°•El principio de todo•°

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Un pequeño ser de luz observaba aquel lugar tan colorido que conocía a la perfección, como si tuviera todo ese sitio grabado en su memoria, ese lugar tan pacífico y perfecto como sus habitantes, los cuales cuidaban a ciertos mortales, humanos, no hay cosa que no llamara la atención del pequeño ángel que tan solo conocía lo bueno y lo malo, quería conocer más de lo que miraba o escuchaba más no se lo permitían, la curiosidad lo mataba lentamente pero no de la manera literal. Y así pasaron los días, los cuales se convirtieron en meses, años, que habían pasado a ser un siglo, después de tanto esperar se cansó y cuando menos se lo esperaban ya se estaba escabullendo al mundo mortal, o como él le decía "el mundo prohibido"

Al llegar se encontraba en un pequeño callejón de un pequeño pueblo o ciudad y comienza a cambiarse a su aspecto humano, su piel morena junto su cabello castaño claro, sus ojos avellanas y llevaba puesta ropa de la época, sus alas se habían escondido junto al aro de luz que flotaba en su cabeza la cual iluminaba hasta los lugares más oscuros y sombríos, este salió del callejón y comenzó a caminar entre las personas que lo rodeaban los cuales algunos lo miraban de reojo y murmuraban pero este solo los ignoró por completo

Estuvo explorando aquel mundo durante todo el día, le había encantado tanto que lo visitaba de manera frecuente pero no tanto para no levantar sospechas en una ocasión había informado que uno de ellos se escabullia pero no sabían quién, y eso le aliviaba mucho

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El ángel ya tenía dos siglos y conocía la tierra de pies a cabeza, iba a aquel lugar cada que podía, sus hermanos ya sabía que él iba a ese sitio más no lo juzgaban, para nada, ellos también lo hacían cada que podían, algunas veces los cuatro hermanos iban a distraerse a ese lugar donde no eran vigilados o juzgados por hacer tales acciones, en conclusión, era como un descanso de su vida diaria como ángeles

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Estaba observando un pequeño valle, el cual estaba muy tranquilo, el viento soplaba con mera fuerza haciendo que su cabello volara con este, de repente un aroma peculiar se presentó en el ambiente, uno que jamás había olido antes, un olor a avellanas, se hacía cada vez más presente, el ángel revisa su alrededor hasta que sus orbes avellanas se encontraron con otros ojos pero estos eran de un verde esmeralda, ambos seres se miraban entre si, de alguna u otra forma no estaban para nada incómodos, se miraban en silencio absoluto, en todo ese silencio cada uno pudo notar que eran su contrario, un ángel y un demonio...

El más bajo miraba esas orbes avellanas con neutralidad, pero, aunque sean por así llamarse "enemigos" le llamó mucho aquel ángel que tenía enfrente y viceversa, el ser de luz suspira haciendo que el contacto visual entre ellos terminara de una vez por todas y romper el silencio que llevaban los dos

-- Hola, soy Vene un placer -- Diria con una sonrisa, la sonrisa con la que se le identificaba entre los ángeles, su contrario seguía con su semblante neutral, normalmente le asqueaba cuando alguien y más si era un ángel sonreía pero este era totalmente la excepción, de alguna forma le había causado ternura en su totalidad así que se dispone a responder

-- Hola, soy Siria... Un placer igualmente -- Su rostro seguía neutral, su tono de voz era totalmente fría -- que hace un ángel por estos lados? -- agrego el demonio

-- Un ángel ya no puede pasear por ningún lado o qué? -- responde de manera calmada pero un poco a la defensiva y manteniendo su postura angelical, el menor ríe ante lo dicho por el mayor dejando a este un poco confundido haciéndose la pregunta '¿He dicho algo gracioso?'

Ambos duraron un buen tiempo charlando en aquel valle hasta que se tuvieron que ir, después de ese pequeño encuentro siguieron viéndose en secreto, básicamente era grandes amigos a pesar de ser totalmente diferentes, eran inseparables en su totalidad después de unos pocos años.

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Durante tres largos siglos los dos se reunían una vez a la semana o cuando podían, algunas cosas habían cambiado entre ellos, sentían algo uno por el otro, no sabían que era y eso les aterraba un poco, ellos sabían de todo pero a la vez nada, Siria decide tomar un poco de valor y le escribe una carta a la persona la cual no sabía que sentía por el, cuando está cerca de él sentía cosas como... ¿Mariposas? en su estómago, se ponía nervioso cosas que nunca le había sucedido, raramente se ruborizaba cuando estaba con aquel ángel, además le parecía atractivo, este escribía la carta con un notable color rojo en sus mejillas, le había escrito de manera algo tonta y cursi, cosa que él no era, pero era para Vene así que suponía que valía la pena

Se había desatado una pequeña pelea entre demonios y ángeles ya que estaban apunto de causar la tercera guerra mundial, Venezuela no estaba para nada de humor cosa que Siria pudo notar a puras penas, tal vez la carta le haga el día. Después de aquella discusión/ pelea el más bajo decide entregarle la carta al ángel, al estar tan cerca de este se puso nervioso así que tan solo tocó el hombro de su contrario y deja la carta caer para luego irse, el más alto se voltea y mira su alrededor más no había nadie, este alza una de sus cejas y nota que había un sobre en el suelo, como estaba dirigida a él, toma el sobre y lo abre cuidadosamente, aquella carta si le había hecho el día ya que sabía de quién se trataba.

'''"Vene, no sé con claridad que es lo que me sucede ¿Ok?, Me siento muy extraño al estar contigo y no se cómo explicarlo, pero aún así quiero que sepas que quiero estar para ti...

Si me necesitas, llámame ..

Si quieres desahogarte, hablame ..

Si te pasa algo, buscame...

Por que siempre estaré con y para ti

Att: Siria" '''

-Fin-

❰✎❝℘ʀoհίɓɪժօ❞. .•.*。🌸🖤❱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora