He Calls Me Love [Fred Weasley]

2 | El viaje a la Madriguera

Habían pasado unos días desde que Fred la había invitado a la Copa de Quidditch y habían trabajado en los detalles. Llevaba unos minutos sentada en el sofá, junto con sus padres y su baúl, esperando ansiosamente la llegada de los gemelos.

Se encendieron llamas verdes en la chimenea, lo que hizo que T/n sonriera al reconocerlo. No pensó en cómo su chimenea estaba conectada a la red flu sin su conocimiento.

—¡Hola, Sr. Weasley!– T/n saludó cuando el hombre Weasley mayor apareció en la chimenea, sacudiendo su túnica.

—Hola, T/n– dijo, luego miró a sus padres—. Hola, Emily, Adam.

La chimenea se encendió de nuevo y otro Weasley saltó.

—¡George!– Y/n exclamó mientras se acercaba a abrazar al chico alto.

Él la saludó también, y los dos se alejaron cuando la chimenea se encendió por tercera vez, un chico idéntico saltó.

—¡Fred!– T/n dijo mientras se arrojaba sobre él.

Él se rió mientras envolvía sus brazos alrededor de ella, abrazándola con fuerza. Los dos se quedaron así más tiempo del necesario, aunque a ninguno de ellos le importó. No se movieron cuando la chimenea se encendió por cuarta vez y el chico Weasley más joven saltó, mirándolos de manera extraña mientras se dirigía al lado de George.

Solo cuando el padre de T/n tosió, los dos finalmente se dieron cuenta de que se habían abrazado durante demasiado tiempo. Cada uno de ellos se apartó, luciendo un rubor en sus mejillas. T/n miró hacia otro lado, no queriendo encontrar la mirada de Fred. Sus ojos se posaron en Ron, finalmente notando que él también había llegado.

—¡Ron! ¡Hola!– Ella se acercó a abrazarlo y alborotó su cabello en el proceso, haciendo que el chico de catorce años protestara.

—Hola, T/n– dijo Ron mientras rápidamente le devolvía el abrazo, luego se arregló el cabello cuando los dos se apartaron, lo que hizo que T/n se riera entre dientes por su comportamiento.

Se dio cuenta de cómo en el transcurso del verano él había crecido más alto que ella e hizo un leve puchero.

—Hola, Sr. y Sra. Reid– Fred saludó a sus padres con vergüenza.

La madre de T/n le sonrió.

—Hola, Fred– dijo ella.

El Sr. Weasley tuvo una charla rápida con los padres de la chica, luego envió el baúl de T/n a la Madriguera, informándole que todavía tenían que recoger a Harry Potter en su casa. Él fue primero, luego Ron y George lo siguieron, dejando a T/n y a Fred como los últimos.

—Hey, Fred– dijo T/n, haciendo que el chico tarareara y la mirara —. ¿Te importa si viajo contigo? No tengo ganas de perderme.

Fred se rió entre dientes.

—Por supuesto que no, amor. Vamos.

Los dos entraron en la chimenea, T/n envolvió un brazo alrededor del de Fred. Se despidió de sus padres mientras el niño sacaba un puñado de polvos flu de su bolsillo y gritaba la dirección de los Dursley. Las llamas verdes envolvieron a los dos, enviándolos a la ubicación deseada.

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Fred, George y T/n se echaron a reír una vez que finalmente llegaron a la Madriguera, pensando en la broma que Fred le había gastado al primo de Harry, Dudley. Habían decidido utilizar al chico muggle como sujeto de prueba de su nuevo invento, Ton Tongue Toffee, y él había caído directamente en su trampa. T/n fue una de las últimas en irse, justo antes que Harry, así que tuvo la alegría de presenciar cómo la lengua de Dudley comenzaba a crecer más y más por segundo.

La Sra.Weasley no se impresionó una vez que se enteró de lo que habían hecho y regañó a los dos chicos, T/n estaba viendo el proceso. Ella les hizo prometer que destruirían todos los productos que pudieran tener, luego los envió a su habitación, que ahora era de Ron, ya que Bill y Charlie estaba en casa y también necesitaban una habitación.

T/n no esperaba que su baúl estuviera en la habitación de Ron, no era el más grande y ya había cuatro personas durmiendo en él. Fred y George, sin embargo, ciertamente esperaban compartir habitación con su mejor amigo, así que fue una sorpresa que sus posesiones no estuvieran allí.

—¡Mamá! ¿Dónde está el baúl de T/n?– Fred gritó a través de la puerta.

—Si quieres preguntarme, ven a mí, no grites– dijo la Sra. Weasley cuando apareció frente a la puerta unos momentos después—. Está en la habitación de Ginny, por cierto.

—¿Qué? Por qué?– preguntaron los gemelos al unísono, con igual decepción entrelazando sus voces.

—No voy a dejar que los niños y las niñas duerman en la misma habitación– declaró la Sra. Weasley y sin decir una palabra más se dio la vuelta y bajó las escaleras.

—¡Esto es estúpido! ¡Tenemos dieciséis años y somos responsables!– Fred resopló mientras cerraba la puerta y se sentaba en una de las camas improvisadas.

—Ambos sabéis muy bien que no lo somos– dijo T/n y los gemelos se encogieron de hombros de acuerdo—. ¿Por qué no me muestran ustedes dos su progreso de verano?"

—En su mayoría desarrollamos dulces como el que viste e hicimos más formularios de pedidos– dijo George mientras se dejaba caer en otra de las camas.

—Sin embargo, hay muchos diferentes. Hay algunos que te hacen desmayar o hacer que tu nariz empiece a sangrar. ¡Tarjeta de salto de clase instantánea!– Fred continuo.

—Suena interesante– dijo T/n y se sentó junto a Fred—. ¿Has probado alguno de ellos todavía?

—Todavía no, no estamos seguros de si son venenosos todavía. El único que ahora se ha probado fue el que le dimos al primo de Harry– le dijo George.

—Espera, ¿lo probaste con el primo de Harry?– Los gemelos asintieron—. ¿Y si lo envenas?

Los gemelos se miraron el uno al otro, luego la miraron y se encogieron de hombros—¿Ups?

T/n suspiró mientras se pasaba la mano por el pelo.

—Es por eso que su mamá piensa que son irresponsables. Ahora, déjenme echar un vistazo a esos formularios de pedido.

Mientras los leía, no pudo evitar preguntarse cómo sería si los gemelos no la conocieran.