Cuando naces con la oscuridad en tu interior es difícil salir de un mundo en donde puedes liberarla.
Un mundo que te consume al igual que la oscuridad.
Donde la venganza y la muerte son el pan de cada día.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Por fin, la verdad nunca me había alegrado de ir al colegio como el día de hoy, pero me estaba costando demasiado mantener este papel.
Y en cierta parte no se por que, eso me confunde mucho, yo nunca tengo este tipo de dudas y tenerlas ahora es como entrar en un territorio el cual no conoces.
Ayer que estuve con ellos descubrí algunas cosas, como que el chico moreno le llaman Rulos— irónico por su cabello —y adivinen es hermano del chico alemán, es increíble, yo casi escupo lo que estaba tomando encima de Frost al escuchar eso, ya que ambos son como agua y aceite.
Y además como supuse ambos son alemanes y su padre es socio de Inferno, y ya no me dijeron nada más acerca de ellos.
La chica rubia que parece odiarme se llama Alexa y su padre es sicario de Inferno, la verdad es que me parece un poco ridículo el hecho de que no sepa como utilizar un arma— lo digo por lo que paso cuando tomo una —. Yo estaba nerviosa la primera vez que sostuve una además pesaba mucho y a cada rato tenia que recogerla, pero eso fue cuando tenia nueve años y el Jefe dijo que era hora de que aprendiera a defenderme.
Las personas seguían viéndome extraño, la mayoría los recuerdo por el lunes que fui a la carrera y los demás solo los vi en algunas clases.
Tengo buena memoria, y eso me ayuda bastante para identificar a las personas que podrían ser una amenaza para mi, además de establecer contacto visual con todos es una forma sencilla— en la mayoría de los casos —para saber que es lo que pasa por las cabezas de las demás personas.
Tocaron el timbre y por suerte estaba justo por entrar al aula, el profesor todavía no había llegado. Ya habían algunos estudiantes entre ellos logre ver a Hitman sentado en la esquina del fondo del aula, parece aburrido.
Y aunque una parte de mi quería ir donde él desidia por sentarme al fondo, pero en la esquina contraria.
Saque un lapicero del bolsillo trasero de mi pantalón— nunca se sabe cuando necesite defenderme —y comencé a trazar garabatos en mi brazo, la silla junto a mi crujió cuando alguien se sentó en ella, no me importo quien era hasta que el mismo me paso una nota.
Acaban de decir que el profesor no vino ¿nos vamos?
¿Qué? ¿A que hora dijeron eso? Alce la vista y era cierto no había nadie en el aula, pero por que es que no me di cuenta.
¡Ah, ya se! Se me olvido que tenia puestos los audífonos, me impresiona lo despistada que soy, creo que podría ganar la medalla de oro en los juegos olímpicos de los despistados.
—¿A donde vamos? —pregunte mientras volví a guardar el lapicero en el bolsillo trasero de mi jeans.
—A comer —solo esa palabra basto para que estuviera de pie jalándolo del brazo y caminan... trotando directo afuera del colegio.