Cada vez que vamos a salir de la institución es lo mismo contigo Cayden Ibars - soltó con irritación Nick.
Nicolás porfavor, hablas como si tuvieras muchas cosas que hacer - habló el rizado.
Vamos rizos, hoy tengo una cita y necesito llegar temprano, eso quiere decir... Que si tengo cosas que hacer - soltó Nick con ofensa en el tono de su voz.
Nicolás era un chico muy agradable y con un muy buen físico, su cabello negro y lacio hacía que resaltarán aquellos hermosos ojos color miel que llevaba consigo y su estatura era un sueño, un metro ochenta, ideal para cualquier chica en busca de una relación.
Nicolás hablas como en tono de desesperación, ¿es que acaso ya hay una chica que logró atrapar tu corazón? - con un tono coqueto Cayden habló dejando a Nicolás sin palabras.
No Cayden aún no hay una chica - soltó irritado -Es mi madre Cayden tengo una cita con la mujer que me trajo al mundo.
Cayden no pudo evitar reír con fuerza debido a la forma en la que su amigo había expuesto su supuesta cita.
Cuando mencionaste que tenías una cita con una chica la última persona que vino a mi cabeza fue tu madre - soltó el chico de ojos verdes con risa imparable en sus labios.
No quería sonar como un bebé por eso lo dije, pero ya que lo sabes podrías apurarte por favor - el chico de cabellos negros estaba comenzando a desesperarse debido a la tardanza que su mejor amigo estaba teniendo.
Sólo déjame terminar de arreglar el locker y nos vamos - Cayden sonrío radiante mientras soltaba sus palabras hacia Nick.
Amigo todos los días ordenas tu locker, no sé qué pasa contigo, el mío lo ordeno una vez al año y caben más cosas que en el tuyo - Cayden sonrío ante las palabras de su amigo y expresó con risas.
Nicolás tú nunca en la vida has ordenado tu habitación, mucho menos tu locker.
El chico de ojos color miel río mientras su amigo hablaba, había tanta verdad en cada cosa que expresaba.
Sí bueno ese no es el punto, debo irme - la cara de Nicolás había cambiado a un semblante de preocupación.
Está bien amigo no te preocupes entiendo, a tu madre la vez una vez a la semana y a mí todos los días -el chico de ojos color verde habló con dulzura - ¡¿así que vamos tesoro que haces aún aquí parado?!.
Mientras terminaba de pronunciar esas cortas palabras Nicolás corrió soltando una radiante sonrisa a toda velocidad para llegar a tiempo al encuentro con su progenitora.
Ring ring- se escuchó el timbre del celular y en el mismo momento Cayden atendió el aparato quien en la portada mostraba de dónde surgía la llamada.
Mamá?- soltó en seco cuando respondió.
Hijo mío -habló la mujer del otro lado de la línea -cariño lo siento mucho.
Él sabía perfectamente de que se trataba la llamada. Siempre era lo mismo y simplemente ya no le sorprendía.
Tranquila mamá está bien, te veo otro día. Adiós. - habló sin sorpresa y en seco.
Tesoro te prometo que la próxima semana tendremos un tiempo para nosotros. -habló la mujer pero Cayden ya no respondió, simplemente aparto el celular de su oído y lo guardo en su bolsillo trasero.
Genial tendré que tomar un taxi - habló el chico de ojos verdes para si mismo.
Acomodo bien su valija en la parte trasera de su cuerpo y comenzó a caminar para lograr que en su campo de visión apareciera un taxi para su salvación.
Cuando llegó a una pequeña cafetería que se encontraba a dos cuadras de su institución logró visualizar que habían alrededor de tres taxis estacionados, así que rogó al cielo que no estuvieran ocupados esperando a sus clientes.
Buenas tardes Señor -habló el rizado con simpatía.
Buenas tardes jovencito, disculpa chico pero no estoy en servicio ahora, mi auto tiene algunas fallas y no me gustaría dejarte perdido en algún lugar - el hombre que se encontraba adentro del taxi hablo rápidamente antes de que Cayden siguiera con su plática.
Oh, ok, no se preocupe está bien, gracias de todas formas, que pase un feliz día. - al tiempo que terminó de hablar se apartó del auto y dirijo su vista a dónde había visto los otros autos rotulados.
Para su pésima suerte ya ninguno se encontraba, ¿Cuánto tiempo había pasado hablando con el taxista? ¿10 minutos?, Ya no tenía caso seguir maldiciendo al aire así que decidió caminar.
Las calles en camino a su casa nunca se encontraban vacías, siempre caminaban damas con bolsos caros y transitaban autos de súper lujo.
Y en el momento cuando el semáforo de esa calle marco el color rojo se fijo que en uno de esos tantos autos se encontraba una persona conocida.
Caminó rápidamente para cerciorarse de lo que creía haber visto.
El hombre que manejaba el auto en el que se fijó tenía la ventanilla abierta así que simplemente saludó cuando notó que si, si es quien el creía.
Señor Mark, buenas tardes - saludó alzando la mano y soltando un medio grito.
Ibars muchacho, ¿Que haces caminando por las calles sólo? - habló Mark alzando al igual su mano.
No era como si fuese un bebé que no podía andar solo en la calle, pero igual el sabía que su padre tenía mucho enemigos y que tal vez podría ser peligroso pasearse solo por cualquier lugar.
No encontré un taxi - habló el rizado acercándose al auto -decidí caminar.
Sube, si te dejo aquí tu padre no me lo perdonaría -dijo el hombre que se encontraba dentro del auto.
Cayden asintió tímido y rodeo el auto, cuando se adentro en el y se sentó en la parte delantera del automóvil visualizó en la parte trasera a ¿Kate?.
Hola- soltó tímido.
Hola- habló Kate con vergüenza.
Entre ellos en ese momento justo se generó un tipo de contacto visual como si estuviesen hablando pero sin hablar era algo inexplicable bueno así podían expresarlo ellos.
Este contacto se rompió cuando Mark tomó una curva que los hizo tambalear en sus asientos y poner la mirada fija eso frente.
Supongo que tuviste problemas y por estabas caminando solo por las aceras de la calle verdad -Mark habló con algo de preocupación y duda.
Nada en especial Señor Fermoselle -Cayden volteó a verlo - lo mismo de mi madre nada más.
No llego por ti de nuevo - soltó Mark derrepente.
No- respondió el rizado.
Tranquilo hijo no la necesitas, ella es quien se pierde de ti -Habló por último Fermoselle.
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Solo un Te amo
RomanceLas oportunidades llegan una vez en la vida y si no las tomamos en el momento, puede que después sea demasiado tarde. "Expresar los sentimientos es para los valientes, no para mi. ¿sabes por qué?, porque yo no soy valiente " Y si al final solo no es...