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DISCLAIMER: Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.

RESUMEN: Harry está vivo y tiene una fobia, obtiene una mascota, humilla a un mocoso y descubrimos que no tiene paciencia.

"Hablar"

'Pensamiento'

-Hablar por el vínculo-

[Hablar por el espejo]

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"Hechizos"

Recuerdos

Carta/ Pergamino/Periódico/Notas

Carta/ Pergamino/Periódico/Notas

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Capítulo #3


Parado frente al imponente banco Gringotts, Harry no pudo evitar pensar que no importa que tan al pasado o al futuro viaje, Gringotts nunca cambiará.

Entró y miró alrededor. Los duendes seguían detrás de una ventanilla con cara de mil demonios. Harry inclina la cabeza, barriendo con la mirada a los duendes para que sepan que se está dirigiendo a todos ellos. Los duendes lo miraban algo sorprendidos antes de repetir la acción a Harry para incredulidad de las personas que se encontraban ahí. Llega al frente donde se encuentra la ventanilla que está en medio del largo pasillo.

"Buenas tardes. Que su oro incremente y su riqueza se extienda", saluda y hace una inclinación de 45% al duende. Bueno, al menos lo intentó, debido a que nunca en su vida estudió etiqueta. Anota mentalmente que tiene que estudiar todo lo posible antes de volver a Hogwarts.

"Que sus bóvedas siempre estén llenas y que nunca estén escasas de riquezas". El duende asiente con curiosidad. "¿Qué necesita?"

Si le hubieran dicho a Harry que con un saludo especial obtendría menos hostilidad, lo hubiera hecho antes. "Disculpe, er...em". Merlín, cómo le decías a alguien que viajaste en el tiempo estrellándote en el piso luego de caer de una Torre. El duende, increíblemente, hizo un gesto paciente para que Harry continuara.

Harry le susurró tímida y rápidamente. "¿Podríamos comenzar con una Prueba de Sangre? Así entenderá todo". Curvó sus labios en una sonrisa nerviosa. El duende lo inspeccionó en silencio antes de aceptar, convocando una daga y un pergamino.

Cogió el pergamino, hizo una incisión superficial en su dedo índice y dejó que goteara unas tres gotas de sangre sobre la hoja pergamino. Le entregó la daga al duende, sintiendo que su dedo se curaba por sí solo. Cuando los resultados aparecieron se lo mostró al duende que miró frunciendo el ceño levemente sorprendido, poco después pidiendo que lo siguiera.

Entraron en una oficina donde se encontraba otro duende, pero lo que lo diferenció de los demás que Harry había visto era la runa que estaba en su frente, la cual no reconocía; y eso que no reconocía casi ninguna para su vergüenza. El duende con el que entró Harry le entregó el pergamino al otro que estaba sentado detrás de un escritorio y luego se fue.

Âmes Soeurs [Tomarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora