Capitulo 4

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El día transcurrió con total normalidad, oh bueno la extraña normalidad que vivía Mew Suppasit porque ese día como ningún otro, tuvo pegado a su prometido que se encargó de no dejarlo solo ni un momento en los cambios de clases siguientes, además de acompañarlo a comer, lo único que le falto fue seguirlo al baño, cosa que por lo menos se abstuvo de hacer y lo alivio bastante porque si no hubiese sido el colmo.

A la salida, antes de tomar rumbo al estacionamiento Mew le recordó a Gulf que esa tarde iría a su casa; cosa que a Art no le gustó nada, ¿Por qué les había tocado hacer equipo?, corrió hacia su prometido para que no saliera sin él.

-Mew, ¿me llevas de nuevo hoy?

-No, allá puedo ver tu auto hoy- señalo Mew el carro del chico estacionado a dos puestos del propio -Necesito llegar a mi casa para cambiarme para ir hacer el trabajo- añadió abriendo la puerta de su auto.

-No me agrada la idea de que Kanawut sea tu compañero... ¿Qué tal si te acompaño?- hablo nuevamente Art como si no hubiese escuchado nada de lo anterior.

-Pues no lo harás, no te quiero cerca hablando tonterías, yo voy hacer un trabajo no a una visita social.

-Mew no seas malo, yo soy tu prometido es normal que te acompañe, nada te cuesta pasar por mí- trato de colocarle su mejor cara de súplica, para que lo dejara ir junto a él.

-Ya he dicho que no, además tu casa queda en dirección contraria, y Kanawut vive en la misma vía que yo, así que puedes dar media vuelta y dejarme tranquilo- dijo el castaño para luego subirse en su auto y salir dejando al muchacho parado en el mismo sitio.

-Mew, esta me la vas a pagar, ya veras, encontrare una manera- hablo Art antes de caminar hacia su propio carro y azotar la puerta.

Mientras en el camino Mew no podía dejar de pensar, que ya quería que pasaran eso tres meses que le dio a Gulf para que arreglara todos sus asuntos y así poder gritarle a todos que estaban enamorados y que eran una pareja y sobre todo poder ponerle fin a ese estúpido compromiso que tenía con Art.

A la hora acordada el castaño hacia su entrada a la mansión Kanawut, siendo recibido por el personal de la casa, quienes lo dejaron entrar y lo hicieron esperar en la sala a que apareciera Gulf, que para su sorpresa apareció vistiendo aun el uniforme de la universidad.

-Mew, que bueno que llegaste pasa vamos a la biblioteca, desde que llegue he estado buscando información de lo que tenemos que hacer.

-Perfecto, así terminamos más rápido, ¿estás solo?- pregunto el castaño.

-Sí, solo está el personal, mi hermana salió con unas amigas y mi padre llegara tarde de la empresa hoy- respondió el pelinegro mientras lo conducía a la biblioteca de la casa.

Lo llevaba allí porque no le convenía que el personal le fuera con el chisme a su padre, de que había recibido visita de un desconocido y lo llevo a su habitación, el sabía que en esa casa habían muchos ojos y oído indiscretos que se alegrarían si llegaran a enterarse de la verdad, él no podía confiar ni siquiera en el personal de su casa.

Cuando llegaron al lugar y Gulf cerró la puerta, Mew no desaprovecho la oportunidad, lo tomo de la cintura y lo beso, como había querido hacerlo en todo el día, beso que el pelinegro enseguida contesto, se estuvieron besando por un rato hasta que Gulf entro en razón y viendo lo peligroso de la situación se separó y dijo:

-Mew, hay que hacer el trabajo.

-No quiero- le respondió el abrazándolo.

-Vamos hay que iniciar el trabajo.

-No quiero, prefiero quedarme así contigo, es más podemos estar más cómodos si nos sentamos en ese sillón de por allá- volvió a decir el castaño mientras lo conducía hacia el lugar señalado.

NADA ES LO QUE PARECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora