13. Conversación

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NamJoon siempre fue el orgullo de la familia. Sus calificaciones eran perfectas y era un alfa con excelentes modales. Siempre se esforzó por la aprobación de sus padres, y aunque su madre estuviera muy orgullosa de él, había algo que siempre le hizo falta. El cariño de papá.

Él llego a la casa con tan solo 5 años y no era consiente que las personas que se quedaron con él, no eran sus padres verdaderos. Siempre pensó que lo habían dejado en ese lugar extraño porque sus papás tenían un viaje de negocios, pero en el momento en el que lo supo, no fue un gran golpe, supo asumirlo con madurez, pero algo conecto en su mente. Las miradas de desprecio de su papá cada que se dirigía a él como su progenitor, el cuerpo tenso ante su tacto y su distancia ahora tenían una explicación.

NamJoon era la prueba de que él no podría tener bebes.

Por eso se esforzó el doble por tener un poquito de cariño o admiración de papá, cosa que nunca obtuvo hasta que nació HoSeok. Cuando el cumplió 7 años, esperaba que papi estuviera con él para partir su pastel y celebrar, pero en lugar de que le felicitara por ser un niño grande, le ignoro por completo y le mostró un instrumento extraño a su mamá. Sus ojos llenos de lágrimas de emoción le hicieron sentir envidia. Él hacia todo lo posible por ese brillo destellante y no obtenía nada, sin en cambio una cosa rara lo hacia en tan solo unos segundos.

Esa noche no salio de su cuarto ni disfruto su cumpleaños como debía. Y tampoco cuando se entero que otro bebé vendría a la familia.

Pero su papá, en ese largo periodo, lo trato como un verdadero hijo. Le preparaba el desayuno, le arropaba y le quería como siempre debió ser. Su corazón estaba feliz, pero su mente le decía que solo era el instinto materno por el bebé en su vientre. Una cruda realidad que el entendía a su corta edad.

Cuando HoSeok nació, le envidio por ver la sonrisa en el rostro de su padre y su madre. La familia celebro aquella noche y mientras lo hacían, NamJoon observaba al bebé en la cuna, durmiendo tan plácidamente que nada podría despertarlo. Tenia parecido a mamá y papá, y eso era otra razón para envidiarlo. Se mantuvo por muchas horas observándole en silencio hasta que el también cayó dormido.

Con el paso del tiempo, la envidia se fue cuando ambos revelaron su casta. Los padres de la alfa creían que el bebé seria un poderoso alfa al igual que los padres del Omega, pero tal decepción se llevaron cuando a sus 10 años comenzó a liberar un dulce aroma, digno de un omega. Toda la atención fue hacia el cuando se rebelo como un poderoso alfa y sus abuelos por fin dejaron de ignorarlo. Ahora HoSeok era la oveja negra de la familia y aún cuando sus padres le querían mucho, lo escuchaba llorar todas las noches, lamentándose por ser una decepción para sus abuelos.

En ese preciso instante en el que escuchaba su llanto, quiso protegerle.

Porque aunque él fuera la atención que tanto anhelaba, nunca le hizo daño o le presumió. Al contrario, siempre quiso que el alfa le quisiera, pero lo ignoro por tanto tiempo y ahora se sentía mal. Desde ese día, juro dejar el maldito rencor atrás y proteger a HoSeok sobre todas las cosas.

Pero la dicha y felicidad de tantos años después de pasarla mal se fue en tan solo un día, en el preciso instante en el que proclamó a HoSeok como suyo.

De nuevo, los ojos que por tanto tiempo le dolieron, regresaban. Su miedo más grande se hacía presente de nuevo frente a él.

La decepción de su padre.

— Los muchachos me dijeron que tú le dijiste a HoSeok algo...muy malo, nosotros no te criamos así NamJoon, ¿Sabes el momento por el que está pasando Hobi? ¡Tú como su alfa más que nadie debes entender cómo se siente!

NamJoon soltó un suspiro. Podía sentir perfectamente como la mirada del Omega le fulminaba y le quemaba lentamente, diciéndole que lo había decepcionado. Su pecho dolía y sus manos picaban por decirle cómo se sentía.

¿Por qué le era tan difícil hablar? ¿Por qué le costaba tanto decirle cómo se sentía? Cómo se había sentido por todos esos años.

— ¡Jesús NamJoon, ¿Cuántos años tienes!? ¡Ya no eres un niño! ¡Asume las responsabilidades sin tener que culpar a alguien!

— Pero-

— ¡Nada! ¡Me da vergüenza que alguna vez pensé darte nuestro apellido!

NamJoon se callo abruptamente y sus manos temblaron, una parte de él pareció destruirse por completo y solo no lloraba, porque se encontraba en un estado de shock.

El mayor no pareció retroceder con sus palabras, sin siquiera sentir algo de lástima y tomo sus cosas para salir de aquel cuarto, no sin antes dirigirle una mirada de molestia y decepción, que NamJoon no miro porque estaba de espaldas, pero perfectamente podía sentirla, quemando su nuca de una manera lenta, dando justamente en donde le dolía.

— Me voy. Visitaré a HoSeok cada mes y tú, no quiero que vuelvas a herirlo
Si vuelvo escuchar algo de parte de mi niño, hablaré con tu mamá, ¿Entendido? — dijo con una mirada molesta y salió del lugar, azotando la puerta.

Permaneció en silencio, sin hacer movimiento alguno y escondió su rostro entre sus manos, como si eso fuera a esconder lo que realmente estaba sintiendo por dentro.

Dolor.

Las cabezas de sus compañeros se asomaron desde el segundo piso, que después de haber sido regañados también y los menores diciéndole lo que hizo NamJoon esa vez, subieron todos porque el padre de HoSeok comenzó a gritarle al pelimorado y YoonGi solo atino a llevárselos arriba,  pues ya estaba tocando temas personales.

— ¿Deberíamos...hacer algo? — susurró JungKook a sus mayores.

— No — respondió neutro YoonGi, como siempre —, SeokJin, llévate a los mocosos y a HoSeok a comer fuera, necesita distraerse.

— ¿Y que hay de "debemos estar escondidos"? — murmuró él mayor con el ceño fruncido.

— Nadie va a reconocerlo mientras cubra el cuello y parte de la cara. Solo haz que use una bufanda y ya — le susurró y bajo las escaleras.

Él era el único maduro al parecer, el único que conocía bien a NamJoon y llegó a conocerlo con más profundidad el tiempo que llevaban juntos en todo ese embrollo.

Aunque nadie notará mucho su interacción, habían noches en las que ambos pasaban juntos hablando, incluso horas, él solo escuchaba mientras NamJoon hablaba y en ciertos puntos, daba su opinión al respecto.

Él era el único que podía entender a NamJoon.

Porque NamJoon, era un sujeto herido, que desquitaba su dolor en sus palabras y herir al que pensaba ser el culpable. No justificaba su actitud, porque no era correcta, pero entendía que algunas veces, todo el resentimiento que guardaba quería soltarlo sin pensar mucho en ello, dañandose a el y por ende, a otras personas, HoSeok en este caso.

Y definitivamente, estaba dispuesto a apoyarlo, a hacerle entender los errores cometidos y darle consejos del como podía mejorar.

Y definitivamente, estaba dispuesto a apoyarlo, a hacerle entender los errores cometidos y darle consejos del como podía mejorar

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Hahaha, disculpen la tardanza, está parte me dejó simplemente con un bloqueo.

Igual no me gustó mucho como termino el capítulo aaa.

-mei d.

Alfas [BTS x HoSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora