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-Hey, ¿estás bien? Te noto extraña.

-No, no estoy bien.

-Sí, bueno, no me interesa.

Tori vio con incredulidad a su hermana por la respuesta que le había dado, aunque tampoco es que tuviera muchas ganas de hablar de sus sentimientos en ese momento, sobre todo porque Trina no tenía idea de lo que había sucedido entre Jade y ella, y no tenía la más mínima intención de explicárselo.

Ambas iban en el auto de la mayor de camino a la escuela como todas las mañanas, aunque a diferencia de otras veces la morena se arrepentía de no haberse quedado en su casa para evitar el destino que le esperaba al llegar. O el destino que ella creía que le esperaba.

-Es broma Tori, dime qué pasa.

-No es nada.

-Vamos, claro que pasa algo ¿Dónde quedó la chica animada de hace unos días? Sabes que puedes contar conmigo.

-Enserio, no es nada. Cosas de adolescentes, supongo.

-Déjame adivinar, ¿es sobre chicos, no es así? Vaya hermanita, ya era hora que comenzaras a tener interés en alguien. -palmeó la pierna de su hermana antes de volver su mano al volante. -No quería empezar a ser conocida como la hermana de la quedada de la escuela.

-Bueno, no es precisamente sobre chic... -Tori no acostumbraba a confiarle cosas tan personales a su hermana, pero su pésimo estado anímico no le dejaba otra opción. Lástima que la atención de Trina no diera para tanto.

-Uyy, están vendiendo café allá. Ya vuelvo. -se estacionó frente a un pequeño puesto de bebidas calientes, el cual Tori jamás había visto en su vida, y luego de unos cuantos minutos regresó al auto para encenderlo y continuar con el camino. -Ahora sí, ¿me decías?

-Que sí tengo un problema "amoroso", pero no precisamente del tipo que piens... -una vez más su hermana la interrumpió, pero esta vez con un grito y el sonido del claxon.

-¡Fíjate engendro! -Lo siento, continúa.

-Sí, claro... -contestó Tori sarcásticamente viendo a su hermana y sin ganas de continuar hablando. Por suerte un minuto después llegaron a su destino, donde continuó quejándose mentalmente por haber ido.

Pero por suerte, durante todo el día no logró ver a Jade por ningún lado, que era lo que más le aterraba.

-Dijo que no se sentía bien para venir. -le dijo Beck a la hora de receso una vez que preguntó por la pelinegra, pero por alguna razón no le creyó del todo.

A la mañana siguiente sucedió lo mismo: Trina llevándola a la escuela e insistiéndole en que le dijera qué sucedía mientras ella sólo la ignoraba deseando desaparecer para siempre de la faz de la Tierra para no tener que enfrentarse a Jade ni a sus propios sentimientos nunca más.

Pero al llegar a la escuela las cosas fueron diferentes. Esta vez su casillero no estaba solo como el día anterior. Ahora se encontraban sus amigos rodeándolo con una mirada sospechosa, como si supieran algo que ella no. Todos estaban ahí excepto Jade.

-¿Qué sucede? -fue lo primero que dijo Tori al verlos, sin embargo nadie le contestó, en lugar de eso se limitaron a mirarla y a mirarse entre ellos sin saber qué decir.

-Abre tu casillero. -dijo por fin André seriamente, y ella obedeció.

Lo primero que vio al hacerlo fue un pedazo de papel blanco, el cual cayó al suelo. Era un sobre

-¿Qué es esto? -preguntó asustada una vez que lo levantó, pero nuevamente nadie le contestó por lo que procedió a abrirlo frente a la mirada atenta de sus amigos, encontrándose una carta en el interior.

Primero que nada, tú sabes que soy pésima expresando lo que siento, así que no esperes mucho de esto.

Tori conocía esa letra a la perfección por lo que inmediatamente supo de quién se trataba y continuó leyendo.

