NADA ES LO QUE PARECE

Capitulo 8

Ya eran las ocho de la noche y el señor Kanawut no había llegado, Gulf su hermana y Lawan se encontraban en la sala conversando, esperando por lo que vendría.

Su hermana Malai ya estaba al tanto de todo, se lo habían comentado en el ínterin de la espera, pero aun no sabía de la orientación sexual de su hermano; sin embargo, algo ya sospechaba la muchacha, ya que se había dado cuenta de ciertas actitudes del pelinegro así como cuando se emocionaba al recibir algún mensaje de su amigo Mew, o en otras ocasiones la cara que ponía cada vez que su padre tocaba el tema del compromiso.

La puerta se abrió, dando paso a un hombre con el cabello oscuro al igual que sus hijos, piel un poco bronceada y unos ojos negros en los cuales se podía ver seriedad y en esos momentos un destello de sorpresa y algo de ira al ver a las personas que estaban sentadas a su espera, y es que el hombre no se esperaba la visita de Lawan, esta no le había avisado que iba a estar en su hogar, sino él hubiese llegado más temprano, no le convenía disgustar a la muchacha ya que mantenía buenos negocios con su familia.

-¿Qué está pasando?- pregunto después de analizar a las personas allí sentadas.

-Estoy aquí, porque necesito hablar con usted señor Kanawut- hablo con voz calmada Lawan.

-¿De que necesitas hablar conmigo?- pregunto confuso el hombre, hasta ahora los negocios iban bien entre las dos familias, no veía la razón de que la mujer estuviera allí.

-Necesito hablar con usted, sobre el compromiso entre Gulf y yo, quiero ponerle fin al mismo- prosiguió la chica sin titubear.

-¿Qué hiciste Gulf?- fue lo primero que pregunto el hombre al oír esas palabras.

-Él no ha hecho nada, esto es cosa mía, si gusta podemos sentarnos y le explicare mis razones- hablo la mujer todavía tranquila sin dejarse intimidad por la mirada del señor Kanawut.

-Está bien, vamos a mi despacho, Malai tú te puedes quedar, esto no es de ti incumbencia- volvió a decir el hombre mientras abría el camino a su oficina en casa.

Una vez que todos estuvieron instalados en el lugar Malai comenzó hablar: -Lo primero que tiene que saber, es que Gulf no tiene nada que ver con mi decisión.

-Si él no tiene nada que ver, entonces porque quieres romper el acuerdo, después de todo esto beneficiara a ambas familias- le contesto el hombre fríamente, sin detenerse a pensar que quizás habían motivos personales para tomar esa decisión-¿Cuál es el motivo entonces?

-El motivo es simple, y es algo que me ha molestado desde el principio de este acuerdo, yo soy mayor por siete años con respecto a tu hijo, y nunca me pareció bien que nos quisieran atar por la conveniencia de los negocios en ambas empresas familiares, me parece tan medieval que aún se den este tipo de acuerdos- comenzó la mujer a exponer sus motivos, desde un principio ella no estuvo de acuerdo con nada de esto pero se tuvo que aguantar porque aun dependía de su propio padre, pero ahora las cosas eran distintas.

-Sabes muy bien, que con la unión de ustedes, nuestras empresas serían las más importantes del país- se expresó el hombre no entendiendo porque ahora, quería terminar con un acuerdo que se había hecho desde que su hijo tenía diecisiete años, de eso ya habían pasado cinco años.

-Pero el matrimonio no es la solución, porque condenarnos a ambos a un matrimonio sin amor, ¿acaso quieres que ambos seamos infelices?

-El matrimonio es lo mejor para ambas familias, y tu padre estuvo de acuerdo con eso, y ¿amor? a quien le importa el amor, ese un sentimiento que solo hace sufrir a las personas, y los hacen tomar malas decisiones- hablo nuevamente el padre del pelinegro, descartando las palabras de Lawan, la verdad es que el hombre había dejado de creer en al amor en el momento que su esposa falleció, el dolor lo había hecho ser la persona insensible que era hoy en día.