Crisis En Tierras Infinitas

Parte 19

-Entonces la historia de tu...-. Quedé en silencio debido a que no sabía descifrar si eran algo más.

Captó mi silencio como una duda existencial por lo que continuó con la plática.

-Novia, Leah es mi pareja-. Aseguró dejando el retrato sobre la mesa de estar.

-Bueno, la historia de tu novia es muy diferente a la crueldad que vive alguien en esta tierra, que por cierto, ambas comparten apellido-. Frunció el ceño mirándome sorprendida.

-¿Leah existe en esta tierra?-. Supuso con intriga.

-No Leah precisamente, sino Lena Luthor-. Respondí yendo hacia la mesa en dónde yacía un recorte de periódico con información sobre Lena.

Siguió mi caminar con su mirada desde su lugar. Su confusión era notoria ante las cosas que aún le faltaban comprender.

-Son demasiadas cosas que necesitas saber pero la más compleja de asimilar es lo similar que ambas mujeres son al igual que parte de su historia verídica que comparten, que de seguro nos confundirá un poco a todos debido a las grandes diferencias-. Argumenté dándole el recorte.

Fijó de lleno su mirada en la información como en la pequeña fotografía de Lena, su expresión fue de sorpresa total, con esmero comenzó a leer en su mente de manera intranquila.

Sin despegar la vista del recorte comenzó a relatar.

-Es increíble el parecido-.

Asentí aún sabiendo que no me miraba del todo.

-Incluso hace lo mismo que mi novia en nuestro mundo, bueno el que era nuestro mundo, y siendo sincera, no creía en la existencia del multiverso-.

-¿No?-. Dije confundido.

-Nunca tuve encuentros con personas de otro mundo, sólo con villanos y alienígenas malvados, de ahí en más nada fuera de lo normal, no hasta ahora-. Se encogió de hombros dejando en el suelo el recorte.

-Qué raro, ahora comprendo porque desconfiaste de mí al verme-.

-Lo siento, por el golpe...-. Su cara manifestaba duda, era cierto aún no me presentaba.

-Brainiac, mi nombre es Brainiac pero todos mis amigos me dicen sólo Brainy, descuida yo tuve la culpa por presentarme así-. Estiré mi mano ofreciéndole un saludo cordial.

-Bien Brainiac yo soy Linda, Linda Lee-. Me sonrió antes de soltar nuestras manos.

-De acuerdo ya que estamos en un buen proceso quisiera saber algunas otras cosas, cómo por ejemplo, porqué el sobrenombre de Alex hacia tu cuñado-. Dije tomando asiento sobre el suelo haciéndole compañía.

-Decidí llamarlo así porque me recuerda en gran parte a mi hermana Alex-. Enseguida tomo otro retrato en dónde ambas hermanas salían en una edad adolescente.

Ambas sonreían felices y abrazadas la una de la otra.

Sonrió con nostalgia ante la fotografía.

-En mi realidad mi hermana Alex perdió la vida a los dieciséis años-. Acarició en silencio el rostro de su hermana mientras intentaba asimilar la noticia.

En ninguna realidad me imaginaba a una Kara Danvers sin una Alex a su lado. Aunque bueno a pesar de que el caso es distinto.

Su mirada atrapó la mía en estado incrédulo por lo que relató el cómo fue.

-Todo pasó cuando salimos tarde del colegio, yo me metí en problemas y ella me hizo compañía hasta resolverse, ya todos habían salido menos nosotras así que cuando fue nuestro turno ya nadie estaba afuera o siquiera en los pasillos. Caminamos hasta casa en la tarde/noche platicando de cosas que nos habían pasado en medio de clase o incluso en el receso y así, recuerdo perfectamente que ya estábamos cerca de casa sólo teníamos que cruzar la extensa carretera, nos faltaban unos diez minutos para llegar cuando un auto gris se detuvo frente a nosotras, ignoramos el hecho ya que casi siempre sucedía eso pero ésa vez fue diferente, un tipo bajó de él asegurando que nos haría daño, el miedo me paralizó y no supe qué hacer solamente ví a mi hermana hablar antes de que se arrojara hacia el tipo, claramente me alarmé ya que él portaba una navaja y ella lo estaba enfrentando sola sin ningún tipo de ayuda intenté moverme pero mi hermana insistía en que huyera, que corriera lejos de ese lugar sin mirar hacia atrás, me rehúse pero entonces... Un impacto de bala me nubló por completo los sentidos-. Su mirada se mantenía fija sobre el retrato, sus ojos cristalinos y su sonrisa amarga fue desapareciendo poco a poco.