A DEEPER CONNECTION: THE PHILOSOPHER'S STONE

The Hogwarts Express

Un suave crujido sonó cuando Harry Apareció de Spinner's End y aterrizó en el corazón de Londres, justo fuera de la estación de King's Cross. Como era fin de semana la estación estaba relativamente tranquila, por suerte se salvó de la típica locura de la hora pico londinense. Era el 1 de septiembre y hoy, finalmente viajaría a Hogwarts. Era bastante temprano. Demasiado temprano. Pero Harry había planeado evitar las masas que pronto inundarían el andén 9 ¾ y por lo tanto optó por una entrada temprana. Sonriendo para sí mismo, se dirigió a una panadería para comprarse algo de comida para el largo viaje en tren y algo de desayuno. Un almuerzo saludable que no consistiera puramente en los dulces del carro. Mientras masticaba un croissant, pensó en las últimas cuatro semanas en Spinner's End.

Era agradable en Spinner's End si te olvidabas del vil olor de afuera y pasabas por alto las casas en decadencia del vecindario. Sin embargo, por dentro, la casa de Severus Snape había sido bien cuidada. Harry se había enamorado inmediatamente de la sala de estar, especialmente de los libros que cubrían las paredes desde el suelo hasta el techo. Sin habitaciones libres, Severus había dejado que Harry transformara su oficina en un dormitorio. Los dos se habían instalado pronto. Harry pasó la mayor parte del tiempo en el sótano, ya sea en la sala de duelos adaptando y afinando su magia a sus varitas recién adquiridas o elaborando pociones en el laboratorio de Severus. Habían caído en la rutina con bastante facilidad. Por supuesto, Severus había sido curioso y había interrogado a Harry y Tom durante mucho tiempo. Algunas preguntas habían sido contestadas, otras no. A su vez, Severus había informado al dúo sobre los desarrollos del mundo de los magos en los últimos diez años. En general, había sido agradable.

"Creo que deberías irte a la plataforma ahora", dijo Tom, sacando a Harry de sus pensamientos, "si esperas mucho más tiempo, la plataforma estará demasiado llena".

Harry se metió el último bocado de su hojaldre en la boca y salió de la panadería.

"¿Dónde ha puesto Dumbledore su comité de bienvenida?" Tom ronroneo en la parte de atrás, "después de que tan amablemente olvidó darle instrucciones sobre cómo obtener acceso a la plataforma en su carta".

"Tom, estoy seguro de que están aquí en alguna parte", respondió Harry mientras se dirigía a los andenes. Debido a varios fuertes encantos de "No me noten" y un glamour para ocultar su cicatriz, la gente lo dejó solo. Había encogido su baúl al tamaño de una caja de cerillas y lo había metido en su bolsillo. Sin la cosa voluminosa y sólo su mochila de cuero negro la gente le prestaría aún menos atención. Casi había llegado a su destino, cuando escuchó su nombre. Los ojos verdes se enfocaron en un grupo de pelirrojas, todas vestidas con ropa de segunda mano. Una mujer regordeta regañaba a dos de sus hijos. Los dos niños en cuestión, que parecían gemelos, se quejaban a gritos de estar en la estación de tren demasiado pronto. En respuesta, la mujer regordeta les recordó la importancia de estar en King's Cross para ayudar a Harry Potter a encontrar el andén.

"Obviamente Weasleys", comentó Tom, "por supuesto que los usaría. Esos traidores de sangre son tan ligeros como se puede conseguir. Te lavarán el cerebro con toda su propaganda pro-luz. No es como si pudieran".

Harry se rió: "Creo que deberíamos renunciar a su ayuda. ¿No lo crees, Tom?".

"Por supuesto, deberíamos", ronroneó Tom, "y si esperan lo suficiente por el 'Chico que nunca apareció', podrían incluso perder el tren".

Harry se rió en voz baja y pasó junto a las pelirrojas, dirigiéndose rápidamente a la barrera. Momentos después, se encontró mirando una máquina de vapor escarlata. Por suerte, el andén 9 ¾ estaba todavía bastante vacío. Sólo unas pocas brujas y magos estaban dispersos en la plataforma de humo. Harry subió al tren sin más y se encontró con un compartimento vacío al final del tren. Se sentó cerca de una ventana, una posición que le permitiría observar el ir y venir en la plataforma. Algo que hacía ocasionalmente. Tenía cosas mucho mejores que hacer que observar.