

Volví a repasar todo...

Cada detalle...

Absolutamente todo...

Y lo comprendí. Si este fuese el mismo mundo, pero diferente época. El objeto con el que viajé aquí sería un giratiempo. ¿Y si esto no es otro año, sino otra realidad...?

★彡彡ariミミ★

your little promise | hermione & megDonde viven las historias. Descúbrelo ahora