10

27.8K 2.8K 1.9K
                                    

Arco de la Villa de los Herreros; start.

Saque mi katana del cuello del demonio limpiándola de su sangre en el acto, este iba desvaneciendose rápidamente por lo que no le vi mucha importancia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Saque mi katana del cuello del demonio limpiándola de su sangre en el acto, este iba desvaneciendose rápidamente por lo que no le vi mucha importancia.

—Cada vez mi espada pierde mas filo, debería ir a que la forjen un poco. Pero...nunca antes lo había hecho ¿Dónde debo ir?— pregunté al aire mientras las personas que salvé me agradecían sin escuchar lo que decía en realidad.

Cundo me aleje del lugar mi cuervo bajo del cielo.

—¿Sabes donde puedo forjar una espada?— le pregunté.

—¿¡Se rompió?!

—No, pero si no voy a reforzarla lo hará.— respondí alzando los hombros.

—¡Aldea de los Herreros! ¡Aldea de los Herreros!

—No creo que sea fácil llegar... ¿No esta escondida para todos?

—¡¡Solo habla con el Patrón!! ¡Debe concederte un permiso especial!

—Todo sería mas facil si conociera a mi herrero.— dije para mi misma desordenado mis cabellos un poco.

—Hace mucho no hay un Pilar de tu estilo, además heredaste esa espada de tu padre ¿No?

—Si, es basura.

Solté un suspiro aburrida. Ahora tocaba dirigirse a la residencia de Oyakata-sama, hace mucho que no paso por ahí, desde la última reunión de Pilares que fue hace meses prácticamente.

—¿¡Oh?! ¡¡¿____-chan?!!

Gire a ver a la conocida voz carismática, era Kanroji-san y venía corriendo hacia mi para finalmente abrazarme.

—¿K-Kanroji-san?— pregunté confundida ante la muestra de afecto repentina.

—¡¡Hace mucho que no nos vemos ____-chan!! ¿A dónde vas? ¿Con Oyakata-sama? ¡Dime que si porfis!

—Eh, si, voy hacía allá.— respondí nerviosa.

—¡Genial!— agarró mi mano para empezar a correr. —¡Yo igual! ¡Acompáñame por favor!

Asentí sin poder decir mas y la seguí, tampoco creo tener otra opción en realidad.

Cuando ya estábamos cerca solo caminamos con tranquilidad, ella veía los puestos de comida con una sonrisa.

—_____-chan, ¿Estás cansada? ¿Tienes hambre?

—No estoy cansada pero me vendría bien un poco de comida...— susurre con un pequeño tono emocionado.

Nos miramos, ella sonrió complice y yo alzé los hombros para luego empezar a caminar hacía el puesto de ramen que había cerca.

—¡Dos platos por favor!— pidió Kanroji-san al señor que atendía mientras se sentaba al igual que yo.

─ 𝐏𝐑𝐎𝐃𝐈𝐆𝐈𝐎.「мυιcнιяσ тσкιтσ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora