Habían pasado siete días desde el nacimiento de Timothy, el hermano de Jadelyn. O Tommy, como le gustaba llamarlo.
La pequeña lo amó desde el primer momento en que lo vio, pero por alguna razón no se sentía tan feliz como imaginó que se sentiría. Tal vez el hecho que desde que su mamá llegó del hospital, cinco días atrás, se la había pasado gritando hacía las cosas un poco difíciles en casa. Y que su papá poco a poco fuera perdiendo la paciencia tampoco ayudaba mucho.
Por fortuna, al campamento todavía le faltaba un poco menos de un mes para que terminara, lo cual Jadelyn agradecía ya que al estar ahí, cerca de Victoria, olvidaba todos sus problemas. O al menos se sentían más ligeros.
-Mis papás pelearon de nuevo anoche. -dijo a su mejor amiga durante el receso. Ambas se encontraban debajo del árbol en el que se hicieron amigas. Se había vuelto una costumbre para las dos sentarse ahí
-¿Y ahora qué pasó?
-No lo sé. Ya ni siquiera sé por qué pelean. Mi mamá solo busca excusas para culpar a mi papá de todo lo malo que sucede en la casa y él ya no es el mismo hombre cariñoso que solía ser con ella. Supongo que está cansado de los reclamos.
-Jadelyn... Lo siento mucho, de verdad no sé qué decir.
-¿Crees que mi mamá tenga depresión post parto?
-No sé, tal vez puede que...
-¡Vic! -la voz de Yasmín las interrumpió.
Yasmín era la nueva amiga de Victoria dentro del campamento. La morena disfrutaba más que nada de la compañía de Jadelyn, pero su personalidad sociable le impedía tener solamente una amiga por lo que últimamente Yasmín también se juntaba con ellas de vez en cuando.
A Jadelyn no le agradaba Yasmín, pero era conciente de que Victoria tenía el derecho de tener más amistades además de ella por lo que tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano por ser amable con la chica cada que se les acercaba para no hacer sentir mal a su mejor amiga. Después de todo se lo debía por todo lo que había hecho por ella desde que se conocieron. Sin embargo sabía que no estaba obligada a escuchar sus conversaciones, de las cuales solía sentirse excluída constantemente, por lo que decidió que era mejor concentrarse en los pájaros que volaban a lo lejos en lugar de sus voces.
-Jadelyn, Yasmín me va a enseñar el libro que le regaló su mamá. Vuelvo en un minuto, ¿sí?
-Claro. -fingió una sonrisa y las vio alejarse mientras reían y hablaban de algo que no alcanzó a escuchar.
Últimamente las cosas entre ella y Victoria habían cambiado bastante. Habían momentos como ese en los que la morena la dejaba sola para irse con Yasmín, siempre con la excusa de que volvería rápido. También habían veces en las que Victoria parecía aburrirse con la presencia de la castaña, como si el tema de las peleas entre sus padres la tuvieran harta. Pero al final del día, cuando estaban a solas de nuevo, fingían que todo seguía siendo como antes y así todo era menos doloroso. Al menos para Jadelyn.
La castaña decidió no pensar más en eso una vez que el día terminó y su padre fue a recogerla. Como en los últimos días, venía él solo sin compañía de su esposa. Sin embargo el ambiente se sentía más tenso que de costumbre y Jadelyn notó a su padre más molesto que de lo normal.
Durante todo el camino ambos se quedaron sin decir una sola palabra, y fue hasta que llegaron al umbral de la puerta cuando Jacob se detuvo con las llaves en su mano, con la mirada en el suelo sin ser capaz de ver a la cara a su propia hija, y con la voz más fría que había usado hasta ese entonces dijo aquellas palabras que marcaron la vida de la pequeña para siempre.
-Tú mamá se fue de la casa.
Esa noche Jadelyn no lloró. Simplemente fue a encerrarse en su habitación tratando de comprender lo que había pasado mientras las palabras de su padre se repetían una y otra vez en su cabeza, hasta que simplemente el sueño la venció y se quedó profundamente dormida.
Fue hasta la mañana siguiente, cuando al ir a ver a Tommy luego de escucharlo llorar, que finalmente comprendió lo que estaba sucediendo y soltó todo el llanto que había retenido el día anterior
Su mamá se había ido.
¿Qué se suponía que iba a pasar ahora? ¿Iba a volver en algún momento, o se había ido para siempre? ¿Su papá volvería a ser el mismo de antes después de eso? Y lo más importante de todo, ¿Qué iba a suceder con Tommy?
La mente de Jadelyn estaba llena de preguntas y sus ojos llenos de lágrimas. No se sentía de ánimos para ir al campamento. Ni siquiera quería levantarse de su cama una vez que regresó a su habitación con su pequeño hermano en brazos, pero luego de los gritos de su padre obligándola a alistarse para que se fuera, no le quedó otra opción más que obedecerlo.
Al menos si iba al campamento tendría el consuelo de Victoria, ¿no?
Parecía que las cosas no podían ir peor en ese día. Pero Jadelyn se dio cuenta de lo equivocada que estaba cuando al entrar a la cabaña no vio a Victoria esperándola como siempre solía hacerlo. En lugar de eso la morena estaba con Yasmín cerca de las canchas. Ambas caminando y riendo juntas como si nada más importara.
La castaña esperó que llegara la hora del receso para hablar con Victoria y contarle todo lo que había sucedido la noche anterior pero tampoco pudo, pues su única amiga parecía no despegarse en ningún momento de Yasmín. Incluso cuando vio a Jadelyn sentada frente a ella en la clase de dibujo lo único que hizo fue darle una sonrisa forzada y agachar la mirada, para luego seguir ignorándola como lo había hecho durante todo el día.
Los días pasaban pero nada parecía cambiar desde aquella tarde. Jadelyn llegaba al campamento con la esperanza de que Victoria se acercara a ella para seguir siendo las amigas que solían ser, pero en lugar de eso la morena se limitaba a ignorarla. O cuando eso no era posible debido a la cercanía entre ambas, únicamente le sonreía con lástima, tratando de decirle con la mirada que ya no la quería más. O al menos eso entendía Jadelyn.
Los últimos días del campamento fueron los más difíciles para Jadelyn. No soportaba ver a Victoria y a Yasmín juntas. Ni siquiera podía verlas por separado porque ahora odiaba ambas.
Odiaba a su madre por haber abandonado a Tommy cuando más la necesitaba. Odiaba a su padre por ser el mounstro en el que se había convertido desde la partida de su madre. Y ahora también odiaba a Victoria más que a nadie en el mundo por haberla dejado sola sin ninguna explicación en el peor momento de su vida.
A partir de ese día Jadelyn dejó de ser aquella inocente niña que se alejaba de la gente por timidez, porque ahora era ella misma quien alejaba a las personas.
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¿Me recuerdas? (Jori)
FanfictionTodo parece transcurrir con normalidad dentro de Hollywood Arts, hasta que Tori, harta de los insultos y ofensas que recibe constantemente por parte de Jade decide indagar en la razón por la que la pelinegra la trata así, obteniendo una respuesta qu...