Para empezar quiero pedirte disculpas por todo. Por la forma en que te traté desde que llegaste a HA, por alejarte siempre de mí, por gritarte la última vez que hablamos, y ahora también por irme sin despedirme. Es solo que sabía que al verte todo sería más difícil, y lo último que necesitaba era quedarme más tiempo en Los Ángeles, porque no es justo que siga lastimando a más personas por mis problemas.

Sé que de alguna manera hicimos todo mal, apresuramos las cosas y en muy poco tiempo terminamos hiriéndonos demasiado, y es algo de lo que siempre me voy a arrepentir porque no estoy lista para perderte una vez más. Sin embargo es momento de que cada una siga con sus vidas. Tú te mereces a alguien que sepa tratarte correctamente y aprecie la grandiosa persona que eres porque yo nunca supe hacerlo, dejé que mis miedos se interpusieran entre lo que sentía por tí y ahora estoy pagando las consecuencias. Eso es lo que merezco yo.

Te conozco muy bien y sé que siempre terminas sintiéndote responsable por las cosas que suceden a tu alrededor, por eso también te quiero pedir que nunca más te vuelvas a sentir culpable de mi pasado. Sin importar lo que haya dicho antes, tú jamás tuviste la culpa de mis problemas, incluso cuando éramos niñas. Lo único de lo que fuiste culpable fue de mejorar mi vida cuando todo se estaba derrumbando dentro de mí, porque siempre has sido el brillo que le faltaba a mis días.

Supongo que el tiempo va a pasar y quizás nunca nos volveremos a encontrar, pero creeme que siempre te voy a llevar en mi corazón y en mis recuerdos, porque te aseguro que lo que siento por ti no es algo que se pueda olvidar fácilmente. Y si por alguna razón el destino nos quiere volver a juntar estaré dispuesta a luchar por tí, esta vez de la manera correcta, porque si pude esperar más de siete años por tí, puedo esperar otros siete más.

Jade

Una vez que terminó de leer, el primer impulso de Tori fue mirar a sus amigos. Todos continuaban teniendo la misma cara de seriedad que minutos atrás y sus miradas se notaban tristes.

-¿A dónde fue?

-No lo sabemos. Se fue sin avisar a nadie -contestó Beck.

-Le voy a marcar. -habló de nuevo mientras sacaba su peraphone de su bolsillo con una chispa de esperanza, pero André la detuvo enseñándole su propio celular.

-Ya lo intentamos, fuera de servicio.

En ese momento los ojos de Tori comenzaron a llenarse de lágrimas. No podía irse Jade, no ahora que por fin se estaba dando cuenta de cuánto la quería. Pasó el tiempo y su llanto cada vez se hacía más intenso, sin importarle que los estudiantes que iban pasando la miraran con extrañeza sin saber qué estaba sucediendo.

Lo que había entre Jade y Tori se suponía que era un secreto que solo ellas y Beck conocían, pero eran lo suficientemente obvias como para que sus amigos se hubieran dado cuenta, por eso que comprendían su dolor, y por eso es que André la abrazó con fuerza tratando de darle todo su apoyo por medio de aquel contacto. Después se unió Cat quien ahora también estaba llorando, y más tarde Beck y Robbie también terminaron uniéndose.

Sabían que a partir de ese día las cosas cambiarían para siempre, porque a pesar de la extraña personalidad de Jade cada uno de ellos la amaba, porque durante todos sus años juntos en Hollywood Arts se habían convertido en una verdadera familia, y sin importar las peleas, distancias o malentendidos el cariño que sentían entre ellos siempre estaba presente.

Y por primera vez en su vida, Tori sabía lo que era realmente tener el corazón roto, porque aunque la inexistente relación que había tenido con Jade solo hubiera durado unos cuantos días, el amor que sentía por ella siempre había estado ahí. Cuando la indiferencia de la pelinegra la lastimaba fuertemente, cuando sus ojos azules lograban paralizarla como el veneno más letal, cuando mientras todos le temían ella solo trataba de comprenderla y ayudarla.

El amor siempre había estado ahí, y ahora sabía que estaría ahí para siempre.

¿Me recuerdas? (Jori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora