-No se preocupen ustedes dos, el pequeño está en las buenas manos de la tía alya.
Dijo la morena contando una gran cantidad de dinero felizmente que le pago un millonario rubio. Nino asintió mientras cargaba en brazos a un felino y adrien se llevaba casi a rastras a marinette sacándola de aquél departamento.
-¡No olviden alimentarlo, bañarlo y después darle su siesta merecida cómo debe ser! -grito marinette forzando el agarra de su novio-
Algo le decía que su pobre angelito no estará bien estando con ellos.
Ambas parejas morenas se despidieron diciéndoles "Adiós" con las manos mientras que un anvorgesito empezaba a maullar desesperadamente buscando a la azabache con la mirada.
Después de que marinette y adrien hicieran el intentó de buscar niñeros en la anterior tarde, resultó que hoy tenían el día libre porque miss bustier no llegó a dar sus clases.
Nino y alya no tenían nada que hacer así que él morenito solo tenía planeado ver una película con su chica y así fué, hasta que le llegó un mensaje de adrien suplicándole cuidar de una bola de pelos y que le pagaría.
Iba a negarse, pero alya le arrebató el dispositivo aceptando la propuesta. Todo sea por ayudar y nada que ver por el dinero.
Adiós momentos a solas sin la familia de la césare.
-Bien Garfield, es hora de alimentarte.
Nino se dirigió a la cocina del departamento de su naranjita empezando a buscar en el refrigerador.
No estaba por darle algo ya hecho, estaba por darle algo hecho ya a mano.
¿Quién dijo que no sabría cocinar? Su abuela era su maestra profesional de cocina.
Claro, después de haber quemado dos manteles de mesa, haber roto cuatro platos de vidrios e inundado medio departamento gracias a una fuga de agua. Y así al fin logró hacerse cereal con leche.
¿Qué? Lo bueno es que aprendió hacerse algo de comer cuando esté sólo ¿no?
-Nino ¿Qué haces? -pregunto incrédula alya mirando a su novio con los brazos cruzados-
El nombrado saco un recipiente con muchos tomates.
Se puso un mantel que decía "La mejor cosiera de todo París" el cuál le pertenece a la señora Marlene: madre de alya, cargó a anvorgesito en una cangurera haciéndolo ver hacía adelante y empezó a hacer su trabajo.
-Estoy haciendo lasaña. -hablo como si fuese lo más normal del mundo- ahora silencio y dime dónde guarda mi querida suegrita sus libros de recetas.
Alya levanta una ceja extrañada mente. ¿Qué no le había dicho que haría lasaña él mismo?
-¿Acaso no sabes cocinar? Me dijiste que harías lasaña y supuestamente pensé que sabías cocinar ¡Porque estás cortando esos tomates!
Nino dió un brinco del susto por el grito y se enojó.
-¡Shhh! No grites nena, garfieldcito se asustará y yo no quiero éso.
Por un momento alya se imagino un futuro así con nino. ¿Acaso ella misma tendría que hacer todos los deberes de la casa mientras que Nino es otro crío a quien también debería cuidar aparte de sus verdaderas bendiciones?
No era nadie para juzgar a nino, ni su infancia relacionada al gato Garfield regordete que le encanta comer lasaña.
¡Pero era alya! No tenía que dejarse avergonzar y faltarse al respeto por nadie. Así que nuestro morena agarra un palo de amasar y amenazó en apuntar directo a la cabeza de nino.
Si no fuera por el timbre que acaba de sonar..
-¿Quién será? En fin, ve a ver nena que aquí yo tengo mucho trabajo que hacer. Luego me darás el libro de recetas.
La morena lo miro con un tik en el ojo. ¿Quién se creía que era? A sí, su novio.. ¿Pero era necesario que la tratará así? ¿Qué no era al revés?
Con todo el fastidio del mundo, dejó el instrumento de cocina y se dirigió hacía la puerta para ver quién era e interrumpió su momento de gloria.
Continuará..
Nmms, ¿Ustedes quién creé que sea?
Justo hace rato terminé de ver Garfield: La película y quise escribir algunos detalles por aquí sobre el gordito gato perezoso. 😂
En fin, gracias por su tiempo leyendo esté cap y espero que les allá sacado una sonrisa o ¿Risa? 👻
¡Nos vemos a la próxima! 💕
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Inocencia Felina © [Corrigiendo]
FanficLos celos de adrien volverán a despertar, llevándolo a malas o buenas decisiones. Y todo por salvar a su amada de las garras de aquella inocencia felina.