Just can't let you go-Harry Styles 2da temporada

Stockholm syndrome

Harry

Las baldosas del suelo estaban frías a pesar de haber estado alrededor de un incendio hace aproximadamente 24 horas. No lo entendía, pero aun así no me molesté en pensarlo.

Miré la mancha de sangre que se posaba en la colcha de la cama de Isabella. Fruncí el ceño al pensar a quien pertenecería esa sangre, y tuve miedo al volver a recordar en como Isabella sangraba tan abundantemente de su pecho. Fue aquella noche cuando supe que ya no podríamos seguir viviendo de este modo. Había llegado el momento de cambiar de rumbo, a uno más sano, a uno sin peligros y sin el miedo de saber quién sería el próximo en morir. Este capítulo de nuestra vida había llegado a su fin, y me sorprendí a mi mismo al saber que no me dolería dejarlo atrás.

El pequeño dispositivo en mi bolsillo vibró antes de empezar a emitir el sonido que indicaba que alguien estaba tratando de localizarme.

--¿Diga?—respondí al instante

Cole tosió desde la otra línea.

--Ya despertó—dijo con voz ronca—Tiene ciertas heridas pero Mamá Rosalie dice que estará bien, solo es cuestión de que se recupere. Le ha cosido la abertura y la ha sedado por varias horas, pero acaba de recuperar el conocimiento. En resumen, está bien y fuera de peligro

Suspiré aliviado.

--De acuerdo, Cole, haré que los chicos sepan sobre esto. No debemos tardar mucho, solo recogeremos algunas cosas que han logrado salvarse del incendio y enseguida estaremos ahí. Asegúrate que ninguna de las chicas salga de la casa, sobre todo Perry y Mags—respondí

--Seguro, yo me haré cargo—respondió cansada, sabiendo que ninguno de nosotros había dormida en más de tres días—Por cierto, D ha llamado, dice que viene en camino

Después de unos minutos de más charla con Cole, colgué.

Pensé que como haríamos para caber en casa de Mamá Rosalie, y en como nuestras vidas iban a cambiar de la noche a la mañana.

Nuevamente.  

Vi a Hunter examinar todas las habitaciones con Louis, pero yo seguí guardando las cosas de Isabella en una pequeña valija. Ya luego podría ocuparme de mis cosas, o Niall podría ayudarme.

La habitación de Isabella seguía, maravillosamente, oliendo a ella. Era casi un hecho imposible, pero aun así ahí estaba yo, olfateando cada fragancia que ella había emitido.

En una valija, empaqué toda la ropa que había sobrevivido en su armario, unos cuantos perfumes del baño, ropa interior, sabanas, y fotos que contenía escondidos en uno de sus cajones. El corazón me palpitó de emoción al observar varias fotos donde yo me encontraba con ella. Era como si no se hubiera querido deshacer totalmente de los recuerdos, pero lo que más me extrañó fue encontrar una pequeña llave de madera pegada con cinta adhesiva detrás de una foto en la que aparecían ella y Mags en la cocina de la casa. En aquel momento, no quise prestarle mucha atención y guardé las fotos en la misma valija donde todas sus pertenencias se encontraban junto con la llave.

Suspiré cansado, y me dije que en cuanto llegará a la casa, me permitiría dormir un poco después de pasar un tiempo con Isabella. Creo que todos teníamos derecho a descansar hasta este punto. A lo lejos, escuché gritar a los chicos el momento de partida hacia la casa de Mamá Rosalie, así que, con cansancio, cargué la valija entre mis brazos y me dispuse a marcharme.

Pero de repente vi algo asomarse debajo de la cama, y gruñí al saber que tendría que volver a abrir la valija y meter más cosas. No me había percatado del baúl casi hasta el final pegado contra la pared para ocultarlo de ojos curiosos. Fruncí el ceño y dejé la valija a un lado de la puerta para aproximarme al baúl.