El problema con la vida no es el dinero, el amor o la sociedad.
El problema real que atraviesa la existencia humana siempre ha sido la salud.
Sebastian era fiel creyente sobre la atracción física a primera vista; no hables sobre amor a primera vista o derivado, existe el noventa y nueve punto nueve por ciento de probabilidades que la persona que dijo eso era un idiota.
¿Qué es el amor a primera vista?
Uhm... no debería ni ser mencionado.
La atracción física, por otro lado, no es bastante complicado de explicar: Te gusta una persona por su apariencia física y no puedes y no quieres apartar la vista, eso es todo.
De acuerdo, no es tan simple como eso.
Es diferente con cada persona.
Por ejemplo, la primera vez que le sucedió, pensó que había visto a una belleza incomparable. Sin embargo, era el tipo de belleza que solo podías admirar de lejos y nada más. Sebastián era solo un adolescente en ese tiempo, así que sus sentimientos probablemente estaban un poco confusos y su admiración fue pura inocencia.
Poco después de la etapa en donde los deseos del cuerpo humano hacen acto de presencia, Sebastian comenzó a comprender muchas cosas y a querer experimentar de todo al mismo tiempo, por lo que, a los diez y seis años de edad, él lo hizo con un tipo por primera vez.
No era algo que él no hubiera planeado o deseado, el chico también tenía la misma edad que él y, a los ojos de Sebastian, era el chico más sexy que hubiera conocido jamás. El otro era guapo, alto y rubio, con labios gruesos y una sonrisa que enamoraría al mismo demonio. Debido a que ambos carecían de experiencia, especialmente en este caso, Sebastian dejó que el chico lo hiciera.
Pero, después de eso, no volvió a ver al chico jamás.
Entonces, cuando conoció a Isier — su actual mejor amigo—, no esperaba que fuera primo de esa persona. De todos modos, lo que sucedió fue cosa de una sola vez, los sentimientos no estaban involucrados, por lo menos, no después de cómo huyó como si hubiera hecho la cosa más horrorosa de su vida. Él no preguntó al respecto.
Aunque Isier también fue una belleza en la vida de Sebastian, era un tipo completamente heterosexual y él lo respetó, forjaron una amistad que nunca pensó que tendría con alguien. Pronto, ellos dos no solo eran inseparables, sino también, Isier se había vuelto sobreprotector sobre él con el tiempo.
Sebastian siempre tuvo una fuerte relación con su familia, además de ser hijo único, fue una persona bastante filial y sus padres nunca tuvieron quejas sobre él. Cuando habló sobre su homosexualidad, sus padres bromearon con él diciendo que querían ver un yerno pronto. Por supuesto, ellos realmente no deseaban eso, como cualquier padre, querían tener nietos para poder jugar con ellos en el futuro, dijeron eso solo para no hacer infeliz a su único hijo. Necesitaban tiempo para entender y asimilar que no habría descendencia.
Sus padres suspiraron abatidos incontables veces pero nunca fue en presencia de su hijo mayor.
Cuando Sebastian ingresó a la universidad, su personalidad fue cada vez más llamativa, no solo era amado por el chico más popular, también le robó más de mil suspiros al chico que se sienta justo en la última fila del salón, al que todos llamarían nerd.
A Sebastian le gustaba la atención, nueve de cada diez personas deberían enfocar sus ojos sobre él o su ego se vería afectado.
Entonces, él caminando hacia el ascensor con movimientos seductores instando a los hombres que estaban en los pasillos del edificio a alabarlo con todo tipo de comentarios, era pan de cada día. Su andar usualmente más lenta de lo necesario, el maletín a un lado y una chaqueta sujeta con el dedo índice colgando en la espalda, con el cabello elegantemente cortado y el flequillo que lo hacía lucir más joven de lo que realmente era.
Alguien silbó de algún lado haciendo que la sonrisa en ese rostro hermoso fuera más notable.
La mayoría de los hombres también estaban regresando a casa después de un día difícil en el trabajo, pero ahora estaban más contentos debido a los rostros conocidos que los saludaban.
— Nuestra belleza número uno en el edificio, ¿quieres compañía esta noche?
Solo alguien excesivamente desvergonzado haría ese tipo de pregunta, pero ¿Quién era Sebastian?
— Por supuesto ¿quieres intentarlo? — preguntó con una sonrisa ladina mientras retomaba su camino al ascensor para llegar a su propio piso.
Justo después de entrar al ascensor y, antes de que la puerta se cerara, unas pequeñas manos blancos impidieron esa acción.
Esa persona...
Cuando Sebastian lo vio por primera vez, sintió cómo si algo indescriptible hubiera atacado su estómago, su pecho comenzó a latir ferozmente y la sonrisa coqueta que tenía abandonó su rostro por unos segundos.
Probablemente el chico lo había saludado, él quizá respondió a su saludo pero no recordaba nada de eso.
Incluso perdió el detalle del ascensor deteniéndose y el chico saliendo de ella.
Cuando despertó de su aturdimiento momentáneo, presionó los botenes para poder salir, sin embargo, lo hizo demasiado tarde y ahora el ascensor comenzaba a descender.
Maldición. Pensó
Nunca había estado tan desesperado en su vida.
Una vez que subió de nuevo, el chico ya no estaba por ninguna parte.
El pequeño pasillo era lo único que dividía los departamentos del edificio, este piso precisamente, era el último. Suspiró aliviado después de haber pensado en ese detalle. No será complicado volver a ver al chico... a menos que solo sea un invitado de alguien en este lugar.
Si lo pensaba detenidamente, eso tenía más lógica, el chico parecía un niño. Era demasiado joven como para estar ahí.
Si tan solo él no hubiera perdido la cabeza en ese momento...
Sebastián se sentía bastante estúpido por haber perdido una oportunidad como esa, pero de nuevo, él nunca había tomado la iniciativa antes. Los tipos rudos usualmente aprovecharían los lugares cerrados para ligar con la gente que les gustara, él no era uno de ellos, no supo cómo actuar. La belleza del chico lo dejó sin habla y sin cerebro.
No vemos la próxima semana. Espero les haya gustado el capitulo.
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El chico del apartamento 512 - Gay love
Teen FictionUn espacio compartido, miradas llenas de emociones y la inevitable conexión que une a una persona con otra. Sebastian Watson es un hombre increíblemente despreocupado. No importa a donde vaya, siempre tendrá la atención que necesita, mujeres u hombr...