PROLOGO

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Considerado alguien muy diferente a los demás omegas, a palabras de las demás personas de la pequeña aldea liderada por su padre.
"Es tan atentó, pero aún es un niño risueño"
Harry no prestaba mayor atención a los comentarios, se dedicó a pasear por frente de las ventanas repletas de flores de sus vecinos, llenar sus fosas de ese delicioso aroma que emanaban las rosas y los lirios era que lo que más le gustaba, paso la punta de sus dedos sobre la pálida flor adornada con tonos rosas y rojos, sentia cosquillas que le alegraban y jactaban de paz, hasta que otra vez escucho los murmullos de las mujeres.

— Otra ves en las flores ? —Harry arrugó la nariz, desde hace ya tiempo escuchaba los murmullos y abladurias de las mujeres de la aldea, talves no tenían nada más que hacer que andar criticando al único Omega de la aldea, pero había un problema, no era cualquier Omega si no hijo del jefe Dess styles. El gran guerrero que regreso triunfante de la guerra y fundó su propia manada alejada del imperio, Un alfa imponente digno del respeto y admiración de su manada, pero no podían decir lo mismo de su primogénito, todos esperaban felices y ansiosos el nacimiento del heredero de la familia styles Cox, era el sucesor de su padre y sin duda sería un o una gran líder como su padre un alfa puro.

Grande fue la sorpresa cuando un pequeño de nariz rojiza, piel de porcelana, rizos chocolates tan frágiles y hermosos ojos verdes con un brillo encantador, un frágil Omega nació, fruto del amor.

La decepción fue grande en la aldea y para su padre, pero en ningún momento menosprecio al hermoso bebé, siempre le hizo saber que era su orgullo. pero su manada no pensaba lo mismo.

El Omega se enderezó alejando la pequeña nariz rojiza de la flor girandoce con una gran sonrisa en su boca, tan grande que marcaba sus hoyuelos.
Asintió cuando las mujeres, algunas muy mayores y otras más jovenes, le saludaron hipócritamente con un asentimiento de cabeza.

—Buenos días — saludo Cortez mientras sus manos se juntaban por detrás de su espalda, lo Habia aprendido en las clases de cómo ser un buen Omega.

Siempre recibía gratos halagos de la maestra de ceremonia y la "gran dama" que se encargaba de inculcar los buenos modales, la honorabilidad y la pulcritud con la que debía realizar cada acción, como un buen Omega, Harry era el perfecto dechado para ser el Omega perfecto.

Delicado y atento, sumiso y complaciente, jovial y hermoso, Simplemente perfecto.

←Ω→

Empezó a caminar de regreso a su casa, en ella nadie lo juzgaba o lo miraba raro como aquellas mujeres, aunque tampoco es como si le importará. Una sola palabra y su padre las desterraria, pero no podía darle problemas a su padre, no ahora que estaba Exausto y sudando, las pequeñas gotas resbalaban por su frente y tenía un aire extenuante, descansaba en la banca frente a la gran arena donde los alfas entrenaban como si de verdaderas bestias se tratace.

El Alfa captó el olor de su cachorro meneando la nariz en el aire, su cabeza se meneo hasta encontrarle.
Bajo su vista y sonrió cálidamente al pequeño castaño invitándole que avance.

—Oye! Hola ! — Un alfa castaño de grandes y apolineos ojos marron se plantó frente a el, estuvo peleando y revolcándose en la arena, se notaba por la gran mancha de tierra en su cara, en al mejilla derecha algunos rasguños y los raspones de sus rodillas.

Harry dio un paso atrás por respeto, siempre le habían enseñado que debe ser sumiso y educado ante cualquier alfa, pero este era un pequeño alfa imponente que casi no noto la diferencia.

El castaño arrugó las cejas, chasqueando la lengua, una enorme sonrisa se asomó por su boca mostrando su diente faltante, sus regordetas mejillas rojas y llenas de tierra.

HAZZA Ω / L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora