Alfas [BTS x HoSeok]

4. Alfas

HoSeok lloraba desconsolado en los brazos de su padre, mientras que éste intentaba calmarlo con suaves caricias en su cabeza y palabras bonitas.

Al despertar sólo se había puesto a llorar y no quería ver a nadie, pues aquellos alfas solo olían a furia, tensión y decepción, y comenzaba a alterarse, por lo que el omega tuvo que permanecer junto a él en su recámara.

Los demás alfas aún se encontraban en la sala y la alfa mayor no se había calmado ni un poco. Seguía con su furia y los alfas se mantenían en silencio, pues no querían que se enojara aún más.

— ¿Que piensan hacer ahora? Ustedes solo tienen 17 — miro al trío — ¡Son unos niños con una responsabilidad grande! ¡Tener a un omega no es como una pareja que puedes desechar con facilidad!

El trío bajo la mirada, se encontraban profundamente tristes. Nunca quisieron hacer tal daño en HoSeok. NamJoon se mantenía callado, serio y sereno, pero por dentro, estaba apuntó de estallar.

YoonGi sabía que algún día marcaría a HoSeok, pero no se imagino que otros 5 alfas hicieran lo mismo. Jin simplemente se sentía molesto, pues él pensaba que el omega lo había hecho a propósito.

— Tendrán que quedarse con HoSeok y hacerse responsables de esto — se cruzó de brazos — no permitiré que hagan más daño de lo que ya hicieron, ¿Entendido?

Todos asintieron, algunos en desacuerdo y otros en confusión total pero no querían molestar más a la alfa.

Horas después, NamJoon estaba sentado en el borde de su cama, cubriendo su rostro, tratando de tranquilizarse. Todos acordaron en vivir un tiempo en la casa de verano para discutir lo que iba a suceder, pues ninguno de ellos estaba seguro. YoonGi entró a la recámara, sentándose aún lado del moreno, que aún no apartaba las manos de su rostro.

Ellos se hicieron buenos amigos cuando HoSeok los presentó, pues se dieron cuenta que tenían muchas cosas en común.

Soltó un sollozo bastante bajo, pero audible a los oídos de YoonGi. El pálido le miró con lástima, palmeando su espalda.

— No te puedo decir que todo saldrá bien, pero puedo decirte que tienes un hombro dónde llorar.

NamJoon rompió en llanto, sin poder evitarlo, las lágrimas se escurrían por sus mejillas mientras YoonGi rodeaba su cuello con su brazo y daba suaves palmadas a su espalda en un intento por calmarlo.

— Y-yo no quería — sollozo el moreno, escondiendo su rostro en el hombro del pálido.

— Ninguno quería NamJoon, pero ahora somos sus alfas y nadie podrá cambiarlo.