Capítulo 8

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Decidida a contarle la verdad, me adentré en la lujosa ducha, deseando borrar de mi mente todos mis miedos y encontrar mi fuerza interior. Diamante merecía saber la verdadera razón del regreso de Zafiro, y no podía permitir que nada me detuviera.
Abrí la llave y me sumergí en las aguas cálidas, sintiendo cómo la tensión se desvanecía.

Comencé a pasar la esponja por mi piel, dejando que el vapor me envolviera mientras mi mente divagaba. Imaginé un futuro lleno de pasión y deseo, donde cada mirada entre nosotros encendía una chispa que prometía noches ardientes.

Visualicé a Diamante mirándome con esos ojos púrpuras, llenos de anhelo, mientras me acercaba lentamente a él. La idea de sus labios rozando los míos me hizo sonrojar; podía casi sentir su aliento caliente contra mi piel. "Eres todo lo que he deseado," le oiría decir, su voz profunda y seductora. Y yo, sin poder resistir, me dejaría llevar por la atracción que siempre había existido entre nosotros.

De repente, en medio de mis pensamientos, le oí susurrar: "Te quiero aquí, ahora." Esa frase resonó en mi mente como un eco de deseo. En ese instante, el agua caliente se convirtió en una cascada de sensaciones que recorría mi cuerpo, intensificando cada latido de mi corazón.

Abrí los ojos mientras las lágrimas brotaban por emoción. "Qué lindo sueño," pensé, sintiendo cómo la realidad comenzaba a asomarse. Rápidamente salí del baño y me dirigí al armario. Miré a mi alrededor y noté que el maldito aún dormía.

Le miré con desprecio, sintiendo una mezcla de odio y lástima por lo que le esperaba. Era un hecho que mi amado príncipe no sería benévolo con él; su traición era imperdonable. Saqué un conjunto de encaje negro que resaltaba mis curvas y un vestido ajustado que prometía dejarlo sin aliento al verme.

Me rocié con mi mejor perfume y, después de maquillarme con un toque atrevido, salí esperanzada de la habitación. Mi corazón latía con fuerza mientras corría por el pasillo, ansiosa por enfrentar a Diamante y revelarle toda la verdad.
Pero toda esa felicidad se desvaneció cuando lo vi...

"Mi amado príncipe besándose con esa mujer."

La escena se grabó en mi mente como un rayo fulminante; su risa despreocupada resonaba como una burla cruel. La traición me atravesó como un puñal afilado, y el ardor del deseo se transformó en una rabia hirviente. ¿Cómo pudo hacerme esto? La imagen de nuestro futuro juntos se desmoronó en un instante.

La furia burbujeaba dentro de mí mientras decidía que no podía quedarme ahí paralizada. Tenía que enfrentar esta realidad; no solo por mí misma, sino también para hacerle pagar por su traición.

"Pasiones Prohibidas: Rivalidad entre Hermanos"  Serena X Diamante 💍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora