Capitulo 10

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Y así llego el sábado, el padre de Gulf aún se encontraba de viaje y todos los días llamaba a la misma hora para comprobar que ambos chicos se encontraran en la casa, por lo cual estaban agradecidos que la cita médica hubiese sido en la mañana, el pelinegro aún se veía un poco pálido y los dos días anteriores había vuelto a vomitar, sentirse débil e inclusive tuvo un poco de fiebre.

Llevaban quince minutos en la sala de espera de la consulta, y Mew no podía soportar la impaciencia por lo que se levantó y se dirigió hacia el recepcionista, que no era otro que Fluke, el esposo del doctor; ellos eran muy amigos de sus padres Ohm Thitiwat había tomado el puesto de médico de cabecera de la familia Suppasit una vez que su padre se retiró, Thitiwat padre había sido el médico familiar durante muchos años, hasta que este se jubiló y dejo en las manos de su hijo a todos sus pacientes.

Para sorpresa de todos Ohm resulto ser gay, y apenas Fluke comenzó a trabajar para el quedaron flechados a primera vista y un año después se encontraban asistiendo a su boda y hasta ahora se habían mantenido trabajando juntos, pues el pequeño decía que tenía que defender a su marido de las garras de las mujeres que iban a la consulta por cualquier excusa.

-¿Falta mucho?- le pregunto Mew una vez que estuvo en frente de su escritorio.

-No, ya debe de estar por salir, aguanta unos minutos más- le respondió Fluke sin levantar la vista de los papeles sabiendo lo impaciente que podía llegar a ser Mew cuando estaba preocupado y así se veía el castaño en esos momentos.

-¿Pero porque tarda tanto en salir?- pregunto nuevamente Mew un poco impaciente.

-Mira Mew, Ohm tardara lo que tenga que tardar, ahora hazme un favor y ve a sentarte con tu amigo, que estas allí tranquilo esperando- le respondió Fluke mientras señalaba hacia el pelinegro que se encontraba tranquilo en su silla leyendo una revista de las que estaban en la sala de espera.

-No lo haré hasta que el doctor salga- replico Mew impacientemente, a él no le agradaban los hospitales y por eso andaba un poco inquieto.

-¡Mew!- lo llamo por fin Gulf viendo que al recepcionista se le estaba acabando la paciencia con su novio.

-¿Qué?, ¿te sientes mal?- corrió el castaño hacia el mientras examinaba su aspecto.

-Ya Mew cálmate, estoy bien, solo quiero que te sientes y dejes de molestar a Fluke, el necesita hacer su trabajo y tú lo estás constantemente interrumpiendo.

-Pero es que nuestro turno está atrasado- hablo el interpelado con un puchero mientras se dejaba caer por fin al lado del pelinegro.

Gulf colocando los ojos en blanco simplemente le respondió con una pequeña sonrisa intentando calmarlo –Ya nos tocara, se paciente, solo tiene cinco minutos de retraso, tú fuiste el que quisiste llegar antes de tiempo.

Cuando Mew estaba a punto de añadir algo, se abrió la puerta del consultorio, dando paso a la imagen de una mujer saliendo seguida del doctor un hombre joven de cabellos negros, cercano a su edad.

-Por favor entren- les dijo mientras les hacía señas para que lo siguieran-¡Mew si eres impaciente- añadió sabiendo el revuelo que el castaño había armado por boca de Fluke que lo había llamado para preguntarle si le faltaba mucho, porque ya no soportaba la impaciencia del muchacho.

-Disculpa mi humor- el hombre se dirigió a Gulf –Pero mi amigo aquí, colmo la paciencia de Fluke y yo soy el que paga las consecuencias.

-Descuide no hay problemas, lo entiendo- le respondió el pelinegro con una sonrisa.

-Está bien ignórenme, ¿saben que estoy aquí verdad?- intervino Mew molesto porque lo habían dejado de lado.

-Lo sabemos- contestaron los dos pelinegro a la vez.

NADA ES LO QUE PARECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora