110 Duele

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El dolor me dobla, ya no aguanto cada día es una tortura, ya no puedo

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El dolor me dobla, ya no aguanto cada día es una tortura, ya no puedo.

Salgo de aquella sala blanca y con poca luz, apenas puedo mantenerme de pie, la cabeza me da vueltas, siento que voy a vomitar
en cualquier momento, mis piernas fallan, me duele todo.

Y justo cuando pienso que el dolor me vencerá alguien me sostiene.

¡MI SO! —gritan mi nombre. —¿Te hiciste daño? —con la poca fuerza que tengo lo miro, es mi mánager el cual es quien me ha estado acompañando a mis sesiones.

—Ya no quiero seguir haciendolo. —entre lágrimas de dolor le digo.

Hablaremos de eso más tarde, Min, vamos a que descanses.

Salimos de aquel lugar con precaución y como ya es costumbre me lleva a un hotel en lo lejos para que descanse antes de que regrese al departamento.

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¿Como te has sentido, Mi So? —estoy sentada de nuevo enfrente de aquel hombre que se ha convertido en mi confidente durante estos meses.

—He sangrado menos de la nariz, supongo que bien.

Mi So, hay algo de lo que quiero hablarte. —eso me aterra aún más. —El tratamiento no está funcionando por lo que intentaremos con uno más fuerte.

—No.—suelto firmemente.

—¿Disculpa?—parece no creer en las palabras que digo.

—Ya no quiero un tratamiento más fuerte, el que tengo me mata cada vez que lo hago, sin intento uno más fuerte no lo soportare.


—Mi So...—lo interrumpo.

—Voy a dejar el tratamiento. Firmare cualquier responsiba solo ya no me haga ir de nuevo.

No puedo, Mi So, no puedo dejarte así como así.—se levanta. —Eres fuerte, Min y podrás con esto.

No quiero y no lo haré.—me levanto saliendo de su consultorio.

Si este tratamiento no funcionó que era el más efectivo que pasará con uno más fuerte.

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—Dejare el tratamiento.—suelto como si nada ante el presidente.

—¿Qué?—parece incrédulo a mis palabras.

—No está funcionando, no funcionará y solo me lastima, no quiero seguir haciendolo.

Mi So si lo dejas menos funcionará.

Quiero dejarlo y esa es mi última palabra, no lucharé por algo que será en vano.

—¿Y el grupo? ¿Has pensado en los chicos? ¿En que dirán? —mi corazón duele por su mención.

—No quiero que ellos se enteren o almenos no por el momento, yo buscare la forma de no lastimarlos. Pero necesito su ayuda. —el presidente parece saber lo que pediré, sé que no está de acuerdo pero lo hará.
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¡MinMin!—Minhyuk llega feliz a mi lado. —¿Quieres jugar? —ay no.

¿A que?

A las atrapadas.—sin estar cien por ciento segura asiento.

El juego transcurre con naturalidad, Hyungwon y Jooheon se unieron ahora estoy sentada en la cama de minhyuk tratando de que no me hagan correr más.

—Te atrape.—Jooheon entra y toca mi hombro señal de que ahora soy yo la que atrapa.

Corro detrás de él pero siento mi respiración fallar pero lo trato de controlar.

Cuando estoy correteando a Hyungwon me pego (o más bien apenas y la roso) con un la mesa de la cocina y suelto un grito.

—¿Min estas bien? —llega a mi y me ayuda a sentarme en una silla solo bastante unos segundo para que mis compañeros de juego lleguen preocupados a mi.

Levantan un poco mi pants dándose cuenta de los moretones que tengo.

—¿Que es esto Min?

No es nada, tranquilos, es de las veces que jugamos.

No, Min, no es asi, que...—no término que Jooheon termine su frase y salgo corriendo diciendo que él ahora atrapa.

Mentirles es lo peor que he echo, me siento mal me duele hacerlo pero es por su bien.

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¿Min?-tocan la puerta y por la voz se que es I.M.—¿Esta bien? —bajo la cadena del excusado y me levanto.

—Sí, algo me cayó mal ahora salgo. —le miento mientras me veo en el espejo.

Cada día estoy más pálida, los sangrados se hacen cada vez más frecuentes y ni se diga del vómito, mis ojeras están cada vez más marcadas y ya casi no tengo fuerza para nada.

Saco mis pastillas y las tomó para después tomar mi maquillaje y darme un retoque y no se note tanto mi enfermedad, lavo mis dientes y finjo una sonrisa antes de salir.

Esto me esta matando.

SI ESTUVIERAS EN MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora