𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜↬ 𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏 & 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐

I wish I were Five

Aclaración: Aquí tienes la edad física de trece años.
Aclaración 2: Aquí no aparece Cinco, sólo se hace mención de él

Año 1963

Cuando caíste en el callejón sola en 1960 tú vida se volvió algo rara, afortunadamente un par de años después, encontraste a Allison. Tú y tu hermana habían sufrido varias discriminaciones por el simple hecho de ser personas de color y aunque tú preferías seguir tu camino sola y dejar a Allison continuar la suya, ella no lo permitió llevándote al lugar donde vivía.

Con el paso del tiempo, Allison se casó. Tú vivías con ella y Raymond en el amable vecindario donde residían, mismo lugar en donde conociste a Nathaniel, era un muchacho que vivía a unas cuantas casas de la de Allison y con el paso del tiempo se hicieron buenos amigos.

Pasabas la gran mayoría del tiempo juntos y la verdad es que para tú tener una edad distinta a tu físico, él te agradaba mucho.

― Así que, ¿Dónde están tus demás hermanos?― preguntó.

―Ya te lo dije, no lo sé.

―¿Cómo no lo sabes?― volvió a cuestionar― Dijiste que todos debían tomar el mismo autobus.

Cuando conociste a Nathaniel él te preguntaba demasiado sobre tu familia, ya que al principio creía que eras hija de los Chesnut. Tuviste que mentirle diciéndole que al escapar todos de su hogar debían tomar el mismo autobus, pero algo salió mal y todos terminaron en lugares diferentes.

El tiempo pasó y pasó, se hicieron muy unidos al grado de que él sabía todo de ti, bueno, la gran mayoría.

―Entonces... ¿Tiene un número por nombre―dijo burlón.

―Sí, ¿Y?

―No no, nada―se defendió― ¿Y él qué era de ti?

Tú dudaste en sí contestarle con la verdad o no, pero al final hablaste.

―Crecimos como hermanos, pero no lo somos―aclaraste― Él fue, Es― corregiste―muy importante para mí.

Cinco y tú se amaban aunque jamás habían dado por oficial alguna relación. Algo insano al parecer ya que tenían sus encuentros amorosos y todo el asunto, se trataban como pareja pero las circunstancias nunca permitieron que él se declarara como tal.

Habían pasado tres años desde que habías caído en aquel callejón, un año de haber conocido a Nathaniel y tres años desde que no veías a Cinco.

Nathaniel era una gran compañía, aunque no se podía comparar con todo lo que viviste junto a Cinco, estabas perdidamente enamorada de él que no importaba cuántas veces trataras de olvidarlo, siempre volvía a tu cabeza.

Y a pesar de demostrar que tú empezabas a olvidarlo o a superar su ausencia, realmente nunca lo hiciste.

Deseabas verlo, besarlo, tocarlo, acariciar su cabello, extrañabas perderte en el esmeralda de sus ojos, extrañabas oírlo maldecir, extrañabas escuchar cómo insultaba a tus hermanos. Definitivamente extrañabas todo de él.