Capítulo 19 "Close To You" ⚠️

926 87 37
                                    

SEOKJIN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SEOKJIN

—¿Su Alteza? Disculpe...

—¿Qué hace aquí? ¿No lo educaron? Debe tocar antes de entrar, y más tratándose de su Príncipe heredero. —Se cruzó de brazos.

—L-Lo siento, es mi primer día aquí...

—¿Cómo te llamas?

—Kim SeokJin, de Pavonia.

Al menos tiene lindo nombre, pensó.

—¿Qué necesitaba?

—Venía a informarle que sus padres irán a Pavonia... Y que me quedaría con usted para cuidarlo en su ausencia.

—Oh... —Sonrió, realmente no necesitaba a un niñero, pero el chico se veía agradable— Ven, ¿Quieres ver la televisión conmigo?

—S-Su Alteza... -

—No me llames así, desde ahora somos amigos, ¿Está bien?

El chico había llegado a su vida hacía ya cinco años, tenía tan sólo 16 cuando conoció al chico que primero sería su mejor amigo dentro de ese palacio tan solitario.
Alegraba todos sus días ya que siempre que estaba libre de sus clases privadas le pedía acompañarle a montar su caballo y a veces practicar su puntería con el arco; le parecía sorprendente cómo SeokJin era tan bueno, tanto que le había pedido enseñarle.

Y no sólo eso le había enseñado; también a hacer pasteles y las recetas de su madre. El Príncipe lo agradecía muchísimo, ya que eso era un completo sueño dentro de su loca imaginación, y gracias a él se había vuelto realidad.

—Mira que hermosa masa acabas de hacer...

—¿Lo hice?

—Sí, Minnie... Mira, es muy suave.

—¡Lo hice!

El menor saltó en su lugar alcanzando a abrazar a SeokJin y que éste lo alzase en el aire con las piernas de Jimin rodeando su cintura; no había sido tan complicado, al final éstos dos estaban tan cerca que incluso el salto había sido innecesario.

SeokJin paralizado no podía pensar en ni una cosa más que en lo hermosos que lucían los labios de su Príncipe frente a él, eran tan rosados y brillosos por la pequeña cantidad que el adolescente había aplicado de gloss...
Y Jimin no pensaba diferente, quien para sorpresa del mayor, había tomado el primer paso acercándose a él muy peligrosamente, tanto que podía sentir su respiración chocar contra sus mejillas.

—¿Puedo besarte?

—Yo... Claro...

Lo hizo, sus labios ya se habían unido en un beso muy tímido, más de parte del menor ya que era su primera vez. No sabía cómo hacerlo y temía decepcionarlo, pero aún así ellos siguieron. SeokJin le decía que hacer sin decir ninguna palabra, y el otro se sentía feliz por sentir las feromonas del mayor esparcirse por todo el lugar.

Después de eso hubo altos y bajos como toda una pareja como ellos; SeokJin fue quien se preguntó el si estaba bien una relación como la suya milésimas veces, y ahí estaba Jimin para él mostrándole que su amor era correcto, que estaban hechos el uno para el otro. Lo había aceptado, SeokJin le creyó.

. . .

—¿Por qué me tienes aquí? ¿Qué hora es?

—Las once... En unos cuantos minutos Jimin entrará por el altar de la iglesia. Es una lástima que no puedas asistir, si quieres te traigo un adorno de mesa. —Contestó con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Suéltame! ¡No tengo lo que quieres!

—Pero sabes dónde está, y no te dejaré salir de aquí hasta que me lo digas.

—Se que entraste a mi casa y encontraste el mapa, ¿No te es suficiente?

Recibió un latigazo en su hombro derecho desnudo, apenas de había dado cuenta de que estaba semi desnudo frente a ese desgraciado.
El joven extendió el papel que había encontrado en casa de SeokJin al día anterior y lo lanzó frente a sus pies completamente enfurecido.

—¡No está! ¿Crees que soy tonto? ¡Debiste haberlo tomado, maldito mocoso!

Pero no dijo nada, SeokJin se negaba rotundamente a decir una palabra. No iba a soltarlo, si lo hacía sabía que perderían, debía protegerlo si quería salvar a sus seres queridos.
El joven cansado tomó una pinza que tenía en una bandeja a un lado de él y se acercó a las manos de SeokJin que seguían completamente entumecidas por las largas horas en que había estado en la misma posición.

Comenzó a hiperventilar y cerró sus ojos con fuerza imaginándose lo que le iba a hacer.
No estaba equivocado, el joven había acercado las pinzas a una de sus uñas y la había sacado de su piel con la suficiente lentitud para hacerlo retorcerse del dolor.

—¡AAAAAAAAAAHHHHHH! —Soltó un grito desgarrador que fue callado por el zapato del Omega impactándose contra su rostro.

Sólo se le había permitido llorar por lo que cada vez que el proceso se repetía se limitaba a morder su labio inferior en un intento de acallar los gritos que hacían hasta lo imposible para escapar de su boca.

—¿Ya me vas a contar? No tenemos todo el día, Jinnie...

De repente recordó el día en que le propuso matrimonio a su amado; lo amaba tanto que incluso en esos momentos lo único que deseaba para el menor era que estuviese a salvo, el anillo que le había dado era una prueba de ello.
Y no iba a hablar, no cuando Jimin ahora era la única salvación del mundo en el que vivían, no cuando su amado podría estar en peligro si soltaba siquiera una palabra.

Entonces dejó que el chico frente a él le arrancase uña por uña de su cuerpo, ya sin sentir dolor por el entumecimiento de sus brazos.

—Mmm... Tú y ese amigo tuyo... Taehyung, ¿Dónde está?

—No lo sé... —A diferencia de las preguntas anteriores, está vez no tenía ni idea de dónde podría estar. Sabía que había huido de Pavonia, pero no su ubicación exacta.

—Se me está acabando el tiempo, SeokJin. Será mejor que hables ahora o las cosas podrían empeorar. —De nuevo se sentó frente a él, colocó su mano dejando reposar su mentón sobre ésta.

—No me importa... —Contestó seco.

—Oh, no imaginé que fueras tan tonto... Al final eres igual que tus padres, muriendo protegiendo ese estúpido anillo.

—Sé de tu relación con Lycoris, se que tú no quieres hacer todo esto... Sé qué qué es lo que deseas, y si me sueltas yo puedo ayudarte. —Lo miró con los ojos llorosos.

—No seas tonto, yo sé que estás tan pegado a él como lo estás con el anillo. Aunque me ayudaras a encontrarlo me estarías tendiendo una trampa, eres igual de astuto que yo.

—¿Entonces qué vas a hacer? ¿Probar suerte?

—Ni siquiera tú sabes dónde está, SeokJin. Es una pérdida de tiempo, estar contigo aquí es una pérdida de tiempo.

Sintió sudar frío cuando el chico se levantó y desapareció por un segundo, para después colocarse detrás de él. El frío de un filoso cuchillo se instaló en su cuello abriendo muy delicadamente su piel, para después ser alejado. Escuchó el ruido de unos metales chocar contra otros, su verdugo había tomado otro objeto entre sus manos.
Cerró sus ojos relajando su respiración sabiendo con certeza su destino.

—Te amo de aquí hasta la eternidad... Y más allá... —Una lágrima corrió por su ojo izquierdo imaginando frente a él la sonrisa de Jimin, sus ojitos cerrándose como medias lunas. Como el día en que se besaron por primera vez.

Todo antes de que el hacha que había tomado JiHoon se impactara contra su cuello atravesándolo por completo.

SeokJin tuvo a Jimin en sus pensamientos hasta en su último respiro.

Crown; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora