"Y si nada nos libra de la muerte, al menos que el amor nos salve la vida"
Frank Iero es un chico que ya no encuentra mas sentido a su vida pero conoce a su ¿Angel? Que lo ayudará.
¿Puede él salvar su vida?
¿O acercarlo mas a su muerte?
—Frankie— me abrazó y hundí mi rostro en su pecho —Causas muchas cosas en mi y no quiero lastimarte— me abrazó aún con más fuerza —pero tampoco quiero alejarme de ti—.
—No digas eso Gee estoy mejor desde que apareciste en mi vida, prometeme que no me dejarás— levante mi vista hacia él
—Estaré siempre para ti pequeño— revolvió mi cabello—¿Quieres que te lleve a casa?
—¿Y si te quedas conmigo esta noche?— pregunté y senti palidecer cuando no recibí respuesta, a él tambien lo tomó por sorpresa
—Me encantaría Frankie— sonrió
Pasamos al departamento de Gerard para que recogiera algunas cosas necesarias mientras yo lo esperaba en el auto, aún no podia creer que aceptara quedarse conmigo
Luego de unos minutos Gerard bajó con una pequeña maleta con "solo lo esencial"
En el camino cmpramos algo para la cena y condujo hasta mi departamento, bajamos nuestras pertenencias y al entrar al edificio Gerard tomo mi mano, definitivamente me puedo acostumbrar a eso, creo que es un gesto muy lindo de su parte, subimos al elevador hacia el noveno piso donde mi departamento se ubicaba.
Entramos y cenamos juntos hablando de cualquier cosa, Gerard hacia que cualquier momento con él fuera especial, el tiempo volaba cuando estaba a su lado.
Optamos por ver una pelicula juntos, nos dirigimos a mi habitación para estar más comodos, nos recostamos juntos y Gee me rodeó con su brazo, estuvimos por unos momentos en silencio mientras la pelicula transcurria.
Me encantaba mirar a Gerard, desde cualquier ángulo era perfecto, comence a acariciar su rostro comenzando por delinear su perfecta nariz con mi dedo y despues recorriendo hasta su mejilla donde se encontraba su hoyuelo cuando sonreia.
—Me gusta mucho tu nariz, es muy perfecta— le dije y él me sonrió
—A mi me gustas todo tú— besó mi frente
Nos acostamos completamente mirandonos de frente, yo con la cabeza encima del brazo de Gerard, me miraba tiernamente mientras jugaba con algún mechón de cabello que caía sobre mi rostro
—Gracias por quedarte conmigo esta noche— suspiré
—Me encanta estar contigo Frankie no tienes nada que agradecer— me abrazó y puse mi cabeza sobre su pecho
—Gee estoy cansado
—Duerme cariño, te quiero— sus palabras me alegran el corazón, tomó mi rostro por la barbilla y besó mis labios tiernamente.
—Tambien te quiero Gee.
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