El Principe Y La Villana | One-Shots Beal

40. Árbol de Navidad

[+18 part]

La navidad llenaba de alegría a todo el reino incluyendo a sus gobernantes. Mal quería que este año las cosas fueran diferentes y ella misma se encargaría de la decoración. Aún así pidió la opinión de los padres de Ben.
- Siempre ha sido blanco - opino Adam - Lumiere me ayudaba con el árbol. El resto se lo dejaba a la naturaleza - recordaba los locales con nieve

Mal quiso que su mejor amiga la ayudará un poco pero tenían que comprar obsequios. - Puedes quedarte tranquila querida, este año lo haremos a tu estilo - prometió Bella

La reina saco sus notas y comenzó a leerla al frente de sus suegros
- Pienso que podemos decorar el árbol de un color diferente y la ciudad se lo dejamos a gusto de los demás - explicó - Han decorado centro comerciales y fuentes, no estaría mal que las personas colaborarán este año.

Algo que les gustaba de la hija de Maléfica era que siempre pensaba en el bienestar del pueblo y los incluía en las actividades.

- No suena nada mal - dijo Ben entrando a la sala - Buena idea, amor - beso la mejilla de su esposa

La pelimorada sonrió al instante
- Entonces manos a la obra.

Dicho y hecho Mal fue al centro de la ciudad mágica y hablo con varios comerciantes y condominios. Todos estuvieron de acuerdo con su idea de decoración villana incluyendo Audrey y Chad que ayudarían a decorar el centro comercial y los parques.

En medio día todo estaba decorado con listones rojos y dorados. El centro comercial fue más sencillo ya que los negocios pudieron aportar con decorados como dulces de caramelos y botas colgantes de color verde claro.

La diferencia con los años anteriores se notaba ya que la reina Bella amaba el amarillo y blanco combinado con azul, claramente. Nada nunca fue rojo o verde a pesar de ser los verdaderos colores de la navidad.

- Mal me hacen falta bufandas - hablo Audrey por teléfono - Chad ya tiene casi listo los muñecos - suspiro - ¡Eso no es una pasa Chad, es una piedra!

- Bien - contesto un poco confundida - Ya voy en camino - estaba caminando desde la librería

Colgó la llamada y coloco sus guantes de lana otra vez. Pasaron las horas y todo Auradon brillaba de alegría y espíritu navideño, uno muy diferente. Fue más rápido todo ya que varias personas ayudaron.

- ¡Te quedó excelente! - felicito Evie a su amiga - Tenía dudas con la pastelería y las luces en los árboles pero está hermoso - se deslumbró la peliazul

- Oye y eso ?- pregunto Jay observando el castillo de la Bestia
- No se supone que debe brillar también.

Con tantas campanas y barbas blancas se olvidó del castillo. Se despidió de sus amigos y corrió a su nuevo hogar desde hace seis meses.

- Te estaba esperando - dijo Ben bajando de una escalera cerca de la entrada principal - Me adelante un poco - señaló el pino en el centro de la sala

Faltaban las bolas y luces que quería su esposa - Pensé que no me esperaría su majestad - dijo burlona - Es muy ansioso algunas veces.

El rey la tomo de la cintura y plantó un beso en sus suaves labios, la amaba tanto y agradecía a los dioses por pasar un año nuevo a su lado.

- A trabajar - la nalgueo un poco fuerte cosa que le gustaba a su dama - Aquí está la alfombra como pediste.

- Grandioso - río pícara por el anterior gesto - ¿Sabes que? Se me quitaron las ganas de decorar- enredo sus piernas a la cintura de su esposo.

Lo que comenzó como una linda armada de árbol termino con una apasionada noche en navidad.

No tardaron en subir hasta su habitación con su cama llena de sábanas marrón y sus muebles rojos. No notaron que la chimenea estaba encendida y culparon ese fuego como lo que mantenía con calor aquel cuarto.

Sus corazones latían con fuerza, sus cuerpos se necesitaban y no importaba su encuentro esta mañana sólo querían disfrutar de nuevo del otro.

Ben besaba el cuello de Mal y bajo lentamente hasta sus pechos en donde lamio cada uno de ellos mientras su amaba soltaba pequeños gemidos. No supieron el momento que se quitaron por completo sus ropas y coronas, se concentraban más en el cuerpo del otro.

El joven rey siguió bajando dejando besos en el camino. A la hora de llegar a su intimidad metió un dedo primero con suavidad luego dos y masajeaba lento.

El único ruido en ese momento eran sus respiraciones y gemidos de la reina quien no quería que dejara de hacer ese movimiento su amado.

- ¿Me detengo? - pregunto sabiendo la respuesta

- N-no - salió de los labios de la semidiosa

Así paso unos segundos, masajeando hasta aumentar la velocidad. Mal sentía que explotaría en cualquier momento pero ahora quería transmitir el mismo placer en Ben.

Lo obligó a besarla y le dio la vuelta teniendo ahora ella el control. Masajeó sus testículos y pene para luego meterlo en su boca.

El monarca cerró los ojos, igual la poca luz que entraba por el balcón no dejaba que viera la hermosura de la mujer. El placer que sentía cada vez que Mal subía y bajaba era indescriptible. Quería un beso suyo pero odiaría que dejara de hacer lo que hacía con su boca.

Mal sintió lo caliente del semen y con lentitud se quitó la masculinidad de su marido. Subió de nuevo en el y lo beso - eso después de limpiar el líquido de sus labios - comenzó a cabalgar en el cuando Ben entro en ella.

Los gemidos se hacían más fuerte en el cuarto pero a ellos le gustaba.

Se corrieron al mismo tiempo. La reina se bajó de Ben. Sus respiraciones seguían agitadas, aún así se besaron por última vez en la noche.

- Te amo tanto - dijo el rey juntando la frente con la de ella

- Yo igual - acarició su mejilla Mal

FIN
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