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-Hey tú. -dijo alegremente Tori como saludo acercándose al casillero de Jade.

En los últimos dos días, desde lo sucedido en su casa, Tori no dejaba de mostrarse cariñosa con Jade casi en todo momento, tratando de disimular frente al resto de las personas, aunque era imposible que su actitud más animada de lo normal pasara desapercibida ante los demás.

-Hola. -contestó secamente pero con una sonrisa. El único tipo de sonrisa que podía sacarle la morena, quien aprovechó la cercanía que tenían en ese momento para abrazar la cintura de la pelinegra. -Tori, tenemos que hablar. -y volteando hacia ambos lados para asegurarse que no había nadie viéndolas en los pasillos, la tomó del antebrazo para llevarla al típico lugar al que acostumbraban a ir cada que necesitaban estar a solas: el clóset del conserje. Pero apenas cerró la puerta, los labios de Tori sobre los suyos la tomaron por sorpresa. Definitivamente no quedaba rastro de la tierna e inocente Tori que había existido siempre. Ahora era una nueva versión de ella misma pero invadida por el amor, la emoción, y tal vez algo de hormonas, y Jade no se quejaba de aquello. Sin embargo sabía que alguien debía ser la responsable de la extraña relación que estaban teniendo, y ella tenía que tomar ese papel.

-Escúchame. -dijo con firmeza separándose lentamente de la morena, aún algo atontada por los besos. -Esto debe parar.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué sucede?

-Porque no quiero hacer las cosas más difíciles cuando me vaya. No puedo estar más tiempo aquí y lo sabes.

-Pero Jade, faltan pocos meses para que nos graduemos de aquí, ¿de verdad es necesario que te vayas? Además, ¿qué va a pasar con Tommy? ¿Y qué va a pasar con nosotras.

-Creo que estás apresurando bastante las cosas, y lo demás ya lo tengo arreglado...

-¿Apresurando? -la interrumpió Tori con enojo. -Te recuerdo que tú fuiste quien me besó a mí en primer lugar.

-¡Sí, y ya me disculpé por eso!

Poco a poco las dos iban perdiendo la paciencia por su desesperación. Jade por el miedo a lastimar a Tori, y Tori por el miedo a perder a Jade.

-¿Quieres decir que entonces sí te arrepientes de lo que pasó en mi casa?

-¿Qué? ¡Sabes que no dije eso! -por primera vez, Jade estaba sintiendo lo que alguna vez sintió Beck durante sus peleas cuando aún estaban juntos. Con que así es el karma, pensó. -Además no puedo hacerle esto a Beck, no han pasado ni tres semanas desde que terminamos.

-Tú dijiste que él te apoyaba con esto.

-Y lo hace, pero fueron más de dos años de relación ¿Crees que no le duele? ¿Crees que no me duele a mí?

-¿Aún sientes cosas por Beck?

Jade no respondió la pregunta pero no porque aún estuviera enamorada de su ex novio. Cuando dijo que había confundido sus sentimientos por él hablaba enserio. Nunca lo había amado como a una pareja, sino como a un amigo. Y aún lo amaba de esa misma forma con una intensidad que ni siquiera podía explicar, y por eso es que le dolía tanto pensar en dañarlo. Era la actitud de la morena lo que la había dejado sin palabras. ¿Qué había pasado con la tierna Tori que se preocupaba por todos los que la rodeaban? Parecía una muy mala broma lo que estaba sucediendo, no podía creer el repentino cambio que había tenido la chica frente a ella y no encontraba una explicación lógica para aquello.

-No sé cuándo pero me voy a ir de aquí, es lo último que diré. -se agachó para recoger su mochila que había dejado en el suelo, lista para irse hasta que escuchó a Tori hablar de nuevo.

-No te puedes ir, ¿de verdad eres tan egoísta para hacerlo?

La cara de sorpresa, enojo y confusión de Jade decía todo en ese momento. Si su vida fuera una caricatura, estaba segura que se podría ver el gran signo de interrogación que se había formado sobre su cabeza.

-¿Egoísta yo? -soltó una risa sarcástica. -¿Por querer mejorar mi vida? Disculpa pero dime quién es la que no quiere dejar ir a la persona que dice querer aún cuando es por su bien, ni le importan los sentimientos de su amigo que acaba de terminar una relación de años, todo porque quiere su propia felicidad. Porque esa no creo ser yo.

-Solo me preocupo por ti... -ahora Tori se sentía apenada por las cosas que acababa de decir, pero sabía que ya no había vuelta atrás.

-¡Si de verdad te preocuparas por mí me dejarías en paz! ¿¡No ves que me asfixias!?... Oh por Dios, Tori, no quise decir eso. -para cuando Jade se dio cuenta de lo que acababa de decir ya era demasiado tarde, pues Tori ya se había ido de ahí rápidamente, intentando contener sus lágrimas, y pensando en que tal vez la pelinegra tenía razón. La estaba asfixiando. Se había tomado muy enserio lo que había pasado en su casa tres días atrás, ¿pero como no hacerlo si para ella había sido algo muy especial? Tal vez para Jade no había significado nada. ¿Y si realmente lo había considerado un error?

-Soy una tonta. -se decía a sí misma una vez que entró al baño de mujeres y se paró frente a los lavabos. Se miró en el espejo y se desconocía completamente. No podía creer el comportamiento que había adoptado últimamente.

¿En qué había estado pensando en los últimos tres días? Primero lo que pasó con Jade en su casa, ¿por qué lo había hecho? No es que se considerara a sí misma una santa, y tampoco es como que tuviera en sus planes llegar "pura" al matrimonio, pero ahora que pensaba claramente las cosas se daba cuenta del gran error que había cometido. Se había dejado llevar bastante por la situación y ahora se sentía como una estúpida por eso.

Luego recordó la forma en que había tratado a Jade los dos días siguientes. Se la pasaba a su lado cada que podía, y cuando no lo hacía, la llenaba de mensajes cursis y empalagosos, aún sabiendo que ese no era el tipo de relación que quería ninguna de las dos. Era como la típica novia intensa que no deja a su pareja en paz, con la única diferencia de que ellas NO ERAN NOVIAS. No eran absolutamente nada y ahora Tori comenzaba a hacer conciencia de aquello.

-Tonta, tonta, tonta. -le repetía a su reflejo una y otra vez, sin saber si lo que sentía era frustración, vergüenza, tristeza, o una mezcla de todo.

En otras circunstancias pudo haberse quedado en los baños más tiempo sin importarle si se saltaba una clase, o tal vez más, pero entonces vio la puerta abrirse y entrar a través de esta a Jade completamente dispuesta a disculparse por las palabras que había usado minutos atrás, sin embargo esta vez el orgullo le ganó a la morena, y en lugar de quedarse a escuchar lo que la persona que tanto la confundía tenía por decirle, prefiero irse de ahí antes de iniciar una pelea más y empeorar las cosas.

Lo que Tori desconocía es que esa sería la última vez que vería a Jade en mucho tiempo, porque de haberlo sabido no la hubiera dejado sola, sintiendo como su mundo se derrumbaba una vez más, tal como en aquel campamento en el que se conocieron.

¿Me recuerdas? (Jori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora