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De nuevo estoy en este lugar, ni el mánager ni los chicos lo saben pero vine de nuevo para sacarme de dudas, algo no está bien conmigo y lo sé.
—Kim Mi So.—me levanto y sigo a la enfermera.—Aquí tomaran tus análisis, cuando terminen sal y espera aquí mismo los resultados estarán listos cuanto antes.
—Gracias.—hago una reverencia leve, me ayudarle mucho al hacerlo de último momento y rápido.
. . . . . . .
Quito el algodón de mi brazo de donde hace unos momentos me sacaron sangre, ya está seco, me levanto a tirarlo y regresó, el tiempo de me hace eterno, estoy nerviosa, quiero creer que no es nada malo como diría mamá, pero no puedo, algo dentro de mi dice que nada esta bien pero no quiero creerle quiero seguir creyendo que esta todo perfecto y que solo son síntomas de estrés como me dijeron la última vez.
Muerdo una de mis uñas cuando la enfermera llega pidiendo que la acompañe.
—El doctor vendrá en unos minutos, puedes esperar aquí.
—Gracias.
Uno... Dos... Tres...
Ocho... Nueve... Diez...
Diez minutos pasan cuando el doctor que me atendió la última vez toma asiento delante de mi, tiene una sonrisa pero no como la de la última vez, no me mira y eso me preocupa.
—¿Como te has sentido? —quiere distraerme pero no le seguiré el juego.
—Bien, ¿pasa algo?
—Chica lista.—suelta una risa pero no es de humor, solo trata de aligerar el ambiente.
—¿Doctor Kang?—los nervios me están comiendo por dentro y él no lo entiende.
—Mi So...—toma mi mano.
Dejó de respirar, todo se detiene y no sé como reaccionar, quiero llorar, gritar, patear, pero no hago nada solo tomó mismo cosas saliendo de ahí.
Esto no está pasando, esto no puede pasar.
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