Melón Vino.

673 34 2
                                    

2022

Valentín y Atenea estaban acostados, recién terminaban de garchar y estaban en un cómodo silencio mientras sonreían.

-- Atu, ¿Te acordas cuando nos conocimos? --Preguntó Valentín rompiendo el silencio. Estaba nervioso por el paso que iba a dar.

-- Sí --Rió recordando-- Te tenía unas re ganas yo.

-- ¡Mentira! Sí vos no me dabas bola.

-- ¡Wachin, dejá de mentir! Sí yo estaba re atrás tuyo y vos ni cabida me dabas.

-- Andá, tonta --Dijo Valentín mordiendo su labio inferior y levantando la cabeza.

FLASHBACK.

2017

Atenea se mordió el labio nerviosa, estaba dirigiéndose a su primer día de trabajo en el supermercado y tenía bastante miedo. Tenía diecinueve años y no era la primera vez que trabajaba, era la segunda.

Su mamá no llegaba tanto con la plata, entonces, Atenea la ayudaba.

En el anterior trabajo, había durado dos años, pero en un momento habían comenzado a bajarle mucho el sueldo y ella no estaba conforme con eso. Renunció. Estuvo casi tres meses buscando trabajo o alguna changuita, y por fin ahora lo había conseguido.

Llegó al lugar y suspiró antes de entrar. Entró dirigiéndose hacia alguno de los que trabajaba allí, el chico era castaño y serio, bastante lindo. Demasiado, diría ella.

Además, llevaba un piercing en la ceja que hacían resaltar esos ojos azules, que se dejaron ver cuando Atenea le tocó el hombro logrando que el chico se dé vuelta y deje de acomodar el shampoo.

-- Hola, disculpá. Soy Atenea, y hoy arranco a laburar acá. ¿Me podrías decir donde puedo hablar con el dueño?

-- Al fondo a la izquierda --Dijo seco y sacando su vista de ella, volviendo a reponer los productos.

Dos meses después.

-- Hola -- Saludó la pelirroja a Valentín, se acercó a él queriendo besar su mejilla, pero éste se dió vuelta dejándola sola.

-- Hola --Respondió.

Llevaban dos meses trabajando y reponiendo, pero él no parecía alguien muy amable. Al menos eso le había demostrado ese tiempo.

-- ¿Me podes decir que carajo te pasa conmigo que me tratas tan mal? --Escupió cansada.

-- ¿Qué flashas? -- Dijo él levantando la ceja izquierda y mirándola.

-- No te hagas el boludo, si te pasa algo decímelo porque yo no tengo por qué ser forreada por nadie.

-- Tenés pinta de cheta, no me cabe.

-- No me conoces como para decir que te cabe o no de mi personalidad. Te invito a que la conozcas y dejes de ser tan amargado.

-- No sé, capaz me quede con mi melón vino y con mi montón de amigos, o capaz decido convidarte una parte de mí, bien ready para el vacilón.

Ella sonrió y él se rió.

-- ¿Y si decidís convidarme una parte tuya, mientras tomamos un vinito? -- Propuso acercándose.

wos ; caravana - one shoots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora