❰✎❝℘ʀoհίɓɪժօ❞. .•.*。🌸🖤❱

°•🍃5✨•°

Un paseo era completamente perfecto para despejar la mente, ¿Verdad?
En todo caso, lo necesitaba de forma urgente, la semana estuvo minada que muchísimas cosas que le mantuvieron ocupado segundo a segundo. Tanto, que olvidó completamente el encuentro semanal con cierto ser del averno, al que por una extraña razón del destino ahora llamaba mejor amigo.

Caminaba sin rumbo existente por aquel bosque frondoso que no parecía tener fin, a pesar de que no sé viera tanto debido a las copas de los árboles, el Sol estaba en su punto más alto indicando el mediodía. La hora justa que acordaron para la reunión, siguió su camino hasta llegar a un claro en donde se podía ver perfectamente el cielo adornado de las nubes blancas, aunque era algo molesto debido a la luz solar.

Miró a su alrededor sin encontrar al demonio, y aburrido se sentó en el césped que extrañamente parecía muy bien cuidado aunque algo largo. Se dejó caer lentamente hasta terminar acostado, en espera de su amigo quizá no vendría mal dormir un poco.

( . . . )

Caminó a paso rápido buscando por todos lados a la entidad divina. Y en efecto, se había perdido en medio de un puñetero bosque, pero al fin y al cabo era tan orgulloso como para abrir la boca y pedir ayuda. No tuvo otra opción más que subir a un árbol para encontrar al mayor, sus orbes afiladas se detuvieron en un claro a la distancia, era un tipo de manchita pero quizá era una persona, o en su caso, un ángel. Su olfato captó un ligero olor a chocolate, frunció un poco el ceño y no dudó en dirigirse a ese lugar.

"Está cerca".

Bueno, si era Venezuela. Pero estaba prácticamente perdido entre sus sueños, ignorando el hecho de que de una forma extraña le parecía tierno que la baba se le saliera, se agachó tocando la mejilla derecha con su dedo índice provocando que el mayor comenzara a despertar lentamente. Vaya sorpresa para el ángel encontrarse con una mirada oscura, muerta, pero sobre todo afilada justo delante. Dos esmeraldas sin brillo alguno que reflejaban una bestia que no dudaría en destrozar todo a su paso para saciar sus propios deseos.

Sí, ese sin duda era Siria.

--...Hola --Dijo casi de inmediato todavía adormilado. Su sonrisa se notó nerviosa debido a la cercanía de ambos rostros. --Eh... ¿Cómo has estado? --Trató de no hacer contacto visual, a veces no podía evitar sentir cierta incomodidad al ver que tan profundo podía descubrir el sirio con tan sólo una mirada, y teniendo en cuenta que estaban muy cerca... Ay Dios.

Por otro lado, el demonio estaba perdido en los orbes avellanas del contrario, muy en el fondo no era su intención que su mirada transmitiera en algún punto temor. Técnicamente sólo deseaba admirar cada detalle, pero cayó en cuenta de lo que hacía y se separó para que el contrario pudiera recuperar su espacio personal. --Hola, Vene --Saludó con cierta neutralidad. Momentos después se movió un poco para quedar sentado al lado del ángel, que recién estaba estirando un poco su anatomía. --Bien, ¿Y tú? --Respondió cortante, mirando como las hojas de los árboles caían de estos debido al viento.

--Dentro de lo que cabe, bien. --Imitó lo que hizo el menor, observando con paz interior la hermosa naturaleza. Su cabello dorado se movía un poco debido al viento que chocaba, pero no tanto por estar sostenido con una cola de caballo, por ligeros segundos pensó en cortarlo.

--Me alegro...

Y ahí nació el silencio, aunque no era incómodo en absoluto cosa positiva, era un ambiente agradable siendo destruido por leves momentos a causa de las aves que surcaban el cielo. El mayor miró de reojo al de ojos esmeraldas, notó cada imperfección que de alguna forma ya conocía, aunque siempre encontraba algo más que le resultaba interesante.
Notó que le observaban, por mero instinto se volteó alzando la ceja extrañado ¿Qué ocurría?

Pero, oh sorpresa, ahora el atontado era él.

Siempre siendo atento, y finalmente tuvo claro que aquel acompañante, aquel amigo era un ángel, pues simplemente lo que estaba delante suyo era la perfección en su estado más puro.
El de pupilas avellanas rompió el silencio. --Chamo, ¿y si mejor caminamos? --No era agradable ni bonito sentir como tus pies se dormían.

--Bien.

Como siempre tan cortante y frío, ¿Acaso nunca se encargaría de tratar esa personalidad tan tosca? Aún así pasara un milenio ese engendro de Satanás nunca cambiaría su forma de ser o expresarse un poquito, ni aunque fuera torturado, jamás.

En sincronización se levantaron del suelo limpiando sus ropas por la tierra y comenzaron a caminar sin prisa alguna. Un ambiente en donde el Sol brillaba, los pájaros cantaban, dos seres se expresaban en total libertad tocando temas al azar y sin sentido.

Simplemente agradable.

Le quiero dar las meras gracias a 1_0-Fiore-1_6 que me ayuda con las correcciones :³

Buenos nos vemos y les dedico brillitos bomnitos

✨✨✨✨✨✨✨