JungKook es un joven, un omega puro con dieciocho años que esconde su aroma entre supresores solo por el miedo de ser marcado.
Probablemente cambie cuando un alfa empiece a defenderlo, el verdadero reto es seguir de pie.
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Obra terminada ☑
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No llores, es tiempo de avanzar.
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Sus ojitos hinchados eran muestra de las horas que siguió llorando, ni siquiera su alfa había podido calmar el llanto.
Y ahora, estaba listo para irse. Con TaeHyung de nuevo a casa, resultaba extraño solo haberse quedado una noche y arruinar todo.
—Kookie, mirame —obedeció obteniendo un beso en sus labios —. Cierra tus ojitos.
Fue donde al cerrarlos sintió los dedos de TaeHyung pasar suavemente con algo frío. Como si le ayudará a bajar la hinchazón de ese modo.
—Dime cariño, ¿prometes no llorar por cosas insignificantes?
—TaeHyung...
—¿Lo prometes?
—Lo prometo —el frío desapareció y pudo parpadear sintiéndose solo un poco mejor.
Tomo su mano para recoger las maletas y salir del cuarto. Sabiendo que sería la última vez en ese lugar, en estar en esa casa y probablemente siendo lo peor para la familia.
No tardaron en bajar las escaleras y encontrándose a los hermanos de TaeHyung.
—JungKook lo sentimos mucho, no sabíamos que reaccionaría de ese modo mi madre. Sin embargo, sabes que si ambos necesitan apoyo estamos para eso.
El hermano mayor abrazo a TaeHyung y se alejó para apresar esta vez a JungKook en un abrazo pequeño.
Se alejaron, al menos los hermanos los apoyaban y estarian en lo que fuera difícil.
—Te extrañaré, pero sé dónde vives así que en unos meses o el próximo año iré. ¿De acuerdo? —Doun parecía ser más tranquilo, un alfa comprensivo.
Asintieron con TaeHyung tomando a JungKook y avanzando hasta los pasillos de la salida donde el menor sonrió al notar las fotos en la pared.
—Esperen, TaeHyung. Hijo.
El alfa se detuvo, su padre fue quien lo abrazo para sonreír orgulloso y alejarse.
—Sé que tienes un gran futuro, con un Omega lindo a tu lado. No tengo duda de que tendrán una familia y mucho amor. Así que no dudes en llamarme si hay un problema —esta vez la mirada fue a JungKook —. JungKook, cuida a mi hijo. A veces es testarudo, pero sabe arreglar las cosas. Estoy seguro de que hará todas tus metas realidad. De eso no dudes.
Si eso era mejor a los gritos de la mujer. La misma que no estaba ahí, y de algún modo ambos agradecian que no les gritara o algo peor.
