¡Hágame su omega Hyung!

꧁「 3 」꧂

Min Yoongi permanecía sentado detrás de su escritorio de caoba oscura totalmente ajeno al problema que se sucitaba en el pasillo "prohibido".

Hacía papeleo importante y anotaba unos que otros números del alumnado para hacer llamadas más tarde. Estos niños de hoy en día parecían no preocuparse por sus vidas académicas.

Su concentración estaba muy fija en las firmas que debía colocar en las líneas punteadas al final de los documentos cuando unos gritos fuera de su oficina lo alertaron.

—¡E-es urgente!

—No puede pasar joven, lo siento.

—¡No entiende! Es un asunto de vida o muerte.

¿Vida o muerte? Pues debe de ser algo muy urgente.
Min apartó los anteojos de armazón negro que tenía colocados hasta ese momento y se levantó lentamente de su silla.

—¡Usted no está entendiendo! —la voz de aquel alumno definitivamente sonaba muy desesperada.

—¡Silencio joven! El director Min está ocupado justo ahora, así que el señorito Park sabrá esperar —y la mención de aquel apellido tan conocido fue la gota que derramó el vaso de su tranquilidad.

Yoongi abrió ágilmente la puerta y asomó su cabeza por la ranura.

—¿Qué está sucediendo? —cuestionó alerta.

—¡Director Min! Es J-Jimin...

—¿Jimin? ¿Qué sucede con el cachorro? —ya con todo el cuerpo asomado y preparado para prender la carrera.

—Nada señor Min, es este joven que no deja de hacer escándalo.

—Silencio Jisoo, déjame escuchar a mi alumno —sentenció Yoongi más por la necesidad de saber sobre su omega que por realmente prestar atención
—Adelante Baekhyun, dime qué pasa.

—Unos alfas... Y Jimin... —contaba a espacios el problema debido a la carrera que había hecho del pasillo 17 hasta la dirección escolar y que le robaba el aire —Los chicos estaban...

—¡Baekhyun! Concéntrate, necesito saber qué pasa —pidió Min con la preocupación pintada en la voz.

—¡Jimin está en el pasillo 17 con dos alfas que lo quieren lastimar! —y no hubo necesidad o tiempo para decir más cuando se pudo ver al alfa Min corriendo lejos de su oficina.

Yoongi corrió a pasos agigantados por entre los pasillos de su institución, ignorando por completo los pocos ojos curiosos que le veían romper sus propias reglas y concentrándose en llegar lo más pronto posible a aquel horrible pasillo que sentía quedaba cada vez más lejos de él.

Sus músculos tensándose al percibir un poco de lo que reconocía como el olor de su cachorro omega combinado con nervios y miedo... ¡Carajo! Cuando tuviera a Jimin con él lo regañaría a montones ¡Le había prohibido ir a ese lugar! ¿Qué lunas hacía ahí?

Una vez dentro del pasillo, caminó más a fondo hasta percibir aún más el olor de lechita y durazno de su tan amado chico y apresuró las zancadas cuando vió dos siluetas desconocidas más acorralando a su bebé.

—Calla omega, vas a disfrutarlo.

—¡N-no! Suéltame, mi al-alfa va a enojarse mucho.

Y lo siguiente que se escuchó en la espantosa escena fue un rugido potente inundado en coraje.

Los tres chicos del fondo giraron asustados en dirrección a aquel sonido, claramente provocado por un alfa, y solo uno de los tres alumnos se alegró de reconocer al director en el pasillo.