A DEEPER CONNECTION: THE PHILOSOPHER'S STONE

Halloween

"Estas últimas semanas han pasado sin incidentes", Harry no pudo evitar comentarle a Tom mientras se dirigía a la última lección del día, Encantamientos. Hoy era el 31 de octubre, Samhain, otro aniversario del día en que Tom había matado a sus padres. No es que a Harry le importará ya que habían descubierto la verdad. El dúo tenía mucha curiosidad por la tradicional fiesta de Halloween que tendría lugar más tarde esa noche. Tom se preguntaba si quedaba algún aspecto mágico de la fiesta sagrada del mago o si sería un asunto puramente muggle. Probablemente sería lo último. Mientras Harry ocupaba su asiento habitual en primera fila, Tom no podía evitar preguntarse sobre las palabras de Harry: "En realidad, mi querido Harry, las últimas semanas no han sido tan tranquilas. Piensa en los fines de semana después de tu pequeño duelo".

Y lo hizo. La semana pasada, el profesor Flitwick había prometido que finalmente empezarían con los aspectos prácticos de los Encantamientos de Levitación. Pero para la primera parte de la lección, sólo revisarían el movimiento de la varita y la pronunciación del hechizo. Por lo tanto, Harry no tenía problemas para pensar en las palabras de Tom.

La cara de Weasley y sus amigos cuando entraron en el Gran Comedor la mañana siguiente al duelo en la sala de trofeos no tenía precio. La combinación de mirar fijamente a la mesa de los Slytherin y tratar de ignorar las miradas furiosas y los silbidos de los compañeros Gryffindor's era bastante divertida. Después de todo, Gryffindor había perdido más de cien puntos esa noche y ahora era el último en la Copa de la Casa. Si los rumores eran correctos, a los cuatro primeros años se les había asignado un total de tres semanas de detención con Filch. Además, el pantano parecía haber reaparecido por sorpresa.

Después del desayuno, Harry no se sorprendió cuando lo llamaron junto con Draco y Neville a la oficina de Severus. Cuando el trío llegó, Severus y McGonagall ya estaban presentes. Según las palabras de McGonagall, los Slytherin's aparentemente habían desafiado a los Gryffindor's al duelo y no al revés. Los dos maestros los interrogaron ampliamente. Pero al final, nadie pudo probar nada. Después de todo, Blaise, Theo y varios estudiantes mayores juraron que el trío nunca había salido de la sala común de los Slytherin y que sus varitas estaban limpias. No se había realizado ningún " Encanto desarmante" o "Maldición de cuerpo entero" con las varitas de los tres Slytherin's. Resultó ser algo bueno que Harry hubiera usado su varita de Aliso no registrada en lugar de la varita de Espino Negro que había comprado en Ollivander. Al final, el trío pudo ir libre de cargos.

Al día siguiente, Harry y Draco se dirigieron al campo de Quidditch. El rubio heredero de Malfoy estaba nervioso y murmuraba constantemente acerca de volver a su dormitorio para conseguir su escoba de carreras ilegal. Harry le dijo que era una mala idea, ya que todos pensaban que la escoba era la única razón por la que el rubio había entrado en el equipo y no sus magníficas habilidades de vuelo. Sería mejor que los dos primeros años usaran las escobas de la escuela como todo el mundo. Podrían comprar o en el caso de Draco usar mejores escobas cuando hubieran logrado entrar al equipo.

Al final, ninguno de los dos tuvo que preocuparse. Lograron entrar fácilmente en el equipo gracias a unas pocas jugadas ejecutadas por expertos y al hecho de que fueron los que más goles marcaron. Originalmente, Flint no había estado buscando nuevos cazadores. Sólo por un nuevo Golpeador. El antiguo cazador Cassius Warrington, de sexto año, ocuparía el puesto. Para hacer lugar también a los dos nuevos cazadores, Adrian Pucey reemplazaría a Terence Higgs como Buscador. A principios del año escolar, Higgs, también de séptimo año, ya estaba luchando con sus notas. Sólo a los Slytherin's con buenas calificaciones se les permitía estar en el equipo. Dado que era evidente que Higgs estaba luchando, era mejor reemplazarlo desde el principio. En general, Harry y Draco estaban contentos de que ambos habían logrado entrar en el equipo. Los celos obvios de Weasley lo hicieron aún mejor